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Pregunta el MP militar por el conflicto con el cacique Faustino Rodríguez

* También investigan la advertencia que el 17 de julio del año pasado hicieron los militares para que las familias abandonen este pueblo de la sierra de Petatlán * Ocho meses después, reconoce el agente militar que no fue legal la actuación de los soldados 

Maribel Gutiérrez, enviada, Rincón del Refugio (segunda parte y última) El 17 de julio de 2001, soldados del 19 Batallón de Infantería del Ejército llegaron a esta comunidad para tratar de arrestar al campesino ecologista Rodolfo Cabrera González. Como no lo encontraron, con violencia interrogaron a su esposa y a sus hijos. Amenazaron con regresar, y advirtieron que sería mejor que abandonaran este poblado. Ocho meses después, la Procuraduría General de Justicia Militar investiga esos hechos y hasta esta comunidad se trasladó un agente del Ministerio Público militar que reconoce que son ilegales.

Surge la pregunta: ¿quién puede ordenar la movilización de tropas para una operación reconocida como ilegal?

El agente del MP militar adscrito a la 27 Zona, Rafael Saldaña Julián, explicó que los soldados que el 17 de julio de 2001 irrumpieron en esta comunidad, y sacaron de su casa al menor Heriberto Cabrera Avila, de 15 años, e interrogaron y atemorizaron a las niñas Alma Delia y Jazmín, de 12 y 10 años, estaban actuando en funciones como miembros del Ejército, y por eso la Procuraduría Militar inició la averiguación previa SC/315/2001/III.

Afirman los habitantes de este poblado, miembros de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, que el Ejército los persigue porque el cacique Faustino Rodríguez Avila ha llevado chismes, acusando a los hombres de El Rincón del Refugio de pertenecer a un grupo armado para que las tropas los persigan.

Sobre la actividad de las tropas aquí el pasado 17 de julio trataron los interrogatorios hechos este miércoles 20 de marzo a María del Carmen Avila y a sus hijos Heriberto y Alma Delia.

El agente del MP militar les preguntó qué hicieron ese día los militares, sobre “el cacique Faustino Rodríguez Sánchez o Sánchez Rodríguez” y qué conflictos tiene con la comunidad, y dónde se encontraba el Rodolfo.

El agente del MP militar, por separado, interrogó a María del Casrmen Avila y a Heriberto y Alma Delia Cabrera Avila, ante la presencia del comisario, Fidel Bahena Ortiz.

Leyó las declaraciones que la esposa del ecologista Rodolfo Cabrera y sus hijos hicieron ante visitadores de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Guerrero que vivieron el 10 de septiembre del 2001.

María del Carmen Avila Cortés y su hijo Heriberto declararon que el martes 17 de julio del año pasado, como a las 11 de la mañana, llegaron a su casa tres soldados del Ejército con armas largas y preguntaron dónde estaba Rodolfo Cabrera. Ellos dijeron que no se encontraba, y los soldados se retiraron.

Media hora después llegaron seis soldados, que rodearon la casa, ubicada en lo alto de una loma, y apuntaban hacia ella. Los soldados que estaban más cerca se asomaban por las rendijas de las paredes de madera hacia adentro, buscando al ecologista.

Un militar, que al parecer estaba al mando del grupo, y que se distinguía porque era el único que llevaba pistola mientras los otros cinco llevaban armas largas, sacó a Heriberto de la casa. Un soldado le apuntaba con un arma larga a las costillas para que caminara, y como a 20 metros de distancia lo interrogaron.

María del Carmen los siguió, y preguntaba porqué se llevaban a su hijo. El militar insistía en preguntas sobre el lugar donde estaba Rofoldo Cabrera.

Carmela preguntó porqué buscaban a su esposo, y el militar le contestó que tenía una demanda, y ella le preguntó si por órdenes del cacique Faustino Sánchez Rodríguez. El militar lo negó.

Después, el militar preguntó si siempre se fuga Rodolfo cuando llegan los soldados, y porqué se va, quién les avisa. Carmela le dijo que les avisa Faustino, que él mismo ha dicho que va a subir con la ley, y que para él no es trabajo mover al Ejército.

Ella dijo al militar que sabía que las tropas vienen por órdenes de Faustino Rodríguez.

Entonces, el militar advirtió que van a seguir persiguiendo a los hombres de esta comunidad, entre ellos a Rodolfo Cabrera, hasta que las familias se vayan de aquí.

Cuando María del Carmen vilteó hacia su casa, otros seis soldados ya estaban ahí interrogando a sus hijas Alma Delia y Jazmín, que estaban muy asustadas.

 

Diligencia ministerial en la sierra

 

Los tres ratificaron las declaraciones que hicieron ante la Codehum, en las que se basaron los interrogatorios del miércoles 20.

Le preguntó el agente del MP militar si los soldados se metieron a su casa. Ella dijo: “No, sólo se pararon en la puerta del corredor cuando estaban interrogando a las chamacas”.

Le preguntaron “¿quién es el cacique Faustino Rodríguez Sánchez o Sánchez Rodríguez?”

María del carmen no sabía a qué se refería la pregunta, y después dijo que antes el cacique vivía aquí, que es tío padre de su esposo, que se fue a Petatlán hace casi tres años, que él pagó porque mataran a uno de los hermanos de su esposo y por eso se fue a Petatlán, y ya viviendo en Petatlán mató junto con sus hijos a otro hermano de los Cabrera.

–¿Porqué lo mandó matar? –preguntó el MP militar.

–Al comienzo porque quería que los Cabrera se sintieran mal porque mataron a su hermano y que se salieran de los terrenos.

–¿Cuáles son las actividades del cacique Faustino Sánchez Rodríguez?

–No sé ahorita, aquí tenía ganado y se dedicaba también a la agricultura. Sólo sabemos que se pasa poniendo demandas a los hombres de aquí.

–¿Porqué sabe que el militar que le preguntó por su esposo era teniente?

–Pensamos eso porque traía sólo pistola.

–¿Potrqué sabe que venía al mando?

–Porque los demás le obedecían y lo protegían.

–Si sabe porqué los elemenotos del Ejército quieren que la familia se salga de la comunidad.

–Nos dijeron que si todo el tiempo vamos a estar igual, con los hombres escondiéndose, porque el Ejército siempre los va a perseguir. Y dijo: mejor se debían de ir.

Y explicó más. Dijo que Faustino ha acusado a los hombres de esta comunidad de muchos delitos falsos, y ya está un hermano de Rodolfo Cabrera en la cárcel, aparte de los dos muertos.

Contestó al final: “Probablemente los solados quieren que salgamos de aquí para que ya no los manden a perseguirnos”.

 

Preguntas capciosas a los menores

 

Heriberto Cabrera Avila, actualmente de 16 años, dijo que estaba en su casa el 17 de julio del año pasado cuando llegaron los soldados.

El MP militar le preguntó:

–¿Porqué sabes que los seis elementos que llegaron a tu casa tenían las armas listas para disparar?

–Porque a mí me la tenían así (y enseñó la posición del soldado con el arma en ristre), apuntando el rifle hacia adelante y con el dedo en el gatillo. Uno se arrimó a la puerta y me dijo: salte, y con el rifle apuntándome casi en las costillas.

–¿Qué tipo de problemas tenía el señor Faustino Sánchez Rodíguez con la comunidad?

–Que él quería quedarse con los terrenos de la comunidad y mató a dos tíos mios o pagó para que los mataran.

–¿Porqué los soldados quieren que ustedes se salgan de la comunidad?

–Los soldados llegaron y dijeron que a nosotros no nos quedaba otra más que nos fuéramos. Dijeron que la orden ya estaba metida y que nosotros no teníamos otra que salirnos.

–Dónde estaba tu papá el 17 de julio de 2001.

–No sé. el chiste es que no estaba.

Como si la sola presencia de los soldados con las armas listas para disparar no fuera una presión y una amenaza, el agente del MP preguntó a Heriberto si recibió alguna amenaza de los soldados, por ejemplo si le dijeron que lo iban a matar, y él dijo que no recibió alguna amenaza. Finalmente, describió cómo era el militar que lo interrogó.

Alma Delia, que entonces tenía 11 años, dijo que unos soldados llegaron a su casa preguntando dónde estaba su papá y adónde se va cuando los militares llegan. Y lo mismo que a Heriberto, le preguntaron si la amenazaron con matarla o con llevársela o algua otra amenaza y ella dijo que no. “solamente me preguntaban si estaba mi papá y a dónde se había ido.

“¿Dónde se encontraba tu papá el 17 de julio del año pasado”, fue la última pregunta, y la niña contestó: “No sé, él no nos dice a dónde va”.

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