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Los spring breakers desde adentro: los chicos sólo quieren divertirse

 Se les conoce como spring breakers. Vienen de las frías tierras del norte a disfrutar de la libertad etílica, la permisividad erótica y los excesos lúdicos . Son los hijos de un dios Dionisio de plástico llamado VTI (Viaje Todo Incluido) y su filosofía hedonista es tan amplia como se lo permiten las cinco semanas que dura su estancia en estas tierras plenas de sol, mar y arena.Lo mismo son reverenciados por la creencia de que su riqueza alcanzará a todos los que se acerquen a ellos, que temidos por sus arranques de desfogue debido a los estados de éxtasis a los que llegan en su búsqueda de paraísos artificiales.A pesar de su celestial apariencia con ojos tan azules como el cielo y refulgentes cabellos dorados, son seres mundanos que en su búsqueda del improbable santo grial de la juventud eterna, terminan por renunciar a él y remontar el vuelo de regreso a su Valhalla de concreto y cemento de donde vienen.

Ellos son –estos son– los spring breakers

Xavier Rosado Hace ya mucho tiempo que amaneció, es mediodía y el hambre y la garganta seca los hace moverse de su letargo para bajar a desayunar algo que se parezca a lo que comen todos los días en su tierra natal (Estados Unidos o Canadá): huevos acompañados con hashbrown (tiritas de papas y cebolla a la pimienta), papas fritas, jamón o tocino.Después de los alimentos, se les hace imprescindible hacer una parada en el bar. Piden una cerveza o un bloody mary escarchado, unos sorbitos al vaso les produce una exclamación de éxtasis. Estan listos para una nueva jornada.El siguiente paso es conquistar el terreno: un camastro cerca de la alberca o una palapa en la playa.Los lugares más cotizados son aquellos que permiten un acceso visual a toda la acción y sobre todo, estar inmerso en el destrampe cotidiano. Todos los hoteles que reciben a los spring breakers contratan a un animador para que mantenga una dinámica constante en el área de la piscina y de la playa. Estos extrovertidos personajes realizan torneos de volibol playero, water polo, frisbee-futbol o concursos de baile sexi o algunos más creativos como el de inflar condones hasta que revienten.El más popular de los juegos es sin duda el concurso del plátano, que consiste en colocar esa fruta sin cáscara en el traje de baño de los hombres, aplicarle una gruesa capa de crema chantilly para que las chavas limpien la crema con la boca.Obviamente, gana la que deje la banana más limpia…Estas actividades son a veces ignoradas por los spring breakers porque lo único que ellos desean es estar chill out (echar la hueva) hasta que duela, untarse sus poderosos bronceadores y tomar el sol hasta verse transmutados en camarones.Sólo interrumpen el descanso para ir por más bebidas o agarrar una hamburguesa a la hora del lunch.No les interesa el deporte, la ecología o la cultura, su propósito fundamental durante todo el viaje, es dejar atrás el orden, el estudio, la seriedad, las reglas y compromisos para explayarse en todas las formas posibles en el reventón de Acapulco.Las chicas son las más aficionadas al bronceado, demuestran una capacidad asombrosa para permanecer al sol horas y horas sin mostrar un solo gesto de cansancio o tedio, el resultado es más que efectivo, ya que ostentan unos bronceados de concurso, sin una sola imperfección o irregularidad en el tono. Los hombres básicamente se dedican a hacer perder a la casa haciendo uso de sus derechos en la barra de licores con singular frecuencia. También están pendientes de las que podrán ser sus acompañantes de suite en la noche, aunque cautelosamente, sin mostrar ni mucho amor, ni todo el interés.

 

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