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Se fueron las tropas del crucero cercano a Barranca Bejuco

* El delegado, Ezequiel Sierra Morales, planteó al coronel del 41 Batallón la demanda del pueblo de la salida de las tropas porque atemorizan a los niños y a las mujeres, y nadie puede salir a sus labores mientras hay soldados

Maribel Gutiérrez, enviada, Barranca Bejuco * El jueves 7 de marzo, las tropas del 41 Batallón de Infantería se retiraron de los dos sitios más cercanos a Barranca Bejuco, donde estuvieron acampadas desde los primeros días de febrero.

Antes del medio día del jueves 7, cerca de 100 soldados se concentraban reunidos con sus jefes en el crucero de la brecha de terracería de sube de Ayutla de los Libres a la región me’paa (llamada erróneamente tlapaneca) por la que se llega a comunidades indígenas de La Monaña como Barranca Tecuani, Barranca de Guadalupe y Ciénega del Sauce.

Al paso por ese crucero, un militar situado en el camino avisó a sus jefes que en el vehículo que en ese momento pasaba iba “la prensa”, y el que parecía el militar de más alto rango en ese punto dijo: “Que pasen”, y no hubo revisiones ni preguntas como cuantro días antes, el domingo 3, cuando el militar al mando del retén en el crucero Caxitepec Mexcaltepec había dicho que estaba “prohibido tomar fotografías”, y que de sus jefes de la 35 Zona Militar habían recibido la orden de estar “alertas” ante una posible agresión de la comunidad de Barranca Bejuco, después de que se difundió la denuncia de que soldados de ese agrupamiento golpearon y violaron a una mujer indígena de esa localidad.

El miércoles 6, las autoridades del pueblo dialogaron con el jefe del 41 Batallón de Infantería, coronel Ignacio Solano Gutiérrez, y con un agente del Ministerio Público militar, ambos de la 35 Zona con sede en Chilpancingo, que fueron a investigar la queja contra soldados que golpearon y violaron a Valentina Rosendo Cantú.

El delegado del pueblo, Ezequiel Sierra Morales, planteó al jefe militar la demanda del pueblo de la salida de las tropas porque atemorizan a todos los indígenas, principalmente a los niños y a las mujeres, y nadie puede salir a sus labores mientras están las tropas cercanas.

También planteó la queja porque el sábado 2 de marzo, los soldados estuvieron diaparando en el cerro San Marcos, que se localiza en el centro de la comunidad.

Según el delegado, el jefe militar escuchó la petición, y dijo que los soldados tienen que andar en la región, pero en los cerros, donde está la droga, no en los poblados donde espantan a la gente, y ofreció que ya no van a andar los militares cerca del pueblo.

Por los disparos en el cerro del sábado 2, el comisario dijo que el coronel regañó al militar encargado del agrupamiento que estaba en el crucero Caxitepec-Mexcaltepec, y que el militar ese militar respondió que no había sido su gente. Según los testigos, Solano Gutiérrez dijo que iba a investigar.

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