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Niega la Sedena la agresión y violación a una joven indígena en Barranca Bejuco

* Ayer fue disuelto el retén cercano a la comunidad, en el crucero Mexcaltepec-Caxitepec * Atribuye la denuncia a delincuentes afectados por la campaña contra el narcotráfico que tratan de desacreditar a los militares

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) rechazó ayer “las acusaciones en contra de personal militar, por presunta violación a una mujer en el estado de Guerrero”, y dijo que los efectivos del Ejército “no efectuaron en dicha fecha (el 16 de febrero, cuando la joven Valentina Rosendo Cantú fue golpeada y violada por soldados), alguna operación en las cercanías de la comunidad de Barranca Bejuco, municipio de Acatepec.

En aparente contradicción con el boletín difundido el 7 de marzo, a Barranca Bejuco llegaron el miércoles 6 de marzo por la tarde el coronel de Infantería Ignacio Solano Gutiérrez, del 41 Batallón de Infantería con sede en Chilpancingo y el agente del Ministerio Público Militar adscrito a la 35 Zona Militar, César Alejandro Rivera Castillo, para iniciar la investigación de los hechos.

Este jueves 7 de marzo, un día después de la visita de dichos funcionarios militares a la comunidad me’paa, se retiraron las tropas que estaban acampadas en el crucero de Mexcaltepec-Caxitepec, en las cercanías de Barranca Bejuco. A las 11 de la mañana, cerca de 100 efectivos militares se encontraban en el crucero de la carretera de terracería que sube de Ayutla y conduce a Barranca Tecuani y Ciénega del Sauce.

En el lugar, aparentemente estaban los mismos funcionarios militares que iniciaron la investigación de las denuncias hechas por la comunidad y por el pueblo.

Las tropas que durante más de un mes estuvieron en el área de Barranca Tecuani se desplazaron por tierra por la misma región me’paa, ahora dentro del municipio de Ayutla de los Libres, y a las 3 de la tarde sobrevoló esa área un helicóptero militar.

Desde la ciudad de México, la Sedena dice en su comunicado de prensa número 025, del 7 de marzo 2002, que el Ejército no estaba en Barranca Bejuco. Pero desmienten esa versión las declaraciones de la joven indígena agraviada, de todos los vecinos de la comunidad, e incluso de militares entrevistados el domingo 3 de marzo en las cercanías de esa comunidad me’paa.

Un soldado en el retén ubicado en el crucero Mexcaltepec-Caxitepec, muy cerca de Barranca Bejuco, informó que el agrupamiento al que pertenece llevaba un mes en este sitio, y el jefe de ese retén, que no quiso dar su nombre pero su fotografía se publicó en la edición de El Sur del 6 de marzo, afirmó que la operación que realizan en este lugar tenía como finalidad aplicar la ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

El miércoles 6, ante el coronel del 41 Batallón y el agente del MP militar, Valentina Rosendo Cantú, de 17 años, ratificó la denuncia que presentó en la queja enviada a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sobre los golpes y violación que le infligieron el 16 de febrero soldados del Ejército que llegaron hasta el arroyo donde estaba lavando su ropa, le preguntaron dónde estaban los encapuchados y leyeron una lista de once indígenas acusados de ser encapuchados, entre quienes se encuentra su esposo, Fidel Bernardino Sierra, y las autoridades de la comunidad.

En el boletín, la Sedena dice que la zona donde se encuentra Barranca Bejuco, en La Montaña de Guerrero, es de alta incidencia de producción de enervantes, por lo que “no se descarta la posibilidad de que la aplicación de la campaña en contra del narcotráfico afecte intereses personales de delincuentes que habitan en esa área, los cuales aprovechan cualquier oportunidad para tratar de desacreditar las actividades del personal militar”.

Finalmente, el documento señala el “indeclinable” respeto de la institución a los Derechos Humanos de la sociedad por lo que, insiste, “rechaza categóricamente las versiones publicadas, mismas que carecen de veracidad”, dice en el boletín. (Maribel Gutiérrez)

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