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Las nuevas obras en la Costera indican pérdida de vocación turística, señalan

* Es necesario reglamentar estacionamientos en la zona, dice el director de Arquitectura de la UAA * Además de problemas viales, habrá sobrecarga del drenaje, prevé Rubén Valencia

Jeanette Leyva Reus (Segunda parte) * Las construcciones nuevas –dos hospitales, dos tiendas y un conjunto residencial– que se desarrollan a la vera de la Costera, entre el fraccionamiento Club Deportivo y la colonia Icacos, indican que Acapulco ha perdido vocación turística.

Opinaron en ese sentido el director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Americana de Acapulco (UAA), Francisco Javier Cabrera Betancourt, y la articulista Manú Dornbierer.

Por su parte, Rubén Valencia Ziga, fundador de la Asociación de Condóminos de Costa Azul y candidato a dirigirla nuevamente, cuestionó la construcción de los dos hospitales –el que se instalaría en el Centro Deportivo Acapulco y el que ya se construye en Horacio Nelson, a unos metros de la Costera–; “un hospital necesita de una vialidad accesible y rápida, que pueda servir a la población y cumpla con su cometido; pero si está en un sitio complicado, como es AFA, desgraciadamente se está ahogando él solo. Ni la autoridad ni ellos están viendo a futuro la complicación vial”.

Urgió a las autoridades a trabajar en un Plano de Fluidez Vial; “que nadie se vaya a morir porque no llegó a la clínica; pero no es sólo el problema de congestionamiento vial el que habrá en un futuro inmediato, sino también habrá problema de drenaje, al no soportar los tubos más descargas residuales”.

Comentó que al estar ya las construcciones avanzadas, porque cumplieron los requisitos que pide el gobierno, propondrá a los colonos de Costa Azul que las tiendas que no cumplan con lo prometido en sus promociones, o dejen de otorgar los servicios que pronto ofrecerán –en Wal Mart por ejemplo en un principio, en patines los empleados atendían de forma rápida a los clientes– serán objeto de boicot ciudadano.

“Eso se hace en Estados Unidos, los consumidores están unidos; nosotros ya no podemos hacer nada porque las construcciones siguen adelante, así que lo único es esperar y alzar la voz cuando no cumplan lo que ofrecen”, finalzó.

La costera perderá imagen en calidad visual y vialidad: Cabrera Betancourt

Para el director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Americana de Acapulco, Francisco Javier Cabrera Betancourt, la construcción de nuevos centros comerciales ahí “no es del todo para bien, porque están cambiando la imagen urbana de la costera”.

Entrevistado en las oficinas de la Facultad de Arquitectura de la institución privada, Cabrera Betancourt consideró que es necesario diversificar las construcciones en Acapulco, pero que éstas deben de darse en áreas propicias, como la zona Diamante.

Acerca de la transformación paulatina de Acapulco, por la construcción de centros comerciales y hospitales, en lugar de edificaciones con vocación turística, dijo que estás han generado un cambio progresivo en la imagen urbana, “pero no del todo para bien”.

Los cambios que se están dando en el puerto son, para el director de la Facultad de Arquitectura, reflejo de la pérdida de la vocación turística de Acapulco y la falta de inversiones en el área hotelera.

“Acapulco se ha ido a la baja en cuanto a la calidad económica de quienes nos visitan; se hablaba antes del turismo mochilero con desdén, ahora es el que nos visita, y tampoco se ha atendido como es (debido); la oferta hotelera ahora se da en los condominios, en lugar de nuevas inversiones; esto da como resultado la comercialización de los predios que hay en la costera”, explicó.

Opinó que no es fortuita la creación de esos proyectos, “quien tiene el dinero lo invierte en algo que vaya a producir, si el turismo no le ofrece una utilidad, lo hacen a través del comercio”.

Dijo que “el hecho de que una instalación como Gigante se vaya a incrustar en una zona residencial, cuando se pudo generar un espacio abierto que tanta falta hacen en Acapulco, además en los alrededores está un Centro de Convenciones, restaurantes y condominios, eso dará al traste con el valor de los edificios que están alrededor; la construcción de un centro comercial enfrente de La Torre Acapulco, y algunos otros que están en camino, no van a hacer más que saturar la vialidad de la Costera”.

Agregó que todavía no se tienen definidas en el corto plazo alternativas para mejorar la vialidad alterna, la llamada Costera Vieja.

El catedrático opinó que es necesario tener un proyecto para regular y dar espacios a los estacionamientos, de lo contrario no habrá solución posible para aligerar el problema vial en Acapulco.

Manifestó que la avenida turística cada día se satura más de establecimientos comerciales, “una zona que ayer fue la que tenía el mayor valor comercial de uso de suelo, con dichas construcciones va a la baja”.

Comentó que el cambio de uso de suelo “ha sido por la presión del desarrollo urbano; ya algunas calles, como Horacio Nelson, sufren el embate de esto; al principio no se le puso freno, por lo que ahora es imposible detenerlo”.

Ejemplificó que en el área de los fraccionamientos Las Brisas y Brisamar, los residentes de la zona impiden que se dé un uso diferente y que los terrenos se saturan de construcciones, “y aún así hay brincos legales que lo logran, hay muchas argucias legales y las autoridades no siempre están preparadas para dar una respuesta inmediata y eficaz”.

Aseguró que Acapulco ya está saturado de locales comerciales, a diferencia del turismo, que cada día es menos. Finalmente, para el director de la Facultad de Arquitectura de la UAA, una de las soluciones consiste en que los profesionistas actúen correctamente y no violen el Plan Director Urbano del municipio.

Esas inversiones a largo plazo acabarán con Acapulco: Manú Dornbierer

Para la articulista Manú Dornbierer, la construcción de tiendas comerciales a unos metros de la playa es el comienzo de la destrucción turística de Acapulco.

Entrevistada en su apartamento, en una de las torres del complejo Century Resort, con vista a la bahía por un lado y, por el otro, a los trabajos de construcción del Super Gigante, la periodista criticó las obras que se efectúan en el puerto.

Para ella, el presidente municipal Zeferino Torreblanca Galindo y el gobernador René Juárez Cisneros están en contubernio contra Acapulco.

Dijo que la corrupción no deja pruebas notariadas. Según sus datos, el terreno del Super Gigante que en próximos meses abrirá sus puertas pudo servir para hacer un hotel tropical al aprovecharse la vegetación del lugar, “pero la vegetación fue arrasada en una mañana”.

Dijo que esas construcciones “son un crimen contra Acapulco porque a la costera la han convertido en la avenida Cuauhtémoc 2 a la enésima potencia, es un atentado contra lo que es Acapulco”.

Protestó contra dichas edificaciones, y propuso a los acapulqueños no comprar en las tiendas Gigante. “La gente no ha visualizado a largo plazo que éstas ensuciarán más la bahía, además de que están a unos metros de la playa”, dijo.

Sobre la opinión de los empresarios que actualmente prefieren invertir en otro tipo de negocios y no directamente en el área turística, dijo que esto es un error.

Reveló que el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad), Luis Santana Castillo –quien tiene precisamente un apartamento en una de las torres del Century Resort–, es uno de los principales socios del nuevo Super Gigante. “Lo único que quieren hacer es vender y llevarse su dinero, no se queda nada de las ganancias aquí, nada más vienen los fines de semana”, remató.

Para Manú Dornbierer, la alternativa para Acapulco es invertir en el turismo ecológico, pues hay una gran variedad de lugares que pueden ser explotados en beneficio de los acapulqueños. “Se necesitan más inversiones ecológicas en el puerto; en otros lados se fomenta la limpieza y la belleza, y aquí no se hace nada de eso; es urgente que se empiece a trabajar”, dijo.

Rechazó que su preocupación obedezca a la depreciación que sufrirán los predios localizados alrededor del Super Gigante. “Estoy en contra porque son una aberración”, señaló.

Criticó que todas las construcciones sean puestas en la Costera, además de que los grandes centros comerciales no venden productos originarios de la localidad. “Aunque son inversiones, no sirve porque se llevan las ganancias y no las invierten aquí”, señaló.

Recordó que el director del hotel Tortuga, “Pepe López Cano declaró la tontería de que se construyen esas tiendas porque ya no hay turistas para hacer más hoteles; esas son inversiones asesinas a largo plazo”.

Propuso la creación de un Instituto del Mar, donde se estudie por especialistas de todo el mundo el ambiente marino que hay en la bahía de Santa Lucía.

La columnista dijo que buscará entrevistarse en las próximas semanas con el titular de la Sermanat, Víctor Lichtinger, y con los empresarios Olegario Vázquez Raña –a quien le pedirá que no construya el hospital de especialidades cardiovasculares en el Centro Deportivo Acapulco– y Carlos Slim –para que apoye la fundación del Instituto del Mar en Acapulco.

Por lo pronto, la única certeza parece ser que la zona Dorada de Acapulco sufrirá, en este año, una transformación que alterará definitivamente su carácter turístico. Toma forma el Acapulco del nuevo siglo.

Acapulco, puerto de “alto riesgo” para militares de EU, revelan documentos

En 1996, el Departamento de la Marina Armada de Estados Unidos instruyó a su personal militar permanente y de tránsito para que evitaran ciertos lugares de Acapulco y de otros puertos mexicanos, por considerarlos de alto riesgo.

Eso dicen documentos de evaluaciones internas de los servicios de inteligencia de la Marina Armada estadunidense, obtenidos por el periódico El Financiero con base en la Ley de Libertad de Información de Estados Unidos, revelados ayer en una nota de ese diario firmada por su corresponsal en Washington, Dolia Estévez.

De acuerdo con la misma fuente, las advertencias de la Marina siguen vigentes, ya que las condiciones de México no han cambiado significativamente.

Para la Armada norteamericana, México es un país pobre “en el que la mayoría de la riqueza y recursos nacionales está controlada por una clase alta muy pequeña. La riqueza de los cárteles de la droga y la pobreza de muchos mexicanos a menudo resulta en la corrupción de la policía y de funcionarios gubernamentales de todos los niveles”.

El puerto es considerado por la Marina como un sitio “off limits” (fuera de límites), y describe el tipo de amenazas que enfrentarían sus marinos: “Acapulco es el cuartel de la Marina mexicana en el Pacífico y ésta no patrulla las costas durante las visitas de la Armada de EU y se recomienda evitar el área fuera de las tres cuadras de la carretera costera.

“La seguridad en el muelle es bastante buena, gracias a los esfuerzos del gobierno de EU para mejorarla por las llegadas de cruceros con pasajeros estadunidenses abordo”.

En éste sentido, en una entrevista vía telefónica, el capitán de Puerto Antonio Pizá Soberanis aseguró que Estados Unidos no participa en la seguridad de la terminal marítima, porque “sólo vigila la Armada de México. Es una mentira”.

Al preguntarle si el gobierno de ese país había financiado parte de la remodelación del muelle, Pizá Soberanis se disculpó diciendo que estaba en un acto de la Armada mexicana en Veracruz, y prometió que hoy abundará al respecto.

El documento de la Armada estadunidense concluye sus advertencias a su personal, con un párrafo dedicado a la matanza de Aguas Blancas: “en junio de 1995, la policía de Guerrero mató a 14 (sic) campesinos e hirió a 19 más en un enfrentamiento en Tepetixtla (sic) a 18 millas de Acapulco. Algunos de los asesinados eran miembros de la Organización Campesina de la Sierra Sur (sic), que se considera alineada al PRD. Los sobrevivientes dijeron que fueron víctimas de una emboscada y que la policía plantó armas en las manos de los muertos”.

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