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Guillermo Sánchez Nava

La UAG, el PRD y el futuro de Guerrero

 Estamos en la recta final de dos procesos electorales que harán historia y definirán la política democrática en Guerrero en los próximos tres años: la elección del rector de la Universidad Autónoma de Guerrero que será el próximo 12 de marzo; y la elección de las instancias de dirección del Partido de la Revolución Democrática: nacional, estatal y municipal, el 17 de marzo como un hecho inédito, que será la primera prueba de fuego después del Congreso de Zacatecas.

Ambos procesos están llevando a tensar todas las fuerzas y a definir posiciones. Lo ideal, lo deseable, lo extraordinario sería que en cada frente –universidad y PRD– se desarrollara el proceso con plena autonomía, en un ambiente de lucha civilizada, de respeto y propuestas reales y viables, lo que significaría un ejemplo e indicio de una nueva cultura política en la transición democrática. Desgraciadamente no es así, estamos viendo y viviendo una vez más una campaña basada en los insultos, en la descalificación, en el revanchismo mostrando una cultura política atrasada.

Como en otros procesos electorales en la UAG y en el PRD, en esta coyuntura se ha conformado una “santa alianza” inspirada y alentada por intereses oportunistas, mezquinos y revanchistas contra la Alianza Estratégica Universitaria, y en especial contra los cívicos y el senador Armando Chavarría Barrera, como una estrategia maquiavélica y del más viejo estilo priísta de desprestigiar, descalificar e insultar para ganar simpatías y votos.

Por supuesto que no me refiero a las bases universitarias, sino a los dirigentes que se aglutinan en torno al Frente Amplio Universitario que encabeza Rogelio Ortega Martínez. Considero que no se vale ni les queda que anden ondeando la bandera de la honestidad, de la dignidad y de la salvación de la universidad cuando estos dirigentes han vivido desde hace muchos años no tan sólo del presupuesto, sino de los privilegios y canonjías, como aviadores, becados en el extranjero, como secretarios, administradores y asesores. ¿O no compañero Rafael Aréstegui, Antonio Torres Montoro, etcétera? Han sido no tan sólo aliados de su campaña sino parte de los equipos centrales de decisión. Lo que están haciendo con el estilo de su campaña es autodenigrase y evidenciarse de que no están por un proyecto nuevo de universidad, sino por salvar sus intereses personales.

Con todo y que no estoy de acuerdo con el lenguaje de insulto y descalificación de Rogelio Ortega contra el profesor Nelson Valle Ramírez, entiendo que es su estrategia para ganar adeptos y que refleja un gran resentimiento porque no se le apoyó en la Comisión Política del MAR, y si él hubiera sido, estoy seguro que los adversarios le dirían el candidato impuesto y futuro títere de Armado Chavarría. Pero bueno, las cosas se dieron como se dieron y Rogelio Ortega decidió ser el caballo de troya para dividir y si es posible derrotar al MAR. En realidad desde hace tiempo no se sentía parte de esta expresión y al decidir encabezar otra opción, estaba claro que se iba a una contienda de confrontación.

Lo que no esperaba es ver a mis compañeros cívicos en la universidad –para los que todavía se consideran cívicos– y el candidato Rogelio Ortega Martínez, uniendo sus voces y tomados del brazo con el felixismo, que más que ser un proyecto político es un movimiento personal de Félix Salgado Macedonio, que desde que surgió ha sido anticívico. De aquí que en esta coyuntura no conciben que los cívicos podamos ganar, al lado de nuestros aliados, la Rectoría de la UAG y la dirección del PRD, por eso el llamado del presidente estatal del PRD, René Lobato Ramírez, a favor de Rogelio Ortega en la universidad. Llamado desafortunado que cae en el campo de lo faccioso y demuestra una irresponsabilidad porque es presidente del PRD, no del M-27, pero qué bueno que tomó posición pública, al igual que Pioquinto Damián Huato, porque ponen al descubierto sus verdaderos fines políticos.

Es falso de toda falsedad que a René y Pioquinto les preocupe el proyecto académico de la universidad, es más bien estrategia y una actitud mezquina, en contra de los cívicos y del senador Armando Chavarría Barrera a quien hay que desprestigiar y cerrarle paso en la universidad a como dé lugar para que no crezca como posible candidato a gobernador, ya que esto significa obstaculizar la ambición desmedida del diputado Félix Salgado Macedonio, quien quiere ser candidato a gobernador por tercera ocasión consecutiva, después de estar como diputado federal, senador y diputado federal por más de 12 años ¿No será este el verdadero cacique, que se ha impuesto con presiones y chantajes, utilizando su carisma y su lenguaje populachero para ser candidato y representante popular? Este es el fondo de la discrepancia y de la Santa Alianza.

Por lo que respecta al proceso interno del PRD quiero resaltar que es una experiencia inédita muy complicada y con irregularidades, en parte por el agandalle del aparato de la gente de Nueva Izquierda, y de Foro Nuevo Sol (los chuchos y los amalios) a nivel nacional y en parte por los tiempos y falta de recursos; no se midió la magnitud de la tarea y del tiempo necesario para tal objetivo.

Es inédita, porque por primera vez el 17 de marzo elegiremos con ocho boletas, el mismo día y en todo el país al presidente o presidenta, y secretario general nacional; a los consejeros nacionales y delegados al congreso nacional; al presidente o presidenta y secretario general a nivel estatal, a los consejeros estatales y a los delegados al congreso estatal; al presidente o presidenta, al secretario general o secretaria municipal y a los presidentes de los comités de base. Este  método de elegir fórmulas y planillas llevó a realizar o concertar las más diversas e inimaginables alianzas, por ejemplo a nivel nacional el M-27 y el MDS apoyamos a Rosario Robles, pero a nivel estatal tenemos candidatos diferentes y también aliados diferentes, este cruce de alianza.

Con algunas excepciones, como el caso de algunos compañeros que han calificado al candidato del M-27, Hermilo Mejia Estrada, como figueroísta, calificativo que no comparto, lo que sí creo es que quemaron un cartucho antes de tiempo, porque no tiene los tres años como militante, que es un requisito estatutario para ser candidato a presidente. Significa esto que no se están respetando los estatutos y por lo tanto la institucionalidad.

Desde esta tribuna democrática de El Sur, los invito a que le bajemos a la confrontación, a la descalificación, a los ataques personales, que pongamos por adelante los argumentos políticos, las propuestas organizativas, que esperemos los resultados del 17 de marzo, con el compromiso de reconocer a los ganadores e iniciemos una nueva etapa de diálogo, de acuerdos políticos, para darle estabilidad al PRD y prepararnos para la siguiente coyuntura electoral constitucional de octubre del 2002, en la que tenemos que ganar la mayoría de ayuntamientos y diputados locales con un partido fuerte, unido y renovado.

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