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Héctor Manuel Popoca Boone

Beatriz Paredes Rangel: una dirigente con luz propia

Beatriz Paredes Rangel no ha necesitado del dinero para ser una figura destacada de la política nacional, ni ha requerido usarlo en el ejercicio pervertido de la política para tener ascendencia entre sus correligionarios y en el mismo pueblo.

Tampoco ha necesitado estar bajo la sombra de alguna personalidad política, ni bajo el cobijo de alguna camarilla política para lograr la carrera brillante que como luchadora social, servidora pública, legisladora y política contiene su curruculum personal.

Sin lugar a dudas,  ha sido una mujer excepcional en la vida política contemporánea de Tlaxcala, su estado natal, y de México. Doble mérito es haberse destacado en un país que aún contiene fuertes resabios machistas. Ha sido una mujer recia que se ha sobrepuesto a tales asechanzas y a muchas otras más, saliendo siempre airosa y reconocida.

Ha destacado en distintos ámbitos del quehacer político: como militante de su partido político, profesionista, servidora pública, legisladora, gobernante y como representante de nuestro país en el exterior.

Dentro del PRI, su desempeño político ha sido impecable, lo que le ha valido que le hayan conferido diversas responsabilidades de dirigencia. A saber: desde ser militante en el movimiento nacional de la juventud revolucionaria , pasando por la secretaría general de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Tlaxcala, así como ser secretaria general de la Confederación Nacional Campesina (CNC), hasta haber ocupado la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

Beatriz Paredes Rangel es socióloga por profesión, graduada en la UNAM. Por su preparación y experiencia, ha sido dentro de la administración pública: subsecretaria en la Secretaría de la Reforma Agraria, subsecretaria en la Secretaría de Gobernación, presidenta de la Comisión Nacional de Desarrollo Integral y Justicia Social para los Pueblos Indígenas, para culminar su trayectoria como gobernante, cuando el pueblo tlaxcalteco le confirió ser gobernadora constitucional del estado de Tlaxcala. Fue la primera mujer gobernadora en ese estado y la segunda mujer gobernadora en todo el país, después de Griselda Alvarez en el estado de Colima.

Ha sido embajadora de México ante la república de Cuba y presidenta del parlamento de América Latina, instancia de representación de los parlamentos de esta región continental.

Como representante popular y legisladora, cuenta con una importante trayectoria dentro de los poderes legislativos, tanto en el nivel local como en el federal. Fue diputada local y coordinadora del Congreso de Tlaxcala. En la actualidad es por tercera ocasión diputada federal; habiendo tenido responsabilidad de coordinar a los diputados priístas y ser presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados federal. Fue senadora de la república en la LVII Legislatura al Congreso de la Unión.

Con tamañas prendas es la candidata ideal para asumir la dirigencia nacional del PRI, que en estos tiempos mucho requiere de una conducción con madurez, sensatez y alta fidelidad en la convicción política. Las bases priístas  ya no quieren más añagazas por parte de sus líderes, ni tampoco más simulación, manipulación, perversión y corrupción política.

A Beatriz Paredes la conocí en la época que gobernaba en Guerrero Alejandro Cervantes Delgado. Ella era en ese entonces subsecretaria de Organización en la Secretaría de la Reforma Agraria y nos apoyó mucho en el programa de fortalecimiento de las organizaciones campesinas productivas. De ese relación surgió una amistad que la refrendamos cuando trabaje en la construcción de un nuevo movimiento campesino en el Estado de Morelos siendo ella subsecretaria en la Secretaría de Gobernación.

Cuando sufrí acoso y hostigamiento por parte del gobierno de Jorge Carrillo Olea, Beatriz fue de los poco priístas que salieron en mi defensa como secretaria general de CNC; posteriormente me invitó a colaborar como su asesor. De esa experiencia, supe aún más de su lealtad, solidaridad y simpatía ideológica, aún cuando en lo personal quisiera verla mayormente revolucionaria.

Por estas razones y otras más, le otorgaré mi voto ciudadano el próximo domingo 24 de febrero, como lo harán muchos campesinos y mujeres del país. Estoy seguro que con Beatriz Paredes, el PRI dignificará la práctica de la política y la ejercitará con altura de mira y propósitos.

P.D. 1 De que a algunos panistas les gusta el dinero en forma desmedida, no hay la menor duda. El presidente municipal de Ecatepec, Estado de México, militante del PAN, se había autoasignado un sueldo mensual de más de cuatrocientos mil pesos. Así cualquiera se sacrifica.

P.D. 2 Se supone que por encima de los juegos de poder en que todos participamos en estos tiempos y lares, están los intereses supremos de Guerrero y su pueblo ¿O no es así?

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