Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Marcial Rodríguez Saldaña

La renovación de los partidos

La alternancia presidencial en julio del 2000 tomó de sorpresa a los partidos políticos en México. El PRI acostumbrado a ganar todas las elecciones presidenciales, no esperaba perder la Presidencia; al PAN aunque había obtenido varias gubernaturas estatales, le cayó  de sorpresa el resultado electoral y el PRD tuvo un descenso importante en sus votos y en su representación en el Congreso.

El PRI quedó en la orfandad, pues al no ganar la Presidencia de la República se quedó sin su líder nato; con ello empezaron las pugnas entre los grupos para tomar el partido. Tuvieron que crear las nuevas reglas institucionales internas para la renovación de su dirigencia, antes designada por el presidente y ahora lo hará su militancia, con base en los estatutos aprobados en su reciente asamblea nacional de noviembre del 2001.

Dos grupos se disputan al PRI; el de Roberto Madrazo junto con Elba Esther Gordillo y el de Beatriz Paredes. Madrazo representa la línea dura del partido y Beatriz la línea de la conciliación. Es la primera elección interna del PRI para cambiar sus dirigentes, por tanto tiene los vicios tradicionales como el corporativismo, a favor de Madrazo a través del sector institucional del SNTE y de apoyo de las estructuras de poder de los gobernadores en ambos lados; pero también tiene la virtud de que la elección democrática de los dirigentes será una práctica irreversible a nivel nacional, que poco a poco será implantada en todas las instancias del PRI a nivel estatal y municipal.

En el PAN se disputan el liderazgo el actual presidente Luis Felipe Bravo Mena, quien tiene a su favor el haber ganado la Presidencia de la República en su periodo y Carlos Medina Placencia, con una posición de sana distancia y más crítica de las políticas de Fox.

En el PRD, dos tendencias se presentan a ganar la dirección del partido: Rosario Robles apoyada por los grupos cardenistas y por otro lado Jesús Ortega junto con los socialistas. La primera representa la posición más critica del partido y Ortega la tendencia más conciliadora. Aquí existe el desagradable antecedente que la elección anterior fue anulada por múltiples irregularidades, ojalá que hoy se tomen las medidas suficientes para evitar que se repita ese fenómeno.

El resultado de las tres elecciones, será muy importante para determinar el futuro político en los próximos años, de ello dependerá que tantos acuerdos se puedan tomar para que la alternancia pueda avanzar en la construcción de las instituciones políticas para la consolidación democrática.

468 ad