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Rosario Herrera

Debate, no descalificaciones en el PRD

Por  segunda ocasión en Guerrero se llevarán a cabo elecciones internas a la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática. La primera fue ganada por René Lobato Ramírez, el 19 de diciembre de 1999, histórica por cierto, porque tuvieron que pasar 10 años de vida política desde la fundación del PRD para que los militantes ejerciera su derecho estatutario de votar y ser votados.

En este momento los ánimos se perciben muy fuertes, las expresiones se disputan la presidencia estatal y tienen que actuar con mesura, tienen que actuar en consecuencia con el discurso de hace algunos meses: la unidad por encima de los grupos y las corrientes.

En la práctica estamos en dos procesos internos rumbo a las dirigencias en los distintos niveles (nacional, estatal y municipal), así como la constitucional; los liderazgos de las personalidades del partido no pueden ni deben desgastarse en ningún momento en aras de privilegiar posiciones   de grupo o de corrientes. El sexto Congreso Nacional acordó que tenemos que asumirnos como un partido propositivo y no tan sólo hacia fuera, sino también hacia adentro, el refrán popular dice que el buen juez por su casa empieza.

Si no paramos a tiempo entre todos, (empezando por los líderes y las bases sociales) la descalificación y la diatriba estos personajes que descalifican se seguirán mostrando con poca madurez política; se  deben adoptar nuevas formas de hacer campañas que vayan desde los debates públicos así como garantizar la institucionalidad por parte de todos los presidentes de todos los comités ejecutivos municipales y asumir el compromiso de recibir a todos y cada uno de los candidatos y candidatas, y escuchar propuestas no descalificaciones.

En las bases se debe generar una cultura de respeto, de ética política y no permitir que a lo largo y ancho del estado se llegue con la técnica del rumor, de atajos para que el otro no llegue. Y esto lo digo porque en estos días se ha ventilado en los medios una serie de descalificaciones en contra de Hermilo Mejía candidato a la presidencia estatal del partido. Creo que muchos nos acordamos que él hizo pública su renuncia al PRI en 1998 y su adhesión al PRD cuando Félix Salgado Macedonio logró atraer el apoyo a su candidatura de varios priístas que se le desprendieron al Revolucionario Institucional. No fue cuestionado en ese momento, al contrario, la dirigencia estatal que encabezaba el diputado Octaviano Santiago Dionicio vio con buenos ojos a Hermilo para que fuera candidato a presidente municipal de Buenavista de Cuéllar, y no se equivocó fue un gran acierto, con él gano por primera vez el PRD esa alcaldía y Mejía repitió como presidente. Este es un elemento importante que debemos destacar, porque la gente de su pueblo lo reconoció con su voto y le otorgó la confianza para volver a administrar, la lectura que puede darse es que se le considera por los ciudadanos, que toman distancia de los grupos y de las corrientes partidistas, como un hombre honesto y trabajador.

Recordemos que varias de nuestras grandes figuras nacionales fueron priístas, que al no tener el país una opción de cambio tuvieron que desprenderse de grupos de poder caciquil, y para fortuna nuestra contribuyeron a la conformación de este partido.

Esta campaña interna tiene que ser un ejemplo de organización y democracia; las precondiciones de la aceptabilidad de la derrota están marcadas en el estatuto, en el reglamento de elecciones internas, en el reglamento del servicio electoral y  la convocatoria; solamente habrá un ganador o ganadora, preparémonos todos para ganar, pero también para perder. Las campañas de descalificación en nada ayudan a un partido de izquierda opositor que aspira a ser gobierno y que desea ganar la mayoría en el Congreso.

La ciudadanía en este momento tiene los ojos puestos en todos los partidos políticos y nosotros somos una verdadera opción de cambio. Di no a las campaña de descalificación. Un voto razonado es un voto ganado para la democracia interna.

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