Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A.

No todo estuvo mal

Después de todo, la elección interna del PRI para nominar a sus candidatos a las principales alcaldías de la entidad tuvo, al menos, para la sociedad guerrerense un buen resultado: la salida de Miguel Mayrén de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG). El desempeño del precandidato derrotado ha sido el más triste del que se tenga memoria de quienes han estado al frente de esta importante dependencia.

Ahora se empieza a ver que el trabajo del secretario Daniel Pano parece más relevante, al menos por las dos notas publicadas en El Sur, los días 8 y 9 de febrero, la primera relacionada con la reunión de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (COEPES); y la segunda tiene que ver con el diagnóstico de la situación que guarda  la educación pública en la entidad, dada a conocer en la sesión de trabajo sostenida con los subcoordinadores regionales de la SEG.

En esta ocasión nos ocuparemos de los trabajos de la COEPES y en próxima colaboración lo haremos con el segundo tema, ambos relevantes para la educación de los niños y jóvenes guerrerenses.

Recordemos, en primer término, que la planeación educativa debe asegurarnos que nuestro sistema educativo contribuya a la edificación de una sociedad más justa y democrática. La planeación debe asegurarnos, por otro lado, la generación y difusión de cambios cualitativos, orientados a desarrollar en nuestra sociedad la creatividad, el sentido crítico, el talento; así, de esta forma, se establecen los cimientos para que nuestra población, particularmente la de edad escolar, pueda  iniciar y llegar a tener una convivencia civilizada.

Con relación a los cambios cuantitativos, la planeación debe impedir que éstos, al ser difundidos en el sistema educativo, incrementen las desigualdades sociales -tan arraigadas entre los guerrerenses-; por lo que ellos deben formar parte de un conjunto de estrategias dirigidas a la construcción gradual de un orden social más equitativo. Así mismo, la planeación, principalmente la relacionada con la educación superior, debe propiciar un desarrollo económico y social que contribuya a que Guerrero se integre al avance del país; que aprovechemos, entre otras cosa que nos faltan por hacer, los convenios comerciales firmados por el gobierno federal para vincularnos a lo que ha sido la locomotora del desarrollo nacional: el intercambio comercial con el exterior y el cual no hemos aprovechado los guerrerenses. Para ello será necesario que nuestro sistema productivo estatal tenga competitividad internacional, de lo cual hoy estamos muy alejados, y contar con recursos humanos altamente calificados, egresados de nuestras instituciones de educación superior, son el paso inicial para lograrlo.

A primera vista, se puede apreciar, por los planteamientos antes anotados, que no ha habido planeación de la educación, incluida la superior, en nuestra entidad por los resultados tan desastrosos que tenemos a la vista, entre otros, seguimos siendo una sociedad muy desigual y poco democrática con relación al resto del país; no se han desarrollado en nuestra población, a través del sistema educativo, cambios cualitativos como la adquisición generalizada de valores; la desvinculación entre la oferta educativa de las instituciones de educación superior, incluidas las universidades privadas, y nuestro aparato productivo, teniendo como primeros afectados a los jóvenes que estudian carreras sin demanda en el mercado.

Hace tanta falta y es urgente que funcione la COEPES, dada la repetición que encontramos en la oferta de las licenciaturas de las instituciones de educación superior. Por ejemplo, las carreras de derecho, contaduría pública y administración, a pesar de ser las más saturadas de la matrícula de educación superior en el país, las encontramos, por citar a las instituciones más importantes de la entidad, en la Universidad Autónoma de Guerrero, la Universidad Americana de Acapulco, la Universidad Loyola del Pacífico, en el Instituto Tecnológico de Acapulco, en el Centro Universitario Español, en donde para variar son las carreras más demandadas; y los resultados son para preocuparse, ya que nada más en la UAG egresan cada año 2 mil jóvenes que no encuentran empleo o se dedican a actividades sin relación con lo que estudiaron. Además, como bien lo dice el secretario Pano: que las escuelas que tienen más egresados cada año sólo están acrecentando el subdesarrollo en el estado, “es un fenómeno que en lugar de orientar el crecimiento está generando una problemática social que el gobierno del estado tiene que enfrentar” (El Sur número1176, febrero 8, 2002).

Valdría la pena, para empezar como lo propone el señor rector de la Universidad Americana de Acapulco, Israel Soberanis, que las instituciones de educación superior privadas se pusieran de acuerdo y en lugar de tener grupos de 15 o 20 estudiantes en las mismas carreras, que hacen más caras las colegiaturas y los costos de operación, que cada una de ellas ofreciera licenciaturas diferentes, se incrementara la matrícula por grupo, seleccionaran los mejores catedráticos y la mejor infraestructura; y así, de manera coordinada, ofrecieran estudios de mayor calidad, en lugar de competir por la misma matrícula como sucede ahora.

En la creación de nuevas carreras y mejor oferta educativa, la Universidad Americana de Acapulco ha dado un paso adelante con el ofrecimiento de la carrera de ingeniero en telecomunicaciones; que, como se sabe, es muy demandada en el mercado laboral, pues es en el área de las telecomunicaciones en donde se están haciendo más inversiones y las empresas que se instalan en nuestro estado se ven obligadas a traer profesionistas de otros lugares del país por no encontrarlos aquí.

Por otro lado, la baja calidad de la educación superior por el incumplimiento de la normatividad para la creación y funcionamiento de escuelas privadas, cuyo único propósito de sus propietarios es el lucro desmedido, para ello han contado con la complicidad de los funcionarios responsables de la incorporación de la Coordinación de la Zona Sur de la UAG, pues la mayoría de estas instituciones privadas están reconocidas por ésta.

Saber que el Consejo Estatal para la Planeación de la Educación Superior en Guerrero está trabajando, es una buena noticia y por ello debemos congratularnos, pues estamos convencidos que sus esfuerzos serán en beneficio de las aspiraciones de superación de la sociedad guerrerense. Ojalá que en este mismo sentido viéramos esfuerzos serios de los integrantes de la comunidad de la Universidad Autónoma de Guerrero por salir adelante y no el espectáculo que se aprecia en la renovación de sus autoridades, en donde el rector Cruz parece haber perdido la brújula por prestarse a consolidar el cacicazgo del senador Chavarría, el cual traerá más perjuicios a una institución severamente dañada.

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