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La defensa de derechos humanos debe ser un consenso nacional

* Tiene que haber una sanción general en casos como el 68 y Aguas Blancas, señala * Sin acuerdos básicos que se expresen en políticas de Estado, México será un país mediocre y débil, y con una lucha política para ver “quién engaña más, quién gasta más, quién frustra más a la sociedad”, dice

Segunda y última parte * Para evitar pasar esa frontera luego de la cual está la sublevación social, es necesario que las fuerzas políticas nacionales construyan acuerdos esenciales, consensos de fondo que se conviertan en auténticas políticas de Estado, dijo el ex comisionado para la paz en Chiapas, Manuel camacho Solís.

“El primero” de esos consensos “para que al país le vaya bien”, dijo, es el de los derechos humanos: “¡Ya, cero!  No nada más el tema del 68 sino, por ejemplo, el de Aguas Blancas. Entonces tiene que haber una sanción general. ¿Cuál sería la justificación para que no haya una política nacional al respecto y que todo mundo esté exactamente en lo mismo? Sólo que esté fuera de la legalidad”.

La siguiente es la parte final de la plática entre el ex regente de la ciudad de México con el director general de El Sur, Juan Angulo Osorio y el coordinador de Información Arturo Solís Heredia.

El Sur: ¿Se llegó a la situación actual en Argentina por incapacidad de los políticos o porque de plano no se puede cambiar el modelo económico?

MCS: Creo que en buena medida fue la incapacidad de los políticos, y su oportunismo. Lo que falló en Argentina fueron los cálculos al decir a quién voy a apoyar para ser el próximo presidente, quién puede ganar la mayoría en el Congreso. Entonces nadie apoyaba a nadie porque sabían que iban a sacar  ventaja de la debacle. Los que se habían unido para ganar se pelearon, renunció el vicepresidente Chacho Alvarez, luego los peronistas se atrincheran, luego tratan de aventarse sobre Menem sin tener una estrategia, con lo cual incitan más a la rebelión de los peronistas y les dan todavía más fuerzas.

“Si uno observa la economía de México y Argentina, parecen distintas porque aquí no hay tanto déficit y allá hay un déficit fiscal muy grande. Pero la diferencia no es tanta como se dice, porque el déficit no era muy grande en Argentina, se hizo grande en el momento en que se dio la crisis; y en México, el déficit no es tan bajo porque no se le incorporan el IPAB, los Pidiregas y todo lo demás. Es decir, el peronismo se parece al PRI y las ambiciones a corto plazo son parecidas.

El Sur: Algo parecido está sucediendo en México. No aparecen las políticas de Estado, como un compromiso consensual para la defensa de los derechos humanos, para erradicar la tortura. Necesitamos que todos los partidos políticos estén de acuerdo, que no pongan por delante sus intereses políticos inmediatos. Otro ejemplo, el Estado requiere de finanzas sanas, pero las fuerzas políticas no pudieron resolver una reforma fiscal sin anteponer sus intereses inmediatos.

MCS: Si no tenemos esas políticas de Estado vamos a tener un crecimiento económico mediocre, vamos a tener un régimen político débil, muy distorsionado y vamos a tener una lucha política para ver quién engaña más, quién gasta más y entonces quién frustra más a la sociedad.

El Sur: En esta visión de un Estado moderno ¿cómo se entiende el federalismo?

MCS: Hay cinco consensos para que al país le vaya bien y esos cinco consensos van unidos: el primero, los derechos humanos. ¡Ya, cero!  No nada más el tema del 68, sino por ejemplo, el de Aguas Blancas. Entonces tiene que haber una sanción general. ¿Cuál sería la justificación para que no haya una política nacional al respecto y que todo mundo esté exactamente en lo mismo? Sólo que esté fuera de la legalidad, pero eso a nadie le conviene. En términos de economía, seamos críticos del neoliberalismo o no, sean peras o manzanas, a todos nos conviene que haya un déficit fiscal reducido, vamos a aceptarlo y vamos a hacer los esfuerzos adicionales para dirigir el gasto. Ese es otro consenso. Y otro punto que debiera ser de consenso casi obvio es que tiene que arreglarse la relación entre los poderes. Qué educación, hé allí otra materia en la que deben estar de acuerdo todas las fuerzas políticas. En la seguridad pública, en otra procuración y administración de la justicia, ahí también debe haber consenso, una política de Estado.

El Sur: ¿Y dónde están esas fuerzas políticas para este contexto, dónde los líderes con nombre y apellido?

MCS: No es tan fácil. Fue una correlación de luchas a favor del cambio que finalmente coagularon en una circunstancia apropiada donde íbamos a renovar ideas buenas para generar una polarización del voto y entonces capitalizar la inconformidad. Eso hizo diestramente Vicente Fox y contó con una bolsa de dinero muy grande donde se hizo una campaña de alta calidad, de publicidad y de organización de votos, etc.  Bueno, ese método no da resultados independientemente de quién lo encabece. Ahora tenemos que empezar al revés y empezar  a construir las propuestas antes.

“Y no es un rollo que no tenga razones, y que está comprometido con ciertas cosas pero debe hacerse un esfuerzo intelectual por diagnosticar los problemas, las políticas públicas, las estrategias nacionales; por una visión de cuál será la posición de México pos primero de diciembre o pos 11 de septiembre. Si se va decantando esto, se van a poder construir puentes, posiciones que son las que pueden dar vitalidad a la sociedad y se deben ligar de alguna manera con la parte más creativa  y más responsable de la sociedad: en el congreso, en las ONG, en los partidos, en los medios de comunicación…

El Sur: Crear una cultura del debate. En México no se debate nada…

MCS: Nada. Sólo se llega con el guamazo, la descalificación. Nadie escucha, nadie propone, todo mundo simula, esconde sus verdaderas intenciones. Así cómo vamos a educar a la sociedad si los líderes políticos del país estamos echando a perder lo político. Y no creo que no sean capaces o sean malos, en parte las reglas de la política que tenemos están propiciando el tema de los partidos donde todo se compra. Vamos a cerrar la caja y hacer política con un porcentaje menor de dinero, a ver si así nos obligan a debatir, porque si no ¿quién los va a pelar? Si todo lo compro con despensas, ¿para qué me voy a molestar por pensar o discutir?

El Sur: Desafortunadamente, el rumbo y el ejercicio político de los últimos años va por ahí. Nosotros  en Guerrero estamos teniendo esa experiencia. Pareciera que el sentido real de la política tiende a desaparecer.

MCS: Yo lo entendería como un asunto de urbanismo, más pertinente en Acapulco. Es decir, había dos modelos: el de Los Ángeles y el italiano. En Los Ángeles era hacer supercarreteras y hacer descansar todo en el transporte individual por automóvil y pudieron construirse puentes y quedar comunicados. Pero si nosotros queremos repetir ese modelo vamos a fracasar, porque no tenemos tanto dinero, no podemos. Igual en la política, necesitamos un modelo europeo, una urbanización donde se conserven los centros y se diversifique la economía de la ciudad, donde hay empresas pequeñas, cooperativas, donde haya otra estructura y no se destruya el panorama histórico porque es lo que tenemos y es en lo que nos identificamos.

“Pues en la política igual: nos conviene tener campañas cortas, debates obligatorios, tener provisiones expresas contra la manipulación de campañas políticas. Y ya no estamos hablando de políticos, sino de negocios de publicidad y de negocios de los medios y si no se arma el negocio de la política de nuevo, pues nadie va a querer porque hay quienes viven de estos negocios. La pregunta es, si en efecto sigue, ¿a dónde vamos? Pues a la descomposición completa de la política, y va a ser la burla y va a ser el desprecio. Y si uno depende de tal cantidad de dinero y del engaño, ¿cómo se tiene que ser para poder ganar? No se va a tener ninguna autoridad, capacidad e independencia, entonces no va a haber nadie que defienda el interés público, y serán puros acomodos de oligarquías que tienen sus representantes políticos a los cuales después liquidan, porque ya no les sirven para nada.

“Me tengo que ir porque si no, no llego al avión”.

Camacho y el Plan Puebla Panamá

El Sur: En esta relación entre la economía y la política, ¿cuál es su percepción del plan Puebla Panamá? ¿Atenta contra la soberanía estatal, avasalla las regiones y los recursos naturales, beneficia al capital foráneo?

MCS: Creo que ni eso, ni eso puedo decir del Plan Puebla Panamá. No hay todavía una estrategia precisa de lo que pretende el plan, no hay fondos para darle sustento y hay una sobreventa del mismo desde hace tiempo, que no está correspondiendo a los hechos. Y como está ocurriendo con otras muchas cosas, como que iba haber una revolución educativa… para una campaña estaba bien, pero ¿qué acciones completas pueden  diferenciar, en materia de educación, por ejemplo, lo que se hacía de lo que se está haciendo? O que nos digan un camino mejor o si hay algún diagnóstico, eso todavía no está. Por eso dudo que el plan llegue a ese punto, el riesgo es que se quede en una idea política y en un plan de coordinación de inversiones gubernamentales, en donde una o dos obras se hagan en algunos años y entonces se diga que eso es el plan Puebla Panamá.

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