Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Martínez Nateras

SAN LUNES

* ¿La universidad qué Guerrero necesita?

 En 1972, después de la renuncia del doctor Jaime Castrejón Diez se produjo una revuelta estudiantil para evitar la imposición del nuevo rector. Hoy nuestra máxima casa de estudios vive un nuevo proceso de elección de rector con las reglas acordadas por el Consejo, reglas fruto del Congreso General.

Después de 30 años y a la luz de los resultados es por lo menos necesario evaluar lo que ha cambiado en la educación superior en Guerrero, en la univiersidad pública.

¿Es esta la universidad que Guerrero necesita? ¿El contenido de lo que se enseña, la difusión de la cultura y la extensión universitaria; el trabajo editorial están a la altura de las necesidades de los unviersitarios y de la sociedad? ¿La UAG en estos ya seis lustros ha formado los investigadores y docentes, los profesionistas que el desarrollo de la entidad requieren? Valoro y estimo los grandes esfuerzos personales, de algunas escuelas y facultades en todos los sentidos de la vida universitaria pero nadie puede afirmar –nadie lo hace–puesto que todos estuvieron de acuerdo con las grandes lineas del Congreso, que la UAG esté a la altura de este pueblo y de ser la institución que debe ser.

En Guerrero en estos 30 años es mucho lo que ha cambiado en todas las instituciones del estado, pero la UAG –que es una institución autónoma del Estado– permanece inmutable.

Este es el meollo del asunto. La universidad requiere de nuevas políticas institucionales. El rector Florentino Cruz Ramírez realizó un esfuerzo plausible para cambiar el rumbo de su alma mater subordinada a los intereses de los grupos predominantes. El mismo, a quien estimo y respeto, expresa mejor que nadie que la coyuntura electoral ha vuelto a colocar a la UAG, ante la opinion pública como botín de los grupos y coto de poder? Vean en El Sur sus declaraciones. Con el fin de evitar la reflexión de fondo, una seria evaluación para definir el nuevo rumbo, para corregir y encaminar a la UAG por la ruta de la esencia de la universidad, al advertir el riesgo de perder el predominio, los resposables del fracaso, los autores del desastre, lanzan una oleada de ataques, fumarolas, distracciones. Ahora resulta que los responsables de la situación son quienes siempre han intentado el cambio resistiendo todo tipo de ofensivas de los verdaderos aliados, no del estado, y sí del que era partido en el gobierno. El doctor Rosalío Wences Reza y detrás suyo la cofradía de complicides, la sociedad de elogios e intereses mutuos, se lanzan contra el fantasma de los decembrinos.

Es hermoso construir una universidad sobrte los cimientos de la ignorancia y de la amnesia, para aprovecharse de estas virtudes como caldo de cultivo para difamar al contendiente con el único fin de asegurar el voto de los estudiantes de las prepas, quienes menos saben de la misma historia de la UAG, por ser ellos mismos víctimas de la política educativa

La maniobra es muy clara. Acusar a quienes se les oponen como servidores de los peores intereses, del PRI, del Estado, del sistema. Para ellos conservar el poder y mantener secuestrados los anhelos educativos de miles de jóvenes, para evitar que la UAG desempeñe el papel que debe y para frustrar los anhelos de investigación técnica y científica.

Es pertinente una reflexión sobre la UAG, los diálogos y debates que sean necesarios.

Yo he sido testigo privilegiado, actor y víctima de muchas de las decisiones clave. Conozco quizá major que nadie muchos de los episodios. Primero que nada no voy a permitir que ni Rosalío ni nadie manche la memoria de Evaristo Pérez Arreola. Pero hay mucho más que tengo en el baúl. En 1977 Jesús Reyes Heroles, asociado con Rubén Figueroa Figueroa lanzaron una campaña a muerte en contra de los comunistas en la UAG. “Los registro pero los confino al coto electoral”.

Para ello usaron a los arrepentidos, a quienes pusieron al servicio del mismo grupo que ahora domina a la UAG. Los aliados reales y claros del sistema fueron ellos. En 1983, el movimiento de los decembrinos estuvo a punto de reencauzar a la UAG. El manifiesto del 3 de dicembre de 1983 es una pieza académica, principalmente académica; en muchos sentidos vigente. Firmado el 3 de dicembre, da nombre a una corriente que desafortunadamente no supo actuar con permanencia y congruencia. El Manifiesto diagnoticaba el desastre académico y sirvió como programa en la campaña que postuló a Serafín Núñez Ramos como candidato a rector.

Aquella campaña confrontó a la izquierda patrimonialista, corrupta, sectaria, ignorante, perversa, polpotiana, represora a la que pertenecían los profesionales que jamás han tocado el gis, con los universitarios que pretenden hacer de la UAG una universidad.

Entonces como ahora prevaleció el discurso falso, la difamación y esa complicidad de intereses entre el gobierno federal con los dueños de la administración de la UAG. ¿Quieren discutir? Ojalá y se atrevan. El debate tiene dos grandes pistas. La de la función de la universidad en un estado como Guerrero y la de los episodios políticos. Ojalá y no prevalezcan la picaresca, la provocación ni las bolas bobas, las fumarolas, por encima de la discussion de fondo. Por cierto ¿qué opinan Rogelio, Rosa Isela, la Chata Campa, todos aquellos que se refugian en sus cubículos intentando investigar? ¿Deseamos reflexionar sobre la universidad que Guerrero necesita? Debemos hacerlo, pues lo que ocurra en la UAG nos afecta a todos.

El rescate de la UAG, la construcción de la universidad no será posible sobre las cenizas o los restos del naufragio. Hace falta una voluntad arrolladora que surgirá de un movimiento permanente, alternativo pues la nueva universidad es una cuestión prioritaria para Guerrero ¿Y el gobierno del estado? Feliz de la vida con una universidad parasitaria y postrada. Todos viven encantados reproduciendo la pobreza, la ignorancia y el clientelismo. La cátedra política que nos están impartiendo los candidatos a rector de la UAG garantiza el derecho a la gratuidad de la educación, de recreación. El espectáculo es edificante, conmovedor, formativo. Conforma una incomparable muestra de extensión universitaria, de servicio social, un ensayo experimental de cultura política. Deplorable. La historia está allí. Sus verdades son tan contundentes como irrefutables. La UAG patrimonio de la simulación no es la universidad que Guerrero necesita. Es la hora de decir, de elaborar, de actuar. A sabiendas de que la construcción de la universidad a la altura del magnífico pueblo de Guerrero, es un proceso permanente que no se define en una simple coyuntura electorera.

A. Rosario Robles realizó una intensa gira por las costas de Guerrero, estado en donde todas las corrientes, todas las tribus, todos los miembros del partido del sol la respaldan. Aquí nada tienen que hacer sus rivales. No es casualidad. De todas maneras el PRD de Guerrero es el partido más social y de izquierda del país.

BE. La agenda política se ha desbocado prematuramente. Es notable la efervescencia anticipada. Priístas, panistas, perredistas y los demás todos han precipitado los tiempos. El proceso electoral legalmente todavía no se inicia. El PRD no ha convocado ni ha establecido las reglas internas de la competencia. El PRI desencadenó la oleada con el incremento de riesgos y costos. Las elecciones de octubre pueden ser una competencia muy confrontada y riesgosa si los jefes politicos no hacen nada para reencauzar los procesos. La reforma electoral abortó por la falta de voluntad política de los actores, especialmente de los diputados del PRI, de sus dirigentes principales, pero también por la incapacidad de todos para legislar con la sociedad. Nunca nadie y menos el PRD propició la participación ni movilizó al talento y a la fuerza ciudadana. Fracasó sobre todo el método cupular de reformar a la medida de las percepciones de la partidocracia.

CE. ¿Usted cuál telenovela está viendo? A mí hacia mucho que no me atrapaba ninguna, pero ahora intento no perderme ningún capítulo de Salomé ¿Vieron el final de El Manatial? Terminó el viernes 8, pasaron el resumen el sábado 9. Esta telenovela nos mantuvo con el alma en la mano. Algunos teleespectadores dicen que se llamó el manantial por tantas lágrimas derramadas. Justo Ramírez en una memorable actuación de Alejandro Tomasi, encarnó al cacique todopoderoso a quien se le derrumbó todo, poder, familia, riqueza, amistades, sumisiones, amores. De buenas a primeras todo se le desplomó cual Torres Gemelas, se acabó por la soberbia, la mentira, las deslealtades, los abusos del poder, la impunidad. El mensaje es muy claro. No hay cacique que dure cien años ni pendejo que lo aguante.

contactos: [email protected]

468 ad