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Alejandro Díaz Garay

La disputada presidencia municipal

Las precandidaturas del PRI, PRD y PAN a la presidencia municipal de Acapulco se antojan demasiado intensas además de tempranas. No se recuerda una elección primaria donde nos hayan bombardeado en la televisión y radio, 12 o 13 meses antes de la elección. Si bien nos salvamos de las pintas en bardas debido al empecinamiento de María Antonieta Guzmán por mantener la imagen urbana del puerto, no ocurre lo mismo con los megaposters en los camiones urbanos, las clásicas calcomanías en los automóviles y las leyendas en los autos de alquiler, testimonio del más puro estilo corporativista que aunque debilitado hace acto de presencia en los procesos electorales.

Las reglas del juego para elegir al candidato no han cambiado mucho. Las cúpulas partidistas son las que deciden, no las bases. Los intentos por desarrollar procesos democráticos a través de elecciones primarias sólo han traído fracturas y desprendimientos. El PRI es el principal afectado. Como ejemplo recuérdese a nivel nacional el año de 1987 cuando Cuauhtémoc Cárdenas decide abandonar el tricolor. A nivel estatal la separación de Florencio Salazar en el 2000. A nivel municipal podemos citar el caso de Antonio Andrade. El común denominador de estos tres casos es no haber sido nominados por su partido. En el caso de Cárdenas a la presidencia; en el caso de Salazar a la gubernatura; en el caso de Andrade a la Secretaría General de la CTM.

Ante esta problemática los partidos han cambiado las elecciones primarias por las encuestas como método para elegir a su candidato. Este instrumento como cualquier otro tiene sus bemoles. Favorecen a quienes ya han construido una imagen pública. En este sentido no cabe esperar grandes sorpresas de la encuesta que Mitofsky dará a conocer en los próximos días.

En septiembre dimos a conocer en nuestra encuesta los precandidatos que encabezaban las preferencias electorales en Acapulco. La metodología utilizada fue un cuestionario con preguntas mayormente cerradas, dos de ponderación y una indirecta. Este se aplicó a los transeúntes, o bien, en los domicilios, negocios, iglesias, mercados y escuelas. El nivel de confianza fue del 95.5%, con un error muestral de +/-2.58%. El universo fueron 2 mil encuestados.

Los resultados fueron los siguientes: Alberto López Rosas 15 por ciento; Ernesto Rodríguez Escalona 13 por ciento; Cuauhtémoc García Amor 11 por ciento; Manuel Añorve Baños 10.1 por ciento; Celso Sánchez Castillo 9.7 por ciento; Felix Salgado Macedonio 8.4 por ciento; Alberto Mojica Mojica 5.4 por ciento; César Flores Maldonado 5.4 por ciento; Miguel Mayrén Domínguez 2.3 por ciento; Luis Walton Aburto 2.3 por ciento; Carlos de la Peña Pintos 2.2 por ciento; Efraín Flores Maldonado 1.7 por ciento; Benjamín Sandoval Melo 1.5 por ciento; César Bajos Valverde 1.3 por ciento; David Augusto Sotelo Rosas 0.9 por ciento; Carlos Alvarez Reyes 0.1 por ciento; Javier Morlett Macho 0.1 por ciento. Quienes votaron por otro, 3.2 por ciento; indecisos 6.5 por ciento.

Ciertamente, de septiembre a enero han pasado algunos acontecimientos. Manuel Añorve, Efraín Flores, Cesar Bajos y Javier Morlett se retiraron ya de la contienda. Ingresaron otros precandidatos, Jorge Pérez Villanueva, Allam Argüello, Juan Caballero. Félix nunca declaró públicamente su interés por participar. Renunciaron a sus cargos Miguel Mayrén, Carlos de la Peña. Se ha intensificado la campaña mediática principalmente de Rodríguez Escalona, Walton, Mayrén, César y De la Peña. Sin embargo, hay un margen amplio como para pensar que Alberto López Rosas en el PRD, Ernesto Rodríguez Escalona en el PRI y Cuauhtémoc García Amor en el PAN se dejen alcanzar.

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