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Guillermo Álvarez Nicanor

Artista indígena del Alto Balsas injustamente recluida en Cancún

El trabajo en papel amate se remonta a la alfarería decorativa prehispánica con tierras rojas de Oapan en Tepecoacuilco, Tulimán en Huitzuco de los Figueroa y Ameyaltepec municipio de Eduardo Neri, con la cual a mediados del siglo pasado los artistas nahuas del Alto Balsas iniciaron un proceso de innovación a partir del papel amate manufacturado en Pahuatlán, Puebla. Poco a poco lograron llevar su arte a los mercados turísticos como el papel amate ilustrados con las vivencias cotidianas de las comunidades, o bien con figuras estilizadas de plantas, animales y deidades, hasta alcanzar tal maestría en el manejo de pinceles y colores que han sido merecedores de homenajes promovidos por gobiernos, organizaciones internacionaleso empresas como es caso de los artistas Nicolás de Jesús, Alfonso Lorenzo Santos y Marcial Camilo entre otros muchos.
El mismo estilo se ha extendido al yute y a la madera, y más a la alfarería con una capa de esmalte. En estas bellas piezas hacen una representación alegórica del mundo que los rodea, y constituye, en ese sentido, una memoria de las tradiciones de las comunidades, así como una celebración de la flora y la fauna del mundo donde está inserta su comunidad. Al igual que en otros casos, el trabajo artístico es una tradición de generaciones en el que cada artista define un estilo individual dentro de una expresión cultural colectiva.
Otra porción de artistas, inicialmente amateros, se ha dedicado a la elaboración de bisutería?con piedras semipreciosas, con lo cual complementan una oferta muy singular a los compradores de artes.
El arte tiene una comercialización bastante extendida en todo el país,? con redes de exposición y venta que incluyen al propio artista, mayoristas y grupos familiares en los principales puntos turísticos del país como Cancún, Puerto Vallarta, Manzanillo, Acapulco, Cuernavaca, Taxco, Veracruz, Oaxaca, Distrito Federal, Tampico.
Para heredar el arte y cultura, sus hijos aprenden a pintar; muchos para no decir que todos los integrantes de la comunidad, se sostienen y sostienen a sus familiares mayores como abuelos y niños por generaciones de este arte. Vienen desde niños, adolescentes, jóvenes y adultos de otras comunidades indígenas a aprender el arte y para facilitar el proceso, viajan con ellos a diferentes puntos del país donde tienen grupos familiares de enseñanza, donde los aprendices practican con la supervisión de los artesanos mayores esto es porque el arte se aprende desde que los artesanos son menores ya que más grandes no pueden sentir y expresar su espíritu plasmado en el arte indígena.
Con ello dan educación artística a sus hermanos menores de sangre, evitan la inserción a la delincuencia y enseñan una forma de vida digna y de buenas costumbres. Es importante mencionar que la gran mayoría de los indígenas con este arte garantizan su comida, vivienda y convivencia con sus familias, son gente que enseña a sus hijos el arte de sus antepasados y esto es un medio de vida digno.
Pedro Lorenzo Santos es originario del poblado de Ameyaltepec municipio de Eduardo Neri, Guerrero, indígena hablante de náhuatl, desde hace siete años por necesidad comercial tuvo que emigrar e instalar un centro artístico familiar en el Ejido Alfredo Bonfil, municipio de Benito Juárez, Cancún, Quintana Roo. Su esposa Carmen Martínez Jiménez habla muy poco español y lo entiende menos, el español que habla es básico para poder comprar comida, sus hijas hablan un poco más de español y son ellas las que normalmente le traducen y ella les dice qué quiere, inclusive ella sólo habla náhuatl dentro de la casa, y cuando sale no habla con nadie y ella sólo se comunica con gente que llega de su comunidad, es decir nunca ha perdido la convivencia con los nahuas.
Como apoyo y por recomendación de sus señores principales aceptaron a varios menores que conviven con la familia aprendiendo el arte de la pintura antiquísima de sus antepasados y esto es para ayudar a sus hermanos indígenas.
A dicha petición de los señores principales decidieron aceptar a cuatro adolescentes como aprendices, en ese momento todos ellos con permiso de sus padres, todos los adolescentes hablan la lengua náhuatl, con los cuales habitan, comen, y ellos aprenden el arte y los fines de semana disfrutan como parte de su familia en la ciudad Cancún.. adicionalmente les pagan parte de las utilidades que ganan y ellos las comparten con sus familiares para tratar de disminuir el hambre y miseria en que viven muchos indígenas como los padres, abuelos y hermanos menores de los aprendices en su comunidad.
Comenta el señor Pedro Lorenzo que el 30 de enero del presente año, aproximadamente a las 3 de la tarde, un grupo de policías pistola en mano, abusando de que la señora Carmen no entiende español empezaron a gritarle haciéndole ver sus pistolas y sin permiso alguno, personal del DIF y un agente de Ministerio Público de Cancún allanaron su domicilio y sacaron con violencia a los menores aprendices del arte y detuvieron a su esposa Carmen Martínez Jiménez de 42 años de edad, ella fue detenida sin decirle en náhuatl qué estaba pasando, tampoco saben que ocurrió después de que su familia fue desalojada de su domicilio, sólo se enteraron de que aseguraron la casa dejando a la intemperie y sin recursos para comprar alimentos a toda su familia, ahora no tienen la mercancía, el material y todos los bienes de valor para vender y asi comer, dejando en un estado de indefensión a toda la familia, y su esposa fue consignada por presunto delito de trata de personas, los adolescentes fueron retenidos por el DIF, sus padres acudieron a visitarlos y les negaron el derecho a ver a sus hijos, negándose a entregárselos, afectando a los menores ya que éstos fueron amedrentados y forzados hablar español el cual no lo hablan, gritándoles cosas que ellos no entendían, dándoles de comer alimentos que no están acostumbrados y obligados a tener una convivencia con otros menores los cuales tuvieron maltrato con ellos por no hablar español, burlándose de ellos, asi mismo no buscaron un intérprete que hablara náhuatl, para que les explicaran qué estaba pasando afectándolos en su confianza.
Dice Pedro: “A mi esposa no le asignaron traductor alguno llevando a cabo actuaciones dentro de un proceso que ni en nuestra comunidad haríamos a alguien que no habla nuestra lengua, lo peor de todo, ahora que ya liberaron a los adolescentes, nos informaron, que tampoco les pusieron traductor, incluso por voz de los menores nos enteramos que la declaraciones que constan en documentos de la demanda nunca fueron manifestados por ellos sino por el personal del DIF y del Ministerio Público  y la Policía Judicial, a mi esposa la presionaron para hablar, no lo hizo porque no entendía nada de lo que le decían lo único que entendía era la agresión con la que hablaban creándole una psicosis y todo ello dentro de una farsa que inventaron los funcionarios del DIF del municipio de Benito Juárez, la Policía Judicial y el Ministerio Público, porque ninguno de los involucrados en esa malévola indagatoria entiende bien el español y acusadores no entienden ni los usos y costumbres y mucho menos el idioma náhuatl.
“Mi esposa fue consignada, en la causa penal número 51/2014, como probable responsable de la comisión del delito de trata de personas dictado por el juez segundo penal de primera instancia del distrito judicial de Cancún, Quintana Roo”.
Las autoridades han olvidado la existencia de derechos indígenas enmarcados en la Constitución y en los tratados internacionales como el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y tribales en países independientes. Es necesario que los pueblos indígenas sigamos exigiendo el cumplimiento, mínimamente, del marco jurídico vigente en nuestro país, para hacer respetar nuestros derechos con seres humanos.

* Presidente de la Fundación Telpochkajli

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