Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A.

Modernicemos nuestro poder legislativo

Los mexicanos afortunadamente hemos pasado de tener un Poder Legislativo que acataba sin más las instrucciones del Ejecutivo, a otro en el cual el presidente de la República propone y los miembros del Congreso de la Unión deciden lo que consideren más conveniente para la sociedad. El caso más reciente fue la discusión de la propuesta de reforma fiscal enviada por el presidente Fox, la cual fue substancialmente modificada, dejando a muchos sectores de la sociedad contrariados, particularmente a los empresarios.

Sin embargo, debemos reconocer que ahora nuestros diputados y senadores están desempeñando sus responsabilidades –aunque a muchos no nos parezca cómo lo hacen–, en lugar de que los equipos técnicos del gabinete presidencial realizaran su trabajo. El Congreso federal se ha convertido, con todos sus defectos, en un contrapeso del Poder Ejecutivo lo que tiene más posibilidades de garantizarnos la gobernabilidad democrática a la que aspiramos los mexicanos. Ahora esperamos que la colaboración entre ambos poderes permita superar muchas de las diferencias que impiden el avance del país, es decir que los principales partidos políticos en México vean primero por lo más conveniente para la sociedad dejando a un lado el interés partidista.

Si esto que hemos conseguido los mexicanos ha sido posible, hoy los guerrerenses debemos luchar por modernizar a nuestro Poder Legislativo local –para estar al nivel del resto de nuestros compatriotas– el cual lamentablemente sigue dependiendo de la voluntad del Ejecutivo estatal.

La actual conformación del Congreso guerrerense es mayoritariamente priísta, pues de los 46 integrantes de la LVI Legislatura 30 pertenecen al tricolor, 14 al PRD, uno al PAN y uno al PRS. Lo que en términos prácticos le permite al gobernador, por la filiación de la mayoría de los diputados, tener una mayoría calificada de dos tercios para decidir lo que mejor le convenga, desafortunadamente muchas de las veces en detrimento de los intereses mayoritarios de la sociedad guerrerense.

El caso más reciente fue la aprobación por la mayoría priísta del presupuesto de egresos para este año que no fue avalado por los integrantes de los otros partidos políticos, por la falta de transparencia en las asignaciones del gasto. No obstante, el presupuesto ha sido aprobado tal como lo envió el Ejecutivo, gracias a que los diputados del PRI dan el visto bueno, sin mayores cuestionamientos, a lo que propone el gobernador, aunque esto afecte el interés de la ciudadanía. El asunto es grave por tratarse de un año de elecciones, pues seguramente se están dando las condiciones para que muchos de estos recursos sean usados por los candidatos del PRI, principalmente por los aspirantes a diputados que es lo que más interesa al mandatario estatal, para ganar los comicios del próximo 6 de octubre.

Esta es una práctica recurrente que ha utilizado este partido para continuar en el poder; y no creo que los próximos comicios locales vayan a ser la excepción, como se aprecia en el derroche de recursos públicos que ha hecho el ex secretario de Educación en Guerrero, en su propósito de obtener la candidatura a la Presidencia Municipal de Acapulco. Al fin que la cuenta pública anual del ejercicio del gasto del gobierno del estado la aprueban los priístas, ejerciendo el voto de su mayoría calificada.

Por esta misma razón, mantener un Congreso local de mayoría priísta, no se realizará la reforma electoral en nuestra entidad que permita un Congreso de mayoría opositora al partido del gobernador. Los plazos legales para llevar a cabo esta reforma están a punto de vencerse y no se ven indicios en el Congreso para realizar estas reformas al Código Electoral del Estado de Guerrero que permitan una competencia electoral más equitativa. Entre otras modificaciones importantes que se han propuesto es que el PRI no siga teniendo una sobrerrepresentación la cual le garantiza por sí mismo tener mayoría calificada, cuando su máximo número de legisladores debe ser igual al número de distritos locales que es de 28.

Asimismo, es igualmente importante que se modifique la composición del Congreso, pues de él depende la nominación de los integrantes del Consejo Estatal Electoral (CEE), organismo encargado de realizar los comicios locales, ya que de acuerdo con el Código Electoral es a propuesta de los coordinadores parlamentarios de los partidos con representación en el Congreso como se selecciona a los nueve miembros del CEE. En mayo se realizará la nominación de los nuevos integrantes y, como en la decisión anterior, en esta también formarán parte de este organismo electoral gente de la mayor confianza del inquilino de Casa Guerrero para asegurarse que el proceso electoral de octubre favorezca nuevamente a los candidatos de su partido.

Conocedor de la situación que prevalece en la entidad como pocos y en una actitud comprometida con las mejores causas de los guerrerenses que mucho lo honra, el arzobispo de Acapulco, don Felipe Aguirre Franco, dijo que “el gobernador deberá garantizar que las elecciones transcurran sin sobornos y sin imponer a los gobernantes en los municipios, porque no son los tiempos de antes” (El Sur, 7 de enero de 2002).

Mucho me temo por la actitud demostrada que el mandatario estatal no termina de entender que el régimen priísta ha concluido y es necesario modificarlo para ponerlo al día con el interés de la sociedad guerrerense por salir del atraso político, económico y social en el cual vivimos. La única salida viable a esta situación es que las fuerzas progresistas de esta entidad se unan, haciendo causa común, en el futuro proceso electoral, para que se presenten candidaturas únicas capaces de ganar en todo el territorio guerrerense, haciendo a un lado los intereses personales y de partido.

Ganar la mayoría en el Congreso local es una prioridad política para la sociedad, pues de ello depende que empiece a haber un ejercicio equilibrado del poder en nuestra entidad que nos permita alcanzar nuestro desarrollo.

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