Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

* Autoridad y ciudadanos

Esta semana nadie está para grandes cosas. Suficiente esfuerzo se requiere para regresar a la rutina, revisar los saldos en el banco, retomar los pendientes en la oficina, redefinir proyectos con menor presupuesto, pagar las colegiaturas de enero, llegar a la quincena a salvo y para desalojar al último pariente rezagado en casa, como para aventarse encima tareas adicionales.

Por eso, por consideración a ustedes lectores y, honestamente, también para este escribidor, les ofrezco no una insoportable dosis de párrafos más o menos legibles, sino apenas una escena.

Es sólo una postal con la que me tropecé en esta temporada decembrina, pero que resume bien el tamaño del cambio que necesitamos en este país. Simplemente describe, sintetiza con claridad, la responsabilidad que todos debemos asumir en la tarea transformadora que, se supone, nos convoca a todos por igual, gobernantes y ciudadanos. Va.

1. Acapulco. Exterior. Noche. Vado peatonal de Wal-Mart

El tráfico vehicular es intenso. La zona, una de las de mayor actividad turística, está en su apogeo. Es la víspera del Año Nuevo y todos, automovilistas y peatones, parecen con prisa para llegar a su destino y con obvios retrasos en la organización de las agendas y provisiones familiares. Vengo con la familia desde Puerto Marqués y avanzamos lentamente entre el Jai Alai (ahora bingo) y Wal-Mart. Como siempre, mi esposa y yo nos irritamos al descubrir que los vehículos no se detienen, a pesar del enorme vado, para dejar cruzar la calle a los peatones. De pronto, todo cambia, la fila se detiene abruptamente y los peatones cruzan aliviados.

Nos preguntamos si los sentimientos de la temporada los invadieron para lograr ese súbito cambio de actitud. Pronto la realidad nos saca de la ingenuidad. Un agente de tránsito, con tendencias suicidas, se enfrenta valientemente a los autos, haciendo señas con una mano para detenerlos y, con la otra, avisa a los peatones que pueden cruzar. México, hoy.

Por un lado un gobierno municipal, incapaz de ejercer su autoridad, obligado por la inercia a un doble gasto: la construcción del vado peatonal y la actividad extra de sus policías. Por el otro los ciudadanos, renuentes a respetar una convención elemental de civilidad, a pesar de la evidente muralla.

¿Quién debe cambiar primero? ¿La autoridad o los ciudadanos?

Lo sé, el ejemplo es pedestre y simplista. Pero a mí me mostró con claridad la enorme y difícil tarea que tenemos por delante. Habrá que entrarle, no hay de otra.

 

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