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Está muy cerca al crimen organizado el mundo del espectáculo y del deporte, opina sicólogo

Gabriela Espinoza / DPA

Monterrey

Una actriz famosa ensalzó esta semana al capo más poderoso del mundo y un portero de futbol, que fue campeón con el Monterrey en 2009, fue a parar a la cárcel. El deporte y el espectáculo no son ajenos en México al mundo del narcotráfico.
Personalidades como Omar El Gato Ortiz, ex portero de Rayados de Monterrey, y los luchadores Jorge Alberto Loera, El Voltaje y Lázaro Gurrola, Estrella Dorada, pasaron de las hazañas deportivas a participar en secuestros, extorsiones y asesinatos.
Otros, sin estar involucrados en actividades ilícitas, han quedado metidos en el debate, como la actriz Kate del Castillo, protagonista de la película La Reina del Sur, que generó polémica con un texto que subió a Internet donde dijo que creía más en el capo del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, que en las autoridades.
“Hoy creo más en el Chapo Guzmán que en los gobiernos que me esconden verdades aunque sean dolorosas, quienes esconden la cura para el cáncer, el sida, etc. para su propio beneficio y riqueza”, escribió la actriz.
“Sr. Chapo, ¿no estaría padre que empezara a traficar con el bien? Con las curas para las enfermedades, con comida para los niños de la calle”, agregó.
Para el doctor Jesús Castillo, sicólogo de la Universidad de Monterrey y estudioso del tema de la violencia, la delincuencia, el deporte y el espectáculo han estado ligados desde hace mucho tiempo.
“El mundo del espectáculo y del deporte están muy cerca al crimen organizado. Muchos de los negocios de este ámbito están ahí”, dijo Jesús Castillo a DPA.
El catedrático recordó las fotos donde Julio César Chávez, afamado ex campeón mundial de boxeo, aparece conviviendo con el extinto capo del cártel de Juárez, Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, y otra con Juan José Esparragoza, El Azul, uno de los líderes del cártel de Sinaloa.
Otro caso emblemático en el que se cruzaron ambos mundos fue el balazo que recibió en la cabeza en 2010 el futbolista paraguayo Salvador Cabañas, que era delantero del equipo América.
Cabañas resultó gravemente lesionado en los baños de un bar de ciudad de México después de toparse con un narcotraficante llamado José Jorge Balderas El J.J., que también era cliente del centro nocturno y supuestamente discutió con él por la falta de goles.
El presidente de México, Felipe Calderón, durante una gira de trabajo por Monterrey, lamentó el 9 de enero el caso de El Gato Ortiz, a quien mencionó como “un claro ejemplo de la decadencia” que sufre la sociedad.
Ortiz fue un portero destacado en el equipo Rayados de Monterrey y en 2010 fue suspendido del futbol por resultar positivo en una prueba antidoping. El sábado 7 de enero fue presentado en las instalaciones de la Policía Ministerial de Nuevo León como integrante de una banda de secuestradores vinculada al cártel del Golfo.
“El futbolista Omar Ortiz Uribe participaba en esta banda de secuestradores ‘poniendo’ a las víctimas, es decir, mezclándose con ellas en su círculo social y señalando a personas como empresarios o propietarios de negocios para que fueran secuestrados por sus cómplices”, dijo el portavoz de seguridad estatal, Jorge Domene.
El procurador Adrián de la Garza señaló que la banda de secuestradores fue responsable del secuestro del esposo de la cantante mexicana Gloria Trevi.
Otro deportista que está tras las rejas es Jorge Alberto Loera, de 28 años, conocido en su faceta de luchador como El Voltaje. Fue capturado el 4 de octubre, acusado de participar en el incendio provocado en el Casino Royale, de Monterrey, donde murieron 52 personas el 25 de agosto.
El deportista y ex policía, que alcanzó renombre sobre todo en el norte de México, confesó que tenía seis meses coordinando secuestros, extorsiones y vigilando los puntos de venta de droga en el municipio de Monterrey para el cártel de los Zetas.
A su vez, Lázaro Gurrola, también profesional de la lucha libre y conocido como Estrella Dorada, fue detenido el pasado 9 de enero por la policía estatal, como partícipe en el secuestro del propietario de una casa de apuestas.
El sicólogo Jesús Castillo consideró que en muchos de casos los deportistas llevan un buen nivel de vida cuando tienen éxito y al comenzar su decadencia tratan de mantenerlo, aunque ello implique actuar en la ilegalidad.
Así, de los reflectores del deporte a las luces de las presentaciones policiacas, figuras destacadas de las canchas y los cuadriláteros se volvieron noticia con una faceta desconocida para sus seguidores.

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