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Netzahualcóyotl Bustamante Santín

Diputado migrante, para otro momento político

El 27 de octubre de 2012, el gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, envió al Congreso local la iniciativa de reforma integral a la Constitución Política del estado. En su artículo 41 se proponía que uno de los diputados del Congreso local fuera electo por el principio de representación proporcional y tuviera la calidad de migrante. Mientras que el numeral 43 señalaba que la asignación de diputado migrante sería a través de los partidos políticos o coaliciones que postularían una candidatura para los migrantes que residen en el extranjero.
La propuesta era y es novedosa y pionera. Se reconocía por vez primera que los migrantes debían contar con derechos políticos y que se les refiriera a partir de entonces en un ordenamiento legal como la propia Constitución local, pues ninguna ley en la entidad hacía alusión explícita a ellos.
Guerrero es un estado migrante en esencia. Ocupa el sexto lugar nacional con más mexicanos en Estados Unidos y el primer lugar con mayor éxodo de trabajadores agrícolas migrantes al interior del país.
Su fuerza laboral y su talento son ampliamente reconocidos en distintas metrópolis norteamericanas. Desde Atlanta hasta Omaha, desde Raleigh hasta San Francisco, los nativos de aquí han construido desde hace cuatro décadas su futuro en el presente, con escaso apoyo de agencias gubernamentales y con un espíritu ejemplar de solidaridad, lucha, tenacidad y perseverancia.
Son mujeres y hombres que pese a abandonar involuntariamente su tierra y su hogar, pese al destierro forzado que supone la ausencia de oportunidades educativas laborales y económicas ríen, disfrutan, socializan, sueñan con mejores tiempos y añoran permanentemente sus raíces.
Los migrantes guerrerenses en el exterior no albergan resquemores, resentimientos ni reproches. Al contrario, ocupados como están, luchando frenéticamente en un modelo económico que les reclama trabajar a toda hora, albergan la certeza de que sus pueblos y comunidades de origen pueden tener progreso y desarrollo. De que no están condenados al abandono y la marginación.
La principal preocupación de la diáspora guerrerense es vivir en una nación sin ser perseguido, discriminado o detenido por su estatus migratorio. Las interminables historias de rompimiento familiar como consecuencia de la deportación a México de uno de sus miembros, por parte de autoridades norteamericanas, se repite inexorable. No importa que tengas un año o diez o 15 de vivir en EU, o que tus hijos hayan nacido allá. La administración Obama ha decidido disminuir por la fuerza el número de indocumentados residentes en ese país a quienes beneficiaría la tan llevada y traída reforma migratoria.
Los guerrerenses sin embargo, no se amilanan. Representan la segunda concentración de mexicanos en Chicago después de los originarios de Michoacán; la primera población en Santa Ana, California. La segunda después de los poblanos en Nueva York y así sucesivamente en Dallas, Raleigh, Atlanta.
Las esperanzas de nuestros migrantes están puestas en el reconocimiento a sus derechos y a la aportación económica que hacen al país de destino y la tierra de origen. Pero esas esperanzas perduran hasta que se las aniquilan…
La historia sin duda es caprichosa, hasta con las fechas.
El 27 de junio de 2013 los migrantes mexicanos y particularmente guerrerenses vieron una luz al final del túnel en el Congreso norteamericano. Ese día, 68 de 100 senadores votaron a favor de una ley migratoria que, cumpliendo ciertos requisitos permitiría que aquellos indocumentados que hubieran llegado a Estados Unidos antes del 31 de diciembre de 2011 (de los cuales 6.8 millones son mexicanos), pudieran recibir en el plazo de una década la residencia y tres años después, la ciudadanía.
La nación que debe incomodarse con aquellos que “violentaron la ley” al llegar de manera irregular a su territorio, no sólo los reconoce como sujetos de derechos, sino que valora la aportación económica y prevé el impacto favorable que tendrá para su país la formalización del estatus migratorio de quienes inmigraron. Obama ha sostenido que en 15 años el poderoso PIB del país que gobierna se verá favorecido en dos puntos porcentuales como consecuencia de la legalización de millones de indocumentados.
La reforma migratoria está congelada ahora en la Cámara de Representantes dominada aún por republicanos, que mantienen una política de línea dura contra la inmigración indocumentada.
Exactamente un año después del extraordinario paso dado por el Congreso norteamericano, el 29 de junio de 2014, su similar de Guerrero rechazó la posibilidad de que la LXI legislatura –que habrá de entrar en funciones el 13 de septiembre del próximo año–, cuente entre sus miembros a una diputada o diputado que represente los intereses y los anhelos de miles de guerrerenses que tendrán que esperar mejores tiempos para que eso ocurra.
Con 19 votos en contra de 35 legisladores presentes en la sesión se denegó una reserva que sugería la entrada en vigor de la figura del diputado migrante en 2015; contrario a lo ocurrido en el Capitolio, aquí nunca apareció la luz al final del túnel.
Guerrero pierde así la oportunidad histórica de colocarse como una entidad que dote de plenos derechos políticos a su población en el exterior, estimada de manera conservadora en 900 mil personas, de los cuales una tercera parte por lo menos nació en Guerrero.
La iniciativa de reforma integral a la Constitución fue aprobada el 2 de abril de este año, 18 meses después de haber sido remitida al Poder Legislativo por el mandatario estatal. El nuevo ordenamiento, dispone en su artículo 45 que “un diputado de representación proporcional tendrá el carácter de migrante o binacional, que será electo conforme lo determine la ley electoral del estado”.
Esa ley es la de Instituciones y Procedimientos Electorales de Guerrero que se esperaba que fuera reformada por los diputados para establecer el procedimiento y los requisitos para elegir al representante de los migrantes. En su lugar, con la libertad constitucional que les faculta a legislar en cualquier sentido, el Congreso local incorporó un artículo transitorio al nuevo ordenamiento electoral local que dispone que será hasta 2018, probablemente, cuando se incorpore en la ley reglamentaria y en el Congreso mismo, un diputado que provenga del exterior.
Hasta entonces o indefinidamente, o quizá a la espera de otro timming político, los migrantes esperarán que en Guerrero se les reconozcan derechos políticos que ya conquistaron en otro país.

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