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Tres días después de la fuga presentó el director del Cereso denuncia ante el MP

* Jesús Torres Quiroz y el agente de la Zapata, Carlos López Sotelo, niegan información a los medios

Alfredo Mondragón *Cinco custodios del penal de Acapulco, entre ellos el jefe de seguridad, fueron arraigados en el mismo reclusorio a raíz de la fuga del narcotraficante Florentino Mejía Lujano, debido a que “están vinculados y son los principales sospechosos” del escape del 30 de diciembre, cuando se efectuaba un jaripeo con la asistencia el director general de reclusorios del estado, José Luis Trujillo Sotelo.

Agentes de la Policía Judicial Federal (PJF) Judicial del Estado (PJE), Policía Federal Preventiva (PFP), Policía Preventiva municipal y del estado, con fotografía en mano, buscan al narcotraficante que se fugó del penal de Las Cruces, el pasado domingo 30 de enero cuando se celebraba una corrida de toros.

El director del Cereso de Las Cruces, Jesús Torres Quiroz, a pesar de que se realizaron los trámites y se presentaron las acreditaciones correspondientes, a petición del mismo funcionario y tras dos horas de espera, se negó a recibir a reporteros y corresponsales de los principales diarios, pues según el jefe de seguridad en turno en dicho penal: “Aquí no pasó nada para que buscan más”.

Agentes de la PJE, al mando del comandante del la colonia Zapata, Mario Cruz Gallardo, y personal de seguridad del penal de Las Cruces, ayer interrogaron a internos y revisaron minuciosamente las instalaciones del Cereso, incluido el sistema de drenaje y fichas de ingresos de vehículos, las granjas, el módulo de observación y clasificación, el área de visitas, baños, tiendas, restaurantes, panadería, hospital y los siete dormitorios, con el objetivo de verificar si aún se encontraba el narcotraficante prófugo oculto en la misma cárcel.

Florentino Mejía Lujano, de 37 años de edad, originario del poblado Las Mesas, fue detenido el 24 de mayo del 2000 a las 20:00 horas, por agentes de la Policía Judicial federal (PJF), junto con Magdaleno Rangel Orozco de 50 años de edad, en el motel El Cortijo, ubicado en calle Vasco Núñez de Balboa y Vizcaino –atrás del centro comercial Gigante Cuauhtémoc–, cuando realizaban una transacción de compraventa de 950 gramos cocaína, que tenían ocultos en una maleta, confiaron fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR).

El juez cuarto de Distrito, Jaime Figueroa Salmorán, sentenció a siete años y seis meses de cárcel a Mejía Lujano –a quien se le encontró la droga– y a Rangel Orozco –quien permanece en el penal– por encontrarlos responsables de delitos contra la salud en su modalidad de posesión con fines de comercio y narcotráfico del denominado clorhidrato de cocaína, según quedó asentado en el expediente 39/2000, confiaron fuentes del juzgado federal.

El narcotraficante ingresó al penal el 25 de mayo del 2000 y fue asignado oficialmente al dormitorio D (auqnue según versión de otros presos, al momento de la fuga se encontraba ya en el dormitorio C, considerado como un área privilegiada a la que se paga por entrar, donde se encuentran los acusados de la masacre de Aguas Blancas). Era considerado como una persona “antisocial, callada, solitaria” y tiene un pariente recluido de nombre Pedro Lujano Flores, mismo que fue interrogado y aseguró que el último día que fue visto, se le notó “triste”, confió un custodio.

A tres días de la fuga del narcotraficante, ayer por la mañana, el director del penal, Jesús Torres Quiroz, puso del conocimiento del agente del Ministerio Público (MP) de la colonia Zapata, Carlos López Sotelo, la situación de la fuga, mismo que acudió al penal a tomar declaración a los cinco custodios arraigados en el penal, acompañado del comandante de la Policía Judicial del Estado (PJE) Mario Cruz Gallardo, encargado de localizar al reo.

A pesar de que en la agencia del (MP) se inició la averiguación previa TAB/ZAP/1148/01, interpuesta por la secretaria general del penal, Odila Mendoza Ramírez, por el delito de evasión de reos, en agravio del gobierno del estado, el titular del MP López Sotelo, primo hermano del director general de reclusorios, Trujillo Sotelo, negó que hubiera denuncia: “Por Dios que no tengo averiguación previa o denuncia de hechos de este caso ni estaba enterado”, juró en entrevista por la tarde.

El encargado del dormitorio D, Víctor Manuel Olea Contreras; el encargado de la puerta principal, Régulo Ramírez Zapata; el jefe de seguridad, Joaquín Emilio Sánchez de la Cruz; el primer comandante de custodios, José Efraín de los Santos Vidal y el segundo comandante Humberto Francisco Salinas Jacinto, fueron arraigados e interrogados en el mismo penal ayer por el agente del MP, López Sotelo.

El encargado del dormitorio D, Víctor Olea Contreras, declaró a la autoridad ministerial que recibió la guardia de dicho dormitorio a las 8 de la mañana y que a las 16:00 horas aún se encontraba afuera del dormitorio Florentino Mejía “cuando se dirigía al evento de rodeo”  y que a las 21:00 horas durante el pase de lista se percató de su ausencia, misma que reportó al comandante Efraín Vidal de los Santos, con quien inició la búsqueda en el interior del penal.

El encargado de la puerta principal y supervisor de los vehículos que ingresan al penal, Régulo Ramírez Zapata, manifestó al agente del MP, López Sotelo, que el 30 de diciembre a las 8 de la mañana inició labores y por la noche “no noté nada anormal en la salida de las camionetas del jaripeo, por la puerta no salió”.

El jefe de seguridad, Joaquín Emilio Sánchez de la Cruz, expresó que se enteró de la fuga del reo de parte del comandante de los Santos Vidal y el segundo Salinas Jacinto y que interrogaron al “familiar” del prófugo Lujano Flores, pero dijo que “no sabía nada de él” y que revisaron todas las instalaciones.

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