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A nueve meses del destape legal, la lista de aspirantes a gobernador ya está definida

* Hay cuatro del PRI, cuatro del PRD y uno del PAN

* Aguirre, Añorve, Astudillo y Vicario, los fuertes del PRI * Chavarría, Félix, Pérez Palacios y Zeferino, los del PRD * El PAN sólo tiene un precandidato: Florencio Salazar 

Aurelio Peláez, primera de dos partes * Aunque los candidatos de los partidos a la gubernatura se definirán hasta septiembre u octubre de 2004, o sea, en ocho o nueve meses, la lista de aspirantes ya está más que definida en el PRI, PRD y PAN. De los demás partidos con registro, con el PT, PVEM y Convergencia, lo más probable es que contiendan coaligados con algún otro, lo mismo que el PRS, con registro estatal.

En Guerrero, las precampañas comenzaron prácticamente desde principios de año, aunque la mayor parte de los aspirantes lo hicieron oficialmente luego de la elección de diputados federales del 6 de julio, que tuvieron como protagonistas al PRI, que ganó seis diputaciones, y al PRD, cuatro.

En cuanto a precandidatos, en el PRI hay definidos cuatro aspirantes fuertes: el diputado federal Ángel Aguirre Rivero, los senadores de la República, Héctor Astudillo Flores y Héctor Vicario Castrejón, y el coordinador de asesores del vicecoordinador de la Cámara de Diputados, Manuel Añorve Baños.

Otros aspirantes son: el ex diputado federal Efrén Leyva Acevedo; el ex diputado federal, Raúl González Villalva; el dirigente nacional del sector campesino, Nabor Ojeda Delgado;  el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Radio y Televisión (STIRT), Netzahualcóyotl de la Vega García, y el diputado local con licencia, Carlos Sánchez Barrios.

Por el PRD, hay apuntados cuatro: el senador Armando Chavarría Barrera; el ex secretario de Planeación y Desarrollo ruizmasieísta, Angel Pérez Palacios; el ex diputado federal y ex senador, Félix Salgado Macedonio, y el diputado federal, Zeferino Torreblanca Galindo.

En el PAN sólo aparece un aspirante, el secretario de la Reforma Agraria, Florencio Salazar Adame, a cuyas aspiraciones no se ha antepuesto algún otro militante panista, a pesar de que el funcionario federal recibió su credencial de afiliado hace apenas dos semanas. 

El PRI 

Ángel Aguirre Rivero. De acuerdo a dos encuestas, que se conocieron internamente, el ex gobernador de Guerrero (1996-1999), encabezaba las preferencias electorales de los priístas, junto con el senador Héctor Astudillo Flores. Su periodo de gobierno, como sustituto de Rubén Figueroa Alcocer, se caracterizó por el dejar hacer, sin comprometerse en grandes obras o decisiones políticas que le afectaran, como recordando que su antecesor había sido obligado a pedir licencia precisamente por reprimir una manifestación de campesinos, que derivó en la matanza de Aguas Blancas.

Su carrera política comenzó al lado del ex gobernador Alejandro Cervantes Delgado, cuando en 1983 es secretario general de gobierno, a la edad de 28 años. En el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu, en 1990, es secretario de Desarrollo Económico, y en 1991 es electo diputado federal. Es presidente estatal del PRI en 1993, desde donde releva a Figueroa.

Aguirre Rivero logra hacer grupo político propio, pero localizado en una región, la Costa Chica. No obstante, sus pretensiones a la candidatura chocan con los intereses de los dos grupos de poder existentes en el estado, y en el PRI, en particular, el del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, que no lo ve como un aliado seguro para sus muchos intereses económicos y políticos que tiene en Guerrero, y el del propio gobernador René Juárez, que también desconfía de su lealtad, y de la posibilidad de que le cuide las espaldas al dejar Casa Guerrero.

Algo que obra en su contra es su alianza y adhesión al bloque Fuerza Renovadora, de la ex coordinadora parlamentaria del PRI, Elba Esther Gordillo, hecho que seguramente le cobrará el presidente nacional de su partido, Roberto Madrazo, peleado con la lideresa moral del SNTE. Otro factor en contra es que no ha hecho precampaña, aunque se ha presentado a las reuniones de los aspirantes con el gobernador René Juárez y con Madrazo, asumiéndose como aspirante. 

Héctor Astudillo Flores. Senador de la República que no ha concretado alguna alianza con los grupos de políticos del centro, pese a ser amigo del gobernador de Tabasco, Manuel Andrade, cercano a Roberto Madrazo.

Es un político híbrido. Fue empujado a la diputación local, hace siete años, por Florencio Salazar Adame, desde donde saltó a la presidencia municipal de Chilpancingo, en 1996. No es un político de grupo definido, y quizá por ello, fue candidato a senador en el 2000, con el beneplácito del figueroísmo y del gobernador René Juárez. Es el candidato emergente del jefe del ejecutivo estatal y sería un candidato de consenso con el figueroísmo, pese a su falta de definición política e ideológica, y a que tiene en contra haber perdido la presidencia municipal de Acapulco en el 2002, cuando fue coordinador de la campaña de Ernesto Rodríguez Escalona, el candidato. Este año, fue coordinador de las campañas a las diputaciones federales por tres distritos de La Montaña, y perdió una, la 05 con cabecera en Tlapa. 

Héctor Vicario Castrejón. Es senador de la República con una amplia carrera política en el PRI, donde fue dirigente juvenil, antes de convertirse en secretario particular de Rubén Figueroa Alcocer, cuando éste fue senador de la República, en 1991. Es originario del mismo municipio que el ex gobernador, Huitzuco, y tiene su ascendencia principal en la zona norte del estado.

Con Figueroa como gobernador, fue subsecretario de Finanzas, y en los hechos, el hombre de los dineros del gobierno. Figueroísta de cepa; compartió la suerte del ex mandatario cuando éste fue obligado por la Secretaría de Gobernación a dejar la gubernatura, tras la matanza de Aguas Blancas, fantasma que lo ha perseguido durante todos estos años, pese a no estar implicado directamente en la investigación sobre el caso.

Vicario tiene el apoyo del figueroísmo y busca el respaldo de los demás grupos de ese partido. Apuesta por la elección interna, conocedor de la estructura que tiene en la entidad el grupo, aunque en su precampaña ha tratado de presentarse como un político con carrera e identidad propia, y ha emplazado al resto de los aspirantes a definirse ya como precandidatos. Es el precandidato que más propaganda ha desplegado. 

Manuel Añorve Baños. Es actual coordinador de asesores de Manlio Fabio Beltrones, vicecoordinador de la fracción parlamentaria del PRI, y encargado de procesos internos del sector popular de su partido. Actualmente, explota las relaciones que tiene con los políticos de su partido en el país, que tejió cuando a principios de los ochentas fue secretario privado del líder nacional del PRI, Gustavo Carvajal Moreno.

Sus alianzas con el centro son muchas: trabajó con Emilio Chuayffet, cuando éste fue gobernador del estado de México, como subdirector de Seguridad Pública; coordinó para Guerrero la precampaña a la dirigencia nacional del PRI de Beatriz Paredes, de quien fue subcoordinador de la fracción parlamentaria, cuando ambos fueron diputados federales, y es el político más cercano a Roberto Madrazo, su líder nacional.

Tiene en contra la misma pertenencia al grupo de Ángel Aguirre, el de la Costa Chica, y el de que uno de los dos tendría que declinar para fortalecer a alguno de ellos, y Aguirre aún tiene ascendencia sobre quien fue su subsecretario de Finanzas, y a quien promovió desde la gubernatura a la dirección de CAPAMA y a la presidencia municipal de Acapulco. Tampoco tendría el respaldo del ex gobernador Rubén Figueroa, ni de René Juárez Cisneros, con quien hace cinco años disputó la candidatura a la gubernatura. 

Efrén Leyva Acevedo. Actualmente en el desempleo, y por eso de que se dice que un político en el desempleo es un político a temer, no deja de ser tomado en cuenta a la hora de formar la baraja de aspirantes. Grupo propio en la entidad, no tiene, pero destaca su capacidad para grillar ante los políticos del centro, logrando ser diputado federal en el pasado periodo legislativo.

En el PRI destacan sus cartas credenciales como mapache, y en su hoja de servicios políticos destacan las muchas comisiones para coordinar campañas políticas en el estado, es decir, para preparar la alquimia para ganar elecciones. Se destaca además como un político duro, del Bronx priísta, de golpeo a la oposición.

Asiste a las reuniones de aspirantes, está en la baraja, pero se le considera candidato a ocupar más bien un cargo de dirigencia en el PRI o en el gobierno estatal. En tanto, el ex alcalde de Chilpancingo y ex diputado local, cumple su función de hacer amagos hasta volver a integrarse a alguna nómina política. 

Raúl González Villalba. Es otro candidato de amague. Ex alcalde de Chilapa, ex coordinador de la fracción de diputados priístas de la pasada legislatura federal, y ex presidente del PRI estatal con Rubén Figueroa, tiene una participación cantada en esta contienda interna: declinar. ¿Por quién? Político institucional al fin, nunca caracterizado por llevar la contraria al gobernante en turno, podría ser a favor del candidato que tenga René Juárez en su momento, pese a tener una factura netamente figueroísta. 

Nabor Ojeda Delgado. Ha sido tres veces diputado federal por Guerrero, por su partido, y le tocó padecer la primera derrota en una elección, en 1997, cuando aspiró a un cuarto periodo, cuando perdió la elección en el distrito 09, ante el perredista Pablo Sandoval Ramírez.

Es actual dirigente nacional de uno de los dos sectores en el que se escindió la Confederación Nacional Campesina (CNC). En el otro está el ex gobernador oaxaqueño Heladio Ramírez Vázquez. Le apostó en la precampaña nacional por la dirigencia priísta a Roberto Madrazo y se mantiene cercano al grupo. En Guerrero, fue líder estatal de la CNC en el periodo de José Francisco Ruiz Massieu (1987-1993), pero fue desplazado de la posición tan pronto éste dejó el cargo.

Pese a ello, a pesar de sus cargos, tiene en contra el desarraigo, al grado tal que cuando fue aspirante a diputado federal por Acapulco (antes lo fue por la Costa Chica, y luego por Acapulco), en 1994, tenía que reiterar que radicaba en el puerto y que su nombre aparecía en el directorio telefónico. 

Netzahualcóyotl de la Vega. Es el sempiterno líder nacional del STIRT, y desde esa posición ha conseguido ser diputado federal, asambleísta del DF y actualmente senador de la República. Al igual que Nabor Ojeda cojea por el desarraigo, aunque se cuida de dejarse ver por la entidad y pasearse con los políticos locales.

Su fuerza ha radicado en sus relaciones con los directivos de Televisa y TV Azteca, y en estar siempre cercano a los líderes nacionales de la CTM, antes Fidel Velázquez y ahora Leonardo Rodríguez Alcaine. No obstante, con el advenimiento de un gobierno panista su fuerza es cada vez menor y su influencia menos. Pese a todo, se apuntó por tercera vez en la lista de aspirantes a la gubernatura, como para mantenerse vigente. 

Carlos Sánchez Barrios. Hasta antes de accidentarse el 3 de julio de este año, era considerado el candidato del gobernador. Con Juárez Cisneros fue compañero de escuela, en la carrera de Economía de la UAG, y le acompañó luego como subalterno en todos los cargos que éste ha tenido, desde que fue jefe y luego director de Planeación en el gobierno de Alejandro Cervantes, así como en la alcaldía de Acapulco, cuando fue su secretario de Planeación, y en el gobierno del estado, desde donde ocupó el mismo cargo, antes de ser enviado al Congreso local. Antes, fue alcalde de Zumpango.

Desde la presidencia de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Sánchez Barrios estaba en inmejorables condiciones de buscar la candidatura a la gubernatura, aún cuando los mismos priístas lo consideraban un personaje sin carisma y tacto político. Su accidente truncó el proyecto transexenal renejuarista, aunque el jefe del ejecutivo estatal no acaba de decidirse a apoyar a algún otro aspirante.

Tal situación ha permitido que exista un grupo de apoyo a Sánchez Barrios, que incluso logró el martes pasado que el secretario técnico del Consejo político sea un afín al grupo, Marco Antonio Leyva, uno de los promotores de su campaña. El resto de los grupos le permitieron ese movimiento al gobernador, pese a que en corto se sabe que el político convaleciente no está en condiciones físicas de regresar a la política.

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