Desaparecen 8 de cada 10 empresas que se crean en México: González Navarro

 * El director de Promoción Empresarial de la Secretaría de Economía participó en la Semana Pyme Guerrero 2003

 México ocupa el lugar 129 de 133 países en cuanto a la flexibilidad de contratación de personal y el último lugar en materia de trámites legales, siendo éstos los dos principales  obstáculos para que los inversionistas lleguen al país, dijo el director general de Promoción Empresarial de la Secretaría de Economía, Víctor Manuel González Navarro, y afirmó: “Nos estamos convirtiendo en un país caro para la inversión productiva”.

El funcionario participó en la Semana Pyme Guerrero 2003, con la conferencia “Programas de acceso al financiamiento de la Subsecretaría en la Pequeña y Mediana Empresa 2003 y líneas de acción 2004”, ayer en el salón Cholula del Centro de Convenciones de Acapulco.

Indicó que actualmente, de cada diez empresas nuevas en el país, ocho desaparecen, y planteó la necesidad de cambiar esta tendencia.

Aclaró que para dar impulso a la competitividad, México necesita combatir la inflexibilidad para la contratación de personal, así como agilizar los trámites legales a los que se enfrentan lo inversionistas para poder invertir en el país.

Dijo que en primera instancia la pequeña y medina empresa necesita mejorar sus esquemas de trabajo para poder competir con las grandes empresas del país (apenas el 0.3 por ciento).

Recordó que “en el 2002 en México eran 2 millones 844 micros y pequeñas empresas o sea el 99.7 por ciento del total, que generaron el 64 por ciento de empleos del país y el 42 por ciento del PIB”.

Afirmó que el país necesita de reformas estructurales pero también necesita de una revisión a fondo de los programas e instituciones a los que se canalizarán los nuevos recursos.

Durante su explicación de los programas de financiamiento de la Secretaría de Economía, dijo que dicha Secrearía en el 2002 aportó 81.2 millones a fideicomisos estatales consiguiendo garantizar el crédito a favor de 2 mil 319 Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas) pero solamente el 41 por ciento fue para créditos, por lo que no hubo capacidad de respuesta de los estados. Fue en el 2002 cuando las políticas cambiaron y giró hacia los productos bancarios.

En el 2003 como ni le fondo de garantías estatales ni los programas de apoyo de los bancos funcionó se redefinieron términos en los que “quien controla la garantía, controla el crédito”, es decir la Secretaría definió los criterios de atención a créditos y no los bancos, estos consistieron en que la Secretaría marcó los límites al margen de intermediación, no solicitaba garantías hipotecarias, disminuyó la tarifa en las ventas mínimas de las empresas y redujo los montos máximos de créditos.

Para el 2004, dijo, se pretende consolidar el programa garantías, desarrollar investigaciones más poderosas para impulsar el emprendirismo (creación de empleos) así como revisar el modelo de operación para lograr mayor eficiencia en el uso de recursos públicos.

De igual manera explicó que se espera en el 2004 desarrollar el mecanismo de incubación de empresas el cual consiste en brindar el apoyo a los proyectos emprendedores, para identificar de mejor manera y desarrollar el plan de negocios, que va a llevar a cabo para que de esta manera el emprendedor tenga la vinculación y el apoyo en relaciones, así como los recursos necesarios para que su proyecto pueda ser impulsado de manera efectiva.

En entrevista, declaró que en México se tienen localizadas 59 incubadoras de las cuales se han apoyado a 40 y que el propósito para el 2004 es superar 100 incubadoras para que con ello se generen más empresas y por lo tanto más empleos.

Informó que de cada 10 empresas nuevas en el país 8 desaparecen y con la incubación de empresas lo que se pretende es invertir este modelo.

También dijo que en el país el número de empresas es muy bajo en relación al numero de población y explicó que el crecimiento poblacional hacia el 2030 requerirá de 1.2 millones de empresas sólo para mantener 33 personas por empresarios y que el valor de la cartera crediticia es muy bajo con respecto al tamaño de la economía apenas el 25.7 por ciento del PIB. (Mónica Martínez García)