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Dedica Roger Waters su actuación a las víctimas de la violencia en México

Agencia Reforma

Ciudad de México

Roger Waters no podía dejar pasar anoche la oportunidad de alzar la voz en el Foro Sol contra las situaciones violentas que aquejan a México, en el primero de sus dos conciertos en el Distrito Federal del The Wall Live Tour, cuyo tema es justamente contra la guerra en el mundo.
“Hola, México. Voy a dedicar este concierto a todos los niños que no están con nosotros y siguen perdidos, a todos los que han desaparecido con esta llamada guerra de narcos y a todas las mujeres y niñas de Juárez”, expresó en español el ex líder de Pink Floyd, al poco rato de haber iniciado el show.
“Nos unimos a la pena de su ausencia, ¿dónde están? ¿Dónde está nuestro enojo? ¿Dónde está nuestro amor ahora?”, continuó antes de regalar al público el tema Mother, el cual intercaló con un video de él de joven, en sus años “miserables y jodidos”, según expresó.
Waters superó las expectativas del público mexicano con su renovado show en el Foro Sol, donde logró reunir a 50 mil súbditos, según datos de los organizadores.
A las 21:15 horas, los gritos de guerra de la cinta Espartaco, de Stanley Kubrick, sirvieron como provocación para que el inmenso muro colocado a lo largo del escenario se encendiera entre graffitis y pinturas de rebeldía.
El músico, de 68 años, apareció saludando a su ejército de fieles seguidores mientras se colocaba en medio del escenario, para enfundarse en una gabardina negra y unos lentes oscuros, a la vez que arrancaba el concierto con In the flesh.
Pirotecnia y estruendos de guitarras y batería avizoraron lo inminente: la destrucción in crescendo de la réplica del muro de Berlín y cuyos primeros ladrillos sucumbieron con el impacto de un pequeño avión del ejército, provocando una explosión que hizo vibrar el Foro Sol.
The thin ice puso la nota de demanda al presentar fotografías de jóvenes caídos en las guerras alrededor del mundo, mientras el público, en su mayoría adultos contemporáneos de Waters y Pink Floyd, así como familias completas, no dejaba de admirar la majestuosidad de la producción y coreaba cada palabra emitida por el compositor.
La destrucción del muro continuó con los temas Another brick in the wall part 1 y su respectiva segunda parte, y la aparición de una marioneta gigante de un profesor antropomorfo, que causaron gritos de asombro entre el público.
En estos temas, varios niños de los colectivos mexicanos Marabunta y Barrio Activo realizaron un coro para Waters, el cual se unió a los miles de voces reunidas en el recinto.
La experiencia extrasensorial se extendió entre olores de mariguana y la malta de la cerveza, teniendo como soundtrack vivencial canciones como Goodbye blue sky, Empty spaces, What shall we do now? y Young lust, entre otras.
A punto de acabar el primer segmento del espectáculo y apoyado con los cánticos de One of my turns, Don’t leave now, Another brick in the wall part 3 y The last few bricks, Waters, quien para este momento se podía ver sólo a través de un agujero en la pared, comenzó a plantar la semilla de lo que sería el clímax del espectáculo.
Para las 22:30 horas, con apenas una hora de show, el camino hacia la destrucción inminente de ladrillos, tímpanos y escepticismo estaba a punto de comenzar. El muro estaba a punto de caer sobre suelo mexicano.

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