Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Moisés Alcaraz Jiménez

Visita indeseable

Jorge G. Castañeda Gutman estuvo este lunes en Chilpancingo y Acapulco promoviendo su candidatura a la Presidencia de la República. Sostuvo reuniones con diversos grupos.

A pesar de ser uno de los políticos más tenebrosos de la historia reciente del país, que lo mismo está con Cárdenas que con Fox o con Carlos Salinas de Gortari, con quien sostiene oscuras pláticas, o con priístas-foxistas de lo más desprestigiado, como Elba Esther Gordillo, “caballo de Troya”, a quien Castañeda asesora como punta de lanza para desestabilizar al PRI, nadie se atrevió a tocarlo ni con el pétalo de alguna pregunta incómoda, por el contrario, se le dio un cálido recibimiento y trato de hombre glorioso, campo propicio para que Castañeda exaltara aun más su conocida soberbia, que si bien como él mismo dice, eso no es un delito, además de que no es “monedita de oro” (así lo ha dicho también) sí lo pintan como el hombre sin principios que es, con deseos enfermizos de poder no para servir, sino para satisfacer intereses egoístas, personales o de los grupos a los que representa.

A su paso por la cancillería hizo retroceder a la diplomacia mexicana a épocas de bajeza jamás vistas. La política exterior mexicana ha sido reconocida en todo el mundo por promover la libertad de los pueblos y la no injerencia de ningún país en asuntos internos de otro, por impulsar la libre autodeterminación e independencia de las naciones y por su espíritu pacifista, contrario a los afanes de dominio y hegemonía de las grandes potencias y siempre en constante lucha contra todo tipo de militarismo y uso de la fuerza para resolver conflictos internacionales.

De todo eso se olvidó Castañeda, para adoptar una posición servil hacia Estados Unidos. La Casa Blanca lo ve ahora como el mexicano más idóneo para ocupar la Presidencia de la República. Jorge Castañeda es ya el candidato de George Bush para gobernar en México a partir del 2006.

Si Bush es reelecto, Castañeda tendrá un fuerte respaldo de ese gobierno, uno de los más conservadores y sanguinarios que haya habido en aquel país. Los dueños de las grandes empresas transnacionales que dominan y saquean al mundo y los intereses financieros que sangran a los países pobres, ven con buenos ojos el proyecto de Castañeda, principalmente desde que asumió el papel de defensor a ultranza del depredador libre mercado y decretó la muerte de los nacionalismos, como Fukuyama, otro ideólogo del neoliberalismo, decretó el fin de la historia.

El ex secretario de Relaciones Exteriores foxista es muy amigo de Colin Powell y Condolezza Rice, cerebros principales de la invasión a Irak y promotores del nuevo militarismo estadunidense, más letal y devastador, que por mandato del poder financiero y empresarial se ha fijado como objetivo principal someter al mundo e imponer a sangre y fuego en todo el planeta los intereses comerciales de ese país.

Por su remarcado anticastrismo, Castañeda condujo a México a un nivel de rompimiento diplomático con Cuba, nación amiga con la que nuestro país siempre ha tenido excelentes relaciones.  Desde su posición de responsable de la política exterior de México, Castañeda alentó a la ultraderecha cubana, conocida como los gusanos, que tienen su sede en Miami, Florida, para desde ahí promover la desestabilización del gobierno castrista. Grupos afines que actúan en la isla, también fueron respaldados por Castañeda. Con ello sirvió a los más retrógradas intereses estadunidenses que desde siempre han buscado derrocar a Fidel Castro.

Vicente Fox ya no pudo sostener en el cargo a un personaje que le estaba creando no sólo problemas internacionales a su gobierno, sino que en el plano interno se había convertido en uno de los principales factores de la caída de popularidad e incremento del descrédito del gobierno foxista.

Después de renunciar al cargo, Castañeda se ha dedicado a recorrer el país pues piensa que a través del partido Convergencia, que encabeza su amigo, el ex priísta Dante Delgado, unido a otras organizaciones de la “sociedad civil”, puede llegar a la presidencia, como lo hizo su antiguo jefe, Vicente Fox, para quien promovió el “voto útil” y sacar así “ a patadas” al PRI de Los Pinos.

Para Castañeda no pudo pasar inadvertido que la campaña presidencial de Fox, de la cual fue una de las cabezas principales, estuvo financiada con dinero del exterior, como lo documentó ampliamente el IFE. Conoce perfectamente los vacíos jurídicos que permiten impunidades al estilo de Lino Korrodi y Carlota Robinson. Por ello muchos se preguntan: ¿Quién está financiando ahora la campaña de Jorge Castañeda?

En las nuevas andanzas que el amigo de Fox ha iniciado, ha recibido muestras de extremo repudio en los lugares donde se ha presentado. En estos tiempos de pluralidad y diversidad, son muy reprobables actos de intolerancia como los sucedidos en el IPN, donde Castañeda fue expulsado vergonzosamente por estudiantes; en Veracruz casi es apedreado; en la UAM tuvo que salir por la puerta trasera ante el malestar que provocó su presencia; en Chilpancingo lo protegió un numeroso grupo de policías, previniendo posibles protestas.

Sin embargo aquí nada pasó; al contrario, Castañeda recibió aplausos y se le brindaron foros para su lucimiento. Nadie tiene derecho a coartar la libertad de los demás a expresar sus ideas. No obstante, en el nuevo contexto de pluralidad política, pocas o ninguna voz divergente se alzó el pasado lunes en Acapulco o Chilpancingo durante la visita de Castañeda para denunciar su verdadera naturaleza y propósitos.

¿Habremos perdido hasta el ánimo para repudiar a personas non gratas? Castañeda visitó también la UAG ¿Habrán pasado los tiempos de dignidad de la izquierda universitaria guerrerense, que nadie se atrevió a emitir una palabra de rechazo a personaje de tan sucio historial?

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