Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Aguirre Franco: el informe, para dejar atrás indolencia y enfrentamientos

 Para el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, el primer informe de gobierno del presidente municipal, Alberto López Rosas, representó la oportunidad de olvidarse de indolencias, enfrentamientos y divisiones.

Aseguró que algunas personas juzgan que con retardar a la administración municipal, van a solucionar los problemas que hay en el puerto, cuando deben presentar propuestas viables: “hay personas que no piensan igual, creen que entorpeciendo su gobierno, tomando la carretera, las calles, desobedeciendo y fomentando la anarquía, con eso se va a solucionar, en cambio, con una critica constructiva, con propuestas (se puede) llegar adelante”.

Entrevistado después de terminar la celebración eucarística, y antes de partir para escuchar el informe de gobierno municipal, Aguirre Franco dijo que en este año “todavía se están poniendo las bases, de esos próximos dos años que restan para su gobierno”, por eso en el informe el alcalde “más que un aparecer de grandezas, quiere convocarnos al compromiso para que juntos dignifiquemos Acapulco”.

No quiso abundar más sobre el informe, al excusarse porque todavía no lo conocía “después de escuchar, voy a juzgar”, indicó, aunque comentó que durante la celebración, se hizo oración “para que todos los acapulqueños acudamos al llamado”.

Mencionó que el informe era una convocatoria abierta para que los acapulqueños “dejemos a un lado indolencias, enfrentamientos, divisiones, alegatos, con eso nada ganamos, resta desarrollo, progreso, éxito en la vida de Acapulco”.

Aguirre Franco dijo que ante las dificultades que tiene Acapulco como son la basura, el ambulantaje, el transporte, se debe hacer algo, porque “tampoco con anarquía vamos a traer el turismo”.

Agregó que es “bueno que aprendamos a obedecer y a respetar a nuestras autoridades, con motivo del primer informe tenemos ese compromiso”.

Durante su homilía, mencionó que Jesucristo libera de mucha cadenas, pero no tiene un proyecto político o económico que pretendiera imponer a judíos, romanos y al resto del mundo.

Precisó que el reino de Cristo no se parece a los de este mundo, “que con frecuencia se imponen a base del poderío económico, militar o político”. (Magdalena Cisneros).

468 ad