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Cargada de abucheos perredistas contra los críticos del alcalde López Rosas

 Aurelio Peláez * En un acto casi totalmente de color amarillo, la oposición en Acapulco llevó a la sesión del primer informe de gobierno de Alberto López Rosas su distanciamiento con el presidente municipal, aunque previsiblemente, en un escenario propio de un mitin, recibieron el abucheo de unos 2 mil perredistas asistentes al acto.

En esta ocasión, la base del PRD no reaccionó con gritos, silbidos y abucheos solamente al oír el nombre del gobernador René Juárez Cisneros, que en la ceremonia de ayer fue mencionado en cinco oportunidades, como ocurría en los actos públicos de los alcaldes perredistas en los últimos cuatro años.

El regidor del Partido Verde, Alejandro Carabias Icaza, el primero en abrir la serie de “posicionamientos” de las fracciones partidistas ante el primer informe, le pegó donde aparentemente más duele a la administración lopezrosista, al ponderar el pasado gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo.

Le dijo, ante unos 3 mil asistentes al informe, que el gobierno de Torreblanca era punto de referencia para la actual administración, y se lamentó que López Rosas no le haya dado continuidad a los programas ni mantenido al personal de dirección zeferinista.

Para el primer informe se escogió el salón Teotihuacan del Centro Internacional Acapulco, no el teatro Juan Ruiz de Alarcón, como ha sido tradicional en otros gobiernos, ni el teatro al aire libre, como Torreblanca, de cupo modesto. Para llegar al salón, el ciudadano de a pie hubo de pasar por tres vallas de seguridad, una, desde el acceso mismo a las instalaciones del CIA.

Los de choque y los VIP

La sesión por venir parecía un mitin perredista: colonos con camisas amarillas y logos del PRD, de organizaciones como el Frente Patriótico Adolfo López Cisneros, que dirige el diputado local Marco Antonio López, y del Movimiento Ciudadano de Acapulco, fundado por López Rosas, coparon las entradas. Ocuparon la gayola y la parte intermedia del salón, pues otra valla los dividía de la exclusiva sección VIP donde estaban políticos, empresarios, funcionarios, autoridades e invitados del alcalde, con una sección para periodistas, que por alejada de la tarima habilitada como recinto nunca ocuparon.

Los invitados fueron citados a las 10 de la mañana, y puntuales, llegaron políticos como el ex gobernador Israel Nogueda Otero y el ex alcalde Alfonso Argudín Alcaraz. Ellos fueron prácticamente los únicos priístas presentes, pues el resto de los políticos tiraba a amarillo. Como a las 10 y minutos llegaron el coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en la Cámara de Diputados, Pablo Gómez, el ex diputado federal Félix Salgado, el actual diputado federal Juan García Costilla, y Benito Mirón Lince, subsecretario de Trabajo en el Distrito Federal y representante del jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador. Como a las 10: 30 llegarían Martín Mora, el presidente estatal del PRD; Ramón Sosamontes, secretario de Alianzas del CEN; el senador Armando Chavarría y Angel Pérez Palacios, “precandidato del PRD a la gubernatura”, como se les definía en el identificador de las sillas VIP; asimismo, las diputadas federales Rosario Herrera e Irma Figueroa Romero, y la presidenta perredista en el puerto, Beatriz González y los diputados locales del PRD, Adela Román, Rómulo Reza, Gloria Sierra y Yolanda Villaseñor, además de Mariano Dimayuga, el cuestionado promotor de una ley contra las manifestaciones públicas. Como representante del Congreso local a la sesión, asistió precisamente Marco Antonio López, el hermano del alcalde.

Los presidentes municipales asistentes fueron perredistas: Guadalupe Eguiluz, de Tlalchapa; Amador Campos, de Zihuatanejo; Lázaro Mazón, de Iguala, y Rafael Ariza, de Coyuca de Benítez. Y entre los empresarios, un VIP Triple A, Jaime Camil, ex presidente del Comité de Financiamiento del PRI en la época del defenestradao gobernador Rubén Figueroa Alcocer, a cuyo grupo político pertenece.

Entre los VIP había espacios apartados con identificador para los ex alcaldes priístas Rogelio de la O y Juan Salgado, que no llegaron, pero no había para Manuel Añorve ni para Zeferino Torreblanca, el hoy diputado federal antecesor en el cargo de López Rosas y postulado por el mismo partido que éste. Problemas de agenda, se explicaría para la ausencia de los dos primeros. Tampoco llegó un “Andrés García, actor”, ahora de los amigos el alcalde, ni representantes del Frente Cívico de Acapulco, la organización de Zeferino.

El ataque

En tanto, unos 40 técnicos, camarógrafos y periodistas de estaciones locales de televisión: Televisa, Telecable y RTG preparaban el equipo para la transmisión del acto, el primero que se transmite en la televisión comercial que, sin embargo, según supimos después, omitió las intervenciones de los regidores.

La sesión de cabildo empezó cuando Jaime Camil aún saludaba y daba entrevistas. El millonario altruista –así se le presenta– radicado en Acapulco, fue saludado incluso al término de su discurso por el alcalde y aplaudido por los VIP, por lo menos en el área de empresarios, en donde estaban Héctor Rodríguez Escalona, Tony Rullán, Rafael García-Pimentel, y los notarios Jorge Ochoa Jiménez y Sergio Olvera, además del presidente del PAN en Guerrero, el también empresario Francisco Rodríguez Otero, ubicado a prudente distancia del bloque perredista.

Así, políticos de la ciudad de México y empresarios, si es que no estaban enterados, escucharon un resumen de los conflictos y escándalos ocurridos en la administración en el presente año: el reproche de Carabias al alcalde de que no le ha dado a los regidores el respeto que merecen; el balconeo de Guido Rentería a lo que en resumen, es la vida disoluta de un síndico, en alusión a Marcial Rodríguez. Tema para comidilla local: cómo confiar en alguien que no cumple ni con su familia, reprochaba el panista.

También, el señalamiento de impunidad que hizo el edil de Convergencia, Mario Ramos del Carmen, de funcionarios que han incurrido en actos de corrupción y que han sido protegidos por López Rosas por ser sus amigos, parientes o compadres. Luego, el señalamiento del priísta José Guadalupe Perea –abucheado durante toda su intervención– quien preguntó “¿quién miente?”, en relación a la información sobre el monto de la deuda que heredó el gobierno lopezrosista, que el alcalde dijo que es de 43 millones, aunque Zeferino Torreblanca informó que dejó 50 millones en caja. Mario Ramos y Perea se refirieron además al caso Rossana Mora, punto principal del rompimiento del alcalde con los ediles, y reiteraron su acusación de que el alcalde protege actos de corrupción en la Secretaría de Desarrollo Social.

Desde el fondo del salón llegaba la respuesta perredista a las críticas a López Rosas: abucheos que nunca pudieron ser controlados por el síndico Marcial Rodríguez, el moderador de la sesión. El grupo más activo era el llamado Adultos Mayores del Frente Democrático, aunque también los del frente López Cisneros.

La defensa de la posición de la fracción del PRD toca a Alfredo Campos Tavarez. Es una defensa de las obras y actos de gobierno, en un discurso sin contenido político. Como si con sus compañeros del PRI, PAN, PVEM y Convergencia no hubiera habido ninguna bronca.

La defensa

El discurso de López Rosas no tiene matices. Su oratoria es directa y al principio, los aplausos no le acompañan. Su intervención es acompañada por las imágenes de sus actos de gobierno en dos amplias pantallas colocadas en lo alto del salón. Le reciben unos cuantos aplausos. Luego, éstos tardan en llegar.

Otra vez del fondo del salón viene el rescate, primero, cuando resalta el desalojo “del imperio” de la calle Vallarta: para consumo local, se entiende que habla del retiro de los vendedores ambulantes de Dalia Serna; luego, cuando habla de la recompra del Ayuntamiento viejo: “nunca más la venta del patrimonio de los acapulqueños”, y después, cuando pondera el pago de 43 millones de pesos de la deuda que le dejó “la última administración”, eufemismo que utilizó para evitar nombrar a Zeferino Toreblanca.

Vienen más aplausos cuando habla de la promoción de la inversión por la zona de Pie de la Cuesta; del programa de remodelación de Caleta y Caletilla; de la pensión para adultos mayores, la Tarjeta AMA, y de su solidaridad con las familias de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez.

Fueron a lo largo de la hora y diez minutos de su discurso, unas quince interrupciones de aplausos, dos de ellas cuando destacó su “defensa de mis buenos colaboradores, pero mi conducta inflexible contra quienes obran mal”, pues las acusaciones (hechas por regidores) “han caído por su propio peso”.

Ante los empresarios y dirigentes del PRD, el alcalde negó los señalamientos de nepotismo y dijo haber retado a un regidor a que le presentara por escrito su acusación de que tenía familiares en el Ayuntamiento, “y hasta la fecha no he recibido el documento”.

López Rosas consideró “inadmisible” aplicar sanciones a funcionarios por denuncias aparecidas en los medios, y aseguró que tiene “una familia, un patrimonio que cuidar”, al expresar su convicción de combatir la corrupción, además de que afirmó que ha sido víctima de “la calumnia” y el “escarnio”, y agradeció a su esposa, María Eugenia Díaz, su solidaridad durante este año.

El alcalde mencionó en dos ocasiones la plaza Guatemala como una obra de su gobierno y un aporte a la comunidad cultural. En cuanto a cultura, en donde dos ediles le reprocharon el cese de su directora Aída Espino, y haber quitado recursos a la dependencia, López Rosas mencionó como obras de gobierno el convenio para apoyar el Museo naval, los convenios con la Filarmónica de Acapulco, y las ferias del libro.

Al finalizar los saludos del representante del gobierno del estado, el procurador de Justicia Jesús Ramírez Guerrero, el diputado federal Pablo Gómez se para y sale casi como bala, seguramente hacia el aeropuerto, de regreso al DF. Durante el discurso de López Rosas, se levantó un par de veces a hablar por su teléfono celular, a un costado del presídium. También en el discurso del procurador, Fortunato Palacios, un perredista sesentón, se paseó por entre pasillo y el presídium, con una capa hechiza de manta, con el logo del PRD. Saludó a todos los dirigentes perredistas. Nadie le llamó al orden.

Como aprovechando el mitin, simpatizantes de Armando Chavarría lanzan porras, aunque al igual que el senador, Félix Salgado es rodeado luego por simpatizantes. López Rosas baja de la tarima y acompañado por una grupo de seguridad, saluda a los escasos invitados que aún quedan. La mayoría de los VIP, luego de estar en el habilitado recinto del cabildo por tres horas, ya se han ido. Atrás, los de las camisas amarillas, van rumbo a los camiones que los regresen a sus colonias.

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