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Indígenas caminan por la autonomía, en Suljaa’, sin relación con el gobierno

 * De un total de 36 localidades, en 17 hay autoridades paralelas, en cinco hay sólo una autoridad que respalda al gobierno indígena, y en 13 la autoridad que respalda al del PRI * En 2004 se encargarán de la seguridad pública, anuncian

 Maribel Gutiérrez, enviada, Xochistlahuaca * Sin ningún presupuesto público, las autoridades tradicionales de Xochistlahuaca han comenzado a ejercer un gobierno autónomo. No quieren tener alguna relación con el gobierno estatal ni federal, ni demandan reconocimiento ni presupuesto ni programas sociales ni obras.

Cuentan con el apoyo de autoridades en las comunidades, comisarios y delegados, que han sido elegidos por usos y costumbres indígenas, y con el respaldo de la mayoría de los habitantes de la cabecera municipal.

Por la vía de ejercer el derecho indígena, se ha ido formando un gobierno indígena, que es paralelo a las estructuras del gobierno oficialmente reconocido.

En este municipio hay duplicidad de autoridades.

Está el ayuntamiento oficial, encabezado por el presidente muncipal del PRI, Manuel Castañeda, que despacha en una sede alterna en Xochistlahuaca.

Por otra parte, desde el 20 de noviembre de 2002 funcionan las autoridades tradicionales, integradas por siete indígenas, seis hombres campesinos y una mujer artesana, que se encuentran en el Palacio Municipal, que está en manos del movimiento opositor al PRI desde el año 2000.

Las autoridades indígenas cuentan que tienen el respaldo de la mayoría de los habitantes de la cabecera municipal.

De las 36 comunidades que conforman este municipio, en 17 hay duplicidad de autoridades; las oficiales que están con el presidente municipal del PRI, y las indígenas, que están con las autoridades tradicionales.

En 18 comunidades hay sólo una autoridad en funciones, de las cuales 13 están con el gobierno oficial y cinco con las autoridades indígenas.

El número de pueblos que apoyan a las autoridades tradicionales va aumenando, con comisarías y delegaciones que se forman con base en los usos y costumbres indígenas, ante las imposiciones del alcalde priísta y del gobierno estatal. El caso más reciente es el de la comunidad de Los Liros, donde se formó una delegación paralela, el 18 de noviembre, ante la imposición sin que hubiera elecciones, de un delegado del PRI, que ha sido respaldado por el alcalde priísta y el gobierno del estado.

No quieren nada del gobierno

Las autoridades tradicionales se encuentran en el Palacio Municipal, que se llama Wats’iaa en el idioma de los indígenas de aquí, conocido en otros lugares como amuzgo, pero que aquí lo llaman ñomdaa, que al español se traduce como la palabra del agua.

Lo que generalmente se conoce como pueblo amuzgo es el pueblo que habla la palabra del agua, el ñomdaa, y su territorio, Suljaa’, es la llanura de flores, o Xochistlahua, que actualmente tiene 23 mil habitantes, y más del 90 por ciento de ellos son indígenas.

Las autoridades tradicionales aceptan una entrevista, en conjunto, y contestan en su idioma, con traducción al español.

Contesta el Silverio Matías Domínguez, campesino, de 72 años, activista del movimiento por el respeto a los derechos indígenas desde 1999, que en el desalojo violento del 9 de enero de 2001 perdió un ojo, por los golpes que recibió de priístas seguidores de la entonces presidenta municipal y actual diputada, Aceadeth Rocha.

–¿Qué funciones tienen las autoridades tradicionales y cómo pueden gobernar si no tienen presupuesto?

–Es cierto, las autoridades tradicionales no tenemos presupuesto, y por eso en este año no hicimos obras, como carreteras, ni calles ni drenaje. Pero hemos logrado cosas muy significativas, por ejemplo, rescatamos la casa del pueblo, que antes era la casa del PRI; administramos el mercado central; el pueblo de apoderó de las instalaciones de la escuela Escuadrón 201 que tiene el auditorio municipal; controla el panteón municipal; la bodega que se construyó con recursos del pueblo que está en el campo aéreo antes estaba en manos del presidente municipal y ahora está en manos de las autoridades tradicionales.

“También, con apoyo de la cooperación que dan los maestros se arregló la casa del maestro en la cabecera municipal, y también con la cooperación que dan los maestros se pagan los gastos de la Comisión de Seguridad que se encarga del resguardo del edificio Wats’iaa (Palacio Municipal)’’.

“Tenemos un proyecto para el 2004 que es la creación de una comisión de seguridad pública (como policía pero del pueblo), con sus uniformes y sus armas”.

–¿Buscan ustedes el reconocimiento del gobierno, el diálogo, algún tipo de respaldo, o creen que pueden sostener un gobierno autónomo?

–Nosotros vamos a caminar en este camino. No vamos a pedir apoyo del gobierno, porque si pedimos apoyo, en presupuesto para obras, en proyectos productivos, nos apoyaría pero a cambio de que entreguemos el edificio, para que entre Manuel Castañeda (el presidente municipal del PRI) y no estamos dispuestos a entregarlo.

“Ya decidimos seguir en este camino, a ver hasta dónde podemos llegar, y no vamos a dejar el inmueble”.

Pide la palabra el señor Roberto Martínez de Jesús, el más joven de las autoridades tradicionales, de 50 años.

–En el futuro, para hacer obras no pensamos pedir presupuesto al gobierno, porque él no está de acuerdo con este proyecto de las autoridades tradicionales. Pero si podemos obtener recursos de alguna manera, que no sean del gobierno, aseguramos que los trabajaremos con mucha transparencia.

Los maestros indígenas, marginados de beneficios oficiales

Parte importante en el sostenimiento de las autoridades tradicionales son los mestros indígenas bilingües.

El jefe de zona de supervisión del sector 9-24 de educación indígena, que abarca 22 comuniudades del municipio, Gregorio de Jesús Romero, explica que están con las autoridades indígenas 196 maestros, que dan clases a mil 888 alumnos, y que apoyan en las actividades y dan una aportacióin económica.

El magisterio también esta dividido casi en partes iguales, y una parte está con las autoridades oficiales, dice.

Pero explica que los que tienen más problemas son los que están con el gobierno indígena, porque a sus escuelas, la Secretaría de Educación no le quiere otorgar su clave y su nombre, como es el caso de la comunidad de Rancho del Cura, donde hay dos escuelas con el mismo nombre, Vicente Guerrero y con la misma clave.

El problema, explica, es que a los niños que estudian en escuelas paralelas se les niega el Programa Oportunidades (por el que reciben unos 600 pesos cada dos meses aproximadamente), y a los maestros se les niega el Pareip, que es el Programa para Abatir el Rezago Educativo, que consiste en un apoyo a los maestros como incentivo para que trabajen horas extras.

–¿Porqué apoyan a las autoridades tradicionales, si por eso se ven afectados y los marginan de esos beneficios? –se le pregunta al profesor.

–Apoyamos porque somos indígenas, y poprque fuimos agredidos por Aceadeth Rocha cuando era presidenta municipal, que quiso imponer supervisores, y decidir por nosotros, por eso respaldamos a nuestras propias autoridades.

“Apoyamos porque creemos que es importante que se mantengan las autoridades tradicionales, y no vamos a permitir que el gobierno quiera seguir imponiendo sus intereses políticos sin respetar a los ciudadanos”.

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