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La Revolución en Guerrero, de las masas y no de los caudillos: Francisco Herrera

 * Participan también Manuel Añorve López,  Ramón Sierra López y Francisco Nájera Castrejón en mesa redonda en el Fuerte de San Diego  

Raquel Santiago Maganda * La participación de Guerrero en la Revolución Mexicana se dio principalmente en 1911, por medio de personajes ahora históricos, pero sobretodo con las fuerzas emanadas del pueblo cuyo fin “no era la democracia sino hacerse justicia por sus propias manos”, aseguró el historiador Francisco Herrera Cipriano.

El miércoles pasado en el Museo Fuerte de San Diego, se realizó la mesa redonda Historia de la Revolución en Guerrero, con la participación de seis historiadores y cronistas que dieron un panorama general de esa gesta histórica a un público conformado en su mayoría por estudiantes.

En su participación el historiador Francisco Herrera presentó su ponencia La revolución en La Montaña de Guerrero, en donde mencionó a uno de los principales personajes revolucionarios, Juan Andrew Almazán quien era estudiante de medicina en Puebla, e influenciado por el estallamiento de la Revolución de 1910 un año después regresó a La Montaña a incorporar a sus habitantes a la lucha.

El historiador mencionó que en el tiempo de la Revolución había mucha inconformidad por el régimen del entonces presidente Porfirio Díaz y por los hacendados. De esta manera, dijo que mientras a personas con ideas liberales les motivaba lograr la democracia y romper el centralismo, la base de la Revolución que fueron las clases bajas los motivó “el hacerse justicia por propia mano, es decir, una venganza popular con esencia de clases”.

Precisó que como muestra de esa venganza, los revolucionarios saquearon y se fueron en contra de los personajes más odiados como los hacendados, los agiotistas españoles y los comerciantes.

Esta discrepancia, dijo, inconformó a Juan Andrew que incluso se retiró como dirigente de los revolucionarios, pero que tras un compromiso de su gente de detener los saqueos se incorporó a la lucha en La Montaña.

En su participación el antropólogo Samuel Villela Flores mostró fotografías de la revolución en Guerrero, y destacó la labor de la única fotógrafa Sara Castrejón, así como una legión de fotógrafos anónimos que dejaron el importante testimonio gráfico.

Mencionó como anécdota que los hombres que iban a ser fusilados pedían como último deseo, que Sara Castrejón les tomara una foto para que así fueran recordados.

También participó en la mesa redonda Manuel Añorve López, hijo de uno de los dirigentes de una brigada revolucionaria, Pantaleón Añorve. El ometepequense recordó anécdotas de su padre y sus tíos Enrique y Francisco, que fueron los primeros en combatir para la Revolución en la Costa Chica.

Dijo que Ometepec en 1910 tenía una fuerte influencia del estado de Puebla en el aspecto comercial, y de esta manera un grupo de estudiantes de Puebla llegaron a Ometepec a promover la revolución y a pesar de que varios de los personajes liberales se negaron a tomar las armas, fueron sus parientes quienes decidieron participar activamente y apoyar a Francisco I. Madero.

El cronista porteño Alejandro Martínez Carbajal también participó con fragmentos de la historia de la intervención de la familia Mariscal de Acapulco y los Figueroa de Huitzuco. Recalcó que en esos casos, no había problemas de armamentos como lo tenían otras brigadas que se estaban organizando, porque el problema real era que al principio la revolución no tuvo tantos simpatizantes dispuestos a tomar las armas y luchar.

En tanto, el cronista de Tecpan de Galeana, Ramón Sierra López, habló de los hermanos Vidales y Valente de la Cruz, quienes fueron los precursores de la lucha revolucionaria en la Costa Grande.

Ramón Sierra dijo que los costeños respondieron al llamado del movimiento revolucionario “más tarde que el resto del país”, pero que se hizo por medio de Valente de la Cruz que fue protegido del general Alvaro Obregón, mientras que los hermanos Vidales Mederos enfrentaron el comercio español al instalar también un establecimiento comercial con el que limitaba el monopolio de las tiendas de raya.

El cronista mencionó que Amadeo Vidales fue asesor de Juan Ranulfo Escudero, y dentro de los héroes tecpanecos mencionó a Jesús Serrano, quien también dirigió una brigada en el periodo de la revolución.

El cronista de Teloloapan, Francisco Nájera Castrejón habló del general Jesús H. Salgado y de la revolución en Teloloapan, por la restitución de las tierras.

Mencionó que en 1911 Francisco I. Madero visitó Teloloapan para presenciar un desfile de más de mil jinetes, y que después el general Jesús H. Salgado de marzo a diciembre de 1914 fue gobernador del estado y aplicó el régimen agrarista.

Mencionó que durante sus meses en la gubernatura, el general mandó a acuñar monedas, expropió minas, estableció el salario mínimo de peón, abolió las tiendas de raya y fundó algunas escuelas.

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