Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Martínez Nateras

Fábrica de Letras

  El gobierno

 Alberto López Rosas es depositario de una confianza lapidaria. Nunca antes de él hubo un presidente con una votación tan apabullante la cual es fruto de la simpatía propia, de la propuesta de gobierno, de la campaña y sin ninguna duda del legado de Zeferino.

El futuro del PRD y de las fuerzas democráticas en Guerrero es una variable muy aproximada, casi fotográfica de los resultados del desempeño del gobierno municipal en su conjunto. No tengo ninguna duda de la popularidad y del respaldo del alcalde con un grado evitable de deterioro. Alberto y su equipo tienen el reto de cancelar las percepciones negativas que reales o inducidas existen, crecen y se multiplican. Lo peor es que al principio del tiempo de este gobierno las filtraciones se generaron desde el interior de un equipo que no llega a serlo todavía. Los intereses personales y de grupo; los errores de funcionarios, síndicos y regidores han contribuido a minar el prestigio y a deteriorar a la autoridad en su conjunto. Los casos de malos manejos han sido frenados en seco sin que se hayan realizado las correspondientes denuncias.

El gobierno tiene el problema principal de que no es un equipo. El alcalde tiene la obligación principal de liderar la construcción de un conjunto de ideas comunes, de estilos, formas y métodos de gobernar. El designó personalmente a todos los funcionarios y altos mandos, desde subdirectores, directores, coordinadores y sometió al Cabildo las cinco propuestas de secretarios. Alberto da trámite y generaliza su modo de hacer política y en sí mismo descansan las posibilidades de mejoramiento.

El arte de armonizar tanta diversidad es la obra suprema de la gobernabilidad. Funcionarios y  ediles tienen elementos que deben ser el factor de unidad de ideales y en la construcción de la ética política del gobierno municipal. Alberto ganó con una propuesta de programa de gobierno que es el pie de cría del Plan Municipal de Desarrollo. En su toma de posesión López Rosas formalizó algunos compromisos y las grandes líneas de acción del gobierno y suyas propias.

¿Habrán leído y vuelto a leer; estudiado los textos de referencia? ¿Han intentado construir en todas las áreas el ideario y el comportamiento colectivo; el conocimiento de los programas y la organización de su ejecución? ¿Tiene la Secretaría de Finanzas la actitud de asignar las partidas presupuestales a los fines señalados o simplemente se manejan al capricho de los titulares? Y ¿qué hacen para incrementar los ingresos propios? Ya me ocupé de la urgencia de destinar tiempo a la obtención de recursos adicionales para proyectos estratégicos.

En la medida en que ha crecido la información negativa y cuando cada uno la resiente en carne propia por la crítica despiadada de los medios, entonces los héroes del Papagayo empiezan a sentir la necesidad de dejar de actuar como una pléyade de tribus en disputa, para comprender la urgencia de intentar gobernar de otra manera. Mucho más que fotos de grupos sonrientes, Acapulco necesita de un gobierno leal a sus compromisos de campaña; unido en torno a objetivos comunes, a una disciplina consciente construida sobre los cimientos del Plan Municipal de Desarrollo. Acapulco necesita de un gabinete municipal organizado en torno a una agenda común, solidario en la acción y en la advertencia a tiempo para corregir errores e implacable en contra de la opacidad, la corrupción y la inoperancia.

El gobierno que preside Alberto López Rosas tiene tiempo más que suficiente para ajustar el rumbo, mejorar infinitamente y corregir deficiencias y omisiones. No se trata de ajustar cuentas, de emprender cacerías de brujas o brujos pero sí de privilegiar la solución de los grandes problemas y rezagos de Acapulco.

¿Y el papel de los regidores, de los síndicos…? De este tema me ocuparé en la siguiente entrega…

Por lo pronto espero el primero de los tres informes con ansiedad.

Cajita de Olinalá

Obtener la confianza de la sociedad es sumamente difícil, conservarla una obra de congruencia cotidiana. La confianza es uno de esos valores tan inconmensurables como imponderables que cuando se pierden o se deterioran es muy difícil rehacerlos. Genaro Vázquez Solís todavía puede hacer mucho para gobernar bien, para superar errores y omisiones. Merece apoyo, comprensión y solidaridad acompañada de una sobredosis de autocrítica. ¡Ayúdate que dios te ayudará! Por lo pronto y si de algo le sirve le reitero mi amistad y mi cariño. Daniel Pano Cruz confirma el estado de crisis de la educación en Guerrero. ¿Y la solución? El dilema formulado ante los diputados por el secretario de Educación quien por fin compareció ante el Congreso está mal planteado y puede sentar las bases para el agravamiento de la situación: “Más plazas y aguinaldo o un estallido social”. La búsqueda de la salida pasa necesariamente por la eliminación de las plazas de aviadores otorgándoles un plazo no mayor a tres meses para que las devuelvan o se reincorporen al trabajo. Es tremenda la denuncia de amenazas contra funcionarios de la SEG y de la comisión de asesinatos por estos motivos.  El Congreso debe publicar las listas y asumir un papel más activo. Me siento abrumado por las cartas que no he podido incluir ni comentar. Juan Arreola: En el V Festival tienen cabida todos quienes deseen participar. Las conferencias y exposiciones del Coloquio son abiertas, lo mismo que los espectáculos. Nosotros estamos listos para ofrecer hospitalidad. Para mayor información ver http://www.lapintada.com.mx  El despido a plazo fijo de Adolfo Aguilar Zinser necesariamente está relacionado con la presión del gobierno de George W. Bush.

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