Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

CARTAS ( Responde Xavier Carreto a Marcial Rodríguez)

Señor director:

 En el intercambio de impresiones que hemos tenido con el síndico administrativo del Ayuntamiento de Acapulco, Marcial Rodríguez Saldaña, en las páginas de El Sur, es preciso puntualizar que no me interesa ventilar públicamente su vida privada, la cual no creo que les sea interesante conocer a los lectores del periódico como tampoco la de un servidor. Lo que me interesa y preocupa es que la sociedad acapulqueña –de la cual formo parte– esté informada de las irregularidades que Rodríguez Saldaña comete en su desempeño como síndico administrativo, quien tiene bajo su responsabilidad ver la correcta aplicación de los recursos públicos, lo cual nos afecta en nuestro propósito común de tener un mejor nivel de bienestar.

En Acapulco, no se requiere ser adivino para saberlo, tenemos importantes rezagos que superar al no contar con eficientes servicios públicos; hace falta mayor seguridad; debemos mejorar nuestra infraestructura urbana; disminuir el desempleo y tener empleos mejor remunerados, entre lo más urgente por atender. Por eso se requiere de contar con autoridades municipales honestas, comprometidas y eficientes.

Si después de haber padecido gobiernos municipales corruptos por muchos años, hemos tenido la oportunidad de superar esta situación al contar con autoridades honestas, responsables y eficientes como está reconocido el anterior gobierno municipal. Es preciso que los gobiernos sucesivos sean cada vez mejores al tener condiciones más propicias para realizar sus tareas encomendadas. De ahí que el actual Ayuntamiento que encabeza el alcalde Alberto López Rosas haya creado una gran expectativa y los electores de este municipio le entregaran su confianza sufragando a su favor. Sin embargo, a casi un año de distancia, la decepción de muchos acapulqueños, entre los que me cuento, por el trabajo de nuestras autoridades, es cada vez más grande, sobre todo por el alto nivel de corrupción en el que se desenvuelven.

En este contexto, un papel sobresaliente lo ha tenido el primer síndico, Marcial Rodríguez, quien –así lo señalan los testimonios de los empleados del Ayuntamiento y la prensa–, quiso colocar a su hermano en el puesto relacionado con las compras del gobierno municipal. Al no conseguir este propósito, logró hacerlo asesor del alcalde, mediante un contrato de honorarios, firmado por el secretario de Finanzas, con vigencia a partir del 16 de marzo y hasta el 31 de diciembre,  recibiendo un ingreso mensual de 13 mil trescientos noventa y nueve pesos con noventa centavos.

En relación a la ilegal llegada de Marcial al cargo que ostenta por no cubrir ninguno de los dos requisitos que establece el artículo 98 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero, pues no nació en Acapulco y la residencia de cinco años inmediatamente anteriores al día de la elección, la perdió cuando representó al municipio de Chilpancingo como candidato a diputado local por el primer distrito, en los comicios del 3 de octubre de 1999. Ciertamente la residencia no se pierde por estudiar fuera u ocupar cargos públicos, lo cual no es su caso. Esto nos hace suponer que su llegada fue resultado de alguna concertacesión política. Ya nos volveremos a ocupar con más amplitud de este asunto, en una próxima colaboración para El Sur.

En cuanto a otras irregularidades de Marcial Rodríguez, tenemos la denuncia que hizo la Constructora e Inmobiliaria Osmel, SA de CV, el 7 de julio de este año, con relación a la remodelación de su oficina. El síndico ordenó el inicio de los trabajos y más tarde se detuvo la obra por no haber sido autorizada por el alcalde. Ante esta situación, el síndico le propuso a la constructora que les haría un préstamo de 80 mil pesos para continuar los trabajos y posteriormente se los devolvieran cuando él les asignara una obra con un monto mayor. La queja de la Constructora se dio después de que el síndico no cumpliera con la obra ofrecida. Además, la constructora se ha visto afectada porque el síndico no les había entregado un cheque de anticipo por 106 mil pesos de otra obra que les encargo el regidor Mateo López. (Anexo copia de la carta que la representación legal de la Constructora Osmel entregó en la oficina del presidente municipal).

Habría que agregar, por otra parte, a la cuenta negativa de Marcial, las dos camionetas Chevrolet, propiedad del Ayuntamiento, que han chocado una él y la otra su secretario particular, ambos en estado de ebriedad. Marcial chocó el sábado 6 de septiembre alrededor de las 21.30 horas, en la carretera Escénica a la altura de La Concha. Es una pick up, placas GX95410. En tanto, su secretario destrozó la camioneta pick up, blanca, placas PU16176, en marzo, en la madrugada, transitando por la avenida Farallón.

Marcial me acusa de desprestigiarlo, lo cual no hace falta que alguien lo haga, ya que él se ha desprestigiado solo. Se molesta porque mencioné a la señora Narváez, lo hice por haber desempeñado un cargo, en el cual manejó recursos públicos, no el presupuesto familiar.

Por cierto, en una información aparecida en el periódico Vértice, que circula en Chilpancingo, este lunes 10 de noviembre, firmada por Sergio Ocampo Arista y la cual tiene el encabezado de “Las finanzas en la UAG 1989-2002, la historia de un saqueo interminable” (20), lapso que incluye el periodo como rector de Marcial Rodríguez (1990-1993), Arista Ocampo comenta de los pagos efectuados con recursos de la UAG para cubrir los gastos realizados con cargo a la tarjeta de crédito Carnet Número 45561702200176189 del rector Rodríguez Saldaña, por ejemplo, el pago hecho con el cheque 21404, de la cuenta 569-9, fechado el 3 de noviembre de 1992, por 3 millones 330 mil 548 pesos, cantidad que sirvió para cubrir gastos como los consumos hechos en el restaurante Barbarroja por 79 mil pesos; en el restaurante La Mansión por 200 mil pesos, entre otros. También, el pago hecho a la misma tarjeta de crédito con el cheque número 18542, de fecha 1 de julio de 1992, por un monto de 5 millones 84 mil 114 pesos, para pagar, entre otros, los consumos efectuados en el restaurante de mariscos Pipos por 480 mil pesos; en el restaurante Barbarroja, por 99 mil pesos. La nota incluye más información de cómo Rodríguez Saldaña utilizó en su beneficio los recursos destinados a la educación superior de los jóvenes guerrerenses. Para muestra basta un botón.

Respecto a las cifras del proyecto de Presupuesto 2003, solicitado por la primera sindicatura le anexo a este escrito la copia de la propuesta, para que no diga Marcial que es un invento mío.

No le pregunté al Auditor General del Estado, como me lo sugiere Marcial, de la oportunidad con la que entrega la Cuenta Pública Municipal, pero tuve acceso al Informe de Resultados que emite el Auditor y me limitaré a citar lo que éste dice en la página 6: “1.- La cuenta del cuatrimestre enero-abril 2003, fue presentada fuera del término establecido por la Ley de Fiscalización Superior del Estado”.

Le aclaro a Marcial que ni el presidente López Rosas me ha invitado a colaborar ni yo he realizado el menor esfuerzo por ser director de Comunicación social de este gobierno. Quien se lo haya platicado le tomó el pelo.

Finalmente, para no omitir nuevamente este asunto del permiso que solicitó Marcial para ausentarse de sus actividades académicas en la UAG, alguien me comentó que sigue cobrando medio tiempo, espero que esto no sea cierto, ya que sería lamentable que esta institución tan urgida de recursos, como lo expresó el rector Valle, siga siendo saqueada por “académicos”, hoy metidos a servidores públicos.

Reciba como siempre, señor director, un cordial saludo y mi reconocimiento a su desempeño profesional cotidiano.

 Atentamente
C. Xavier Carreto A.

468 ad