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Confirman Los Tigres del Norte en la UDA que siguen siendo los Jefes de jefes

 Xavier Rosado * En un concierto que se extendió hasta las 4 de la mañana del domingo, Los Tigres del Norte demostraron porqué siguen siendo los Jefes de jefes después de más de tres décadas de haberse integrado como grupo.

La cancha de beisbol de la Unidad Deportiva Acapulco (UDA) fue el lugar donde se generó la música que se escuchó hasta colonias como la hogar moderno, Progreso, Hornos y hasta los cerros de Mozimba, con una audiencia de más de ocho mil personas –en su mayoría jóvenes entre 18 y 35 años– que asistieron al evento musical.

También se presentaron los grupos Fiesta 85, la cantante Sabina Montero (hermana de Ana Bárbara), Los Angeles de Charly y Banda El Mexicano.

Sin embargo solamente un grupo que ha triunfado internacionalmente como Los Tigres del Norte, es capaz de convocar a tal cantidad de personas, que llegaron de diversos puntos de Acapulco y toda la periferia, ataviados incluso de acuerdo con los cánones de la moda norteña con botas vaqueras (de piel de algún animal exótico como avestruz, tortuga o víbora), cinto piteado (combinado con las botas of course), sombrero estilo ranchero y como no hubo cateo (más bien cachondeo) a la entrada, algunos hasta pistola llevaban escondida bajo el chaleco o la camisa a cuadros.

Además de Los Tigres del Norte, los grupos que más “jalaron” gente fueron Los Angeles de Charly y la Banda El Mexicano, quienes reunieron por lo menos a un millar de fanáticos.

Pero sin duda, los hermanos Hernández, Jorge, Hernán, Eduardo, Oscar, Luis y Lupe fueron los más esperados y aclamados, provocando empujones, conglomeraciones y hasta pleitos en torno al escenario principal de los tres que se instalaron en la cancha de la UDA, justo cuando se comenzó a escuchar el sonido característico del acordeón.

La canción de Teodoro Bello que se ha convertido en una especie de himno para el grupo, Jefe de jefes, comenzó a sonar con la voz de Jorge Hernández escuchándose en todo el recinto y más allá acompañado del estruendo de entusiasmo por parte de los asistentes.

El grupo aprovechó la oportunidad para promover los temas de su más reciente álbum La Reina del Sur, título y tema basado en el libro del escritor colombiano Arturo Pérez Reverte, acerca de Teresa Mendoza, la sinaloense que fue mujer del Güero Dávila y después, la principal distribuidora de droga en la Europa del Sur.

Del mismo disco tocaron también, Me regalo contigo, y ¿De qué color es la suerte?, aunque los fanáticos de los tigres querían oír las canciones que los identifican plenamente y los Hernández, conocedores de su “raza”, como ellos dicen, se aventaron con Contrabando y traición y La tumba falsa.

Identificados por ser un grupo polémico que bien le canta a las mujeres y a la tierra, como a narcotraficantes, haciendo un mito de ellos, no podían faltar canciones que incluso fueron prohibidas en diversas estaciones mexicanas, por contener en sus letras referencias a la violencia, las armas, la muerte y las drogas, entre ellas, Pacas de a kilo en la que sugieren la complicidad del gobierno en el narcotráfico y La banda del carro rojo, donde hablan de la mafia organizada en la frontera entre México y Estados Unidos.

Después de un receso, ya entrada la medianoche, la banda El Mexicano puso el ambiente al estilo norteño de quebraditas: El baile del caballito, La última canción, Ramito de violeta y La gota, entre otras.

Este grupo, bullanguero y muy enfocado a los instrumentos de viento en su orquesta de 20 personas, puso el ambiente y provocó una enorme polvadera con el zapateado de los batos que quebraban a las morras casi a nivel de piso.

Siguieron los no menos populares Angeles de Charly, un grupo romántico que alivianó los ánimos con canciones como Que levante la mano, Me volví a acordar de ti y Amor secreto.

En este caso, las parejas aprovecharon para bailar pegadito, aprovechando el estilo romántico del grupo y la atmósfera a media luz lograda por largas emisiones de humo de hielo seco.

Alrededor de las 02:30 horas, volvieron al escenario Los Tigres del Norte, ahora vestidos de azul con flecos plateados, quienes prolongaron su presentación hasta las cuatro de la mañana.

En esta segunda aparición, los Hernández tocaron La camioneta gris, Gallo de pelea, Rosita de olivo, La jaula de oro y De paisano a paisano.

El concierto cerró con Ni parientes somos y al ver que el público pedía otra, volvieron a interpretar La Reina del Sur.

Más de 80 miembros de la Policía Preventiva estuvieron presentes para preservar el orden y aunque hubo empujones y algunos golpes, no hubo heridos durante el concierto.

La música comenzó alrededor de las 21:30 horas con la presentación del grupo animador Fiesta 85 y Sabina Montero, quien cantó temas de su segundo disco como Acaríciame, Fraude y Me enamoré.

Como es usual en estos conciertos, la colonia Progreso presentó un congestionamiento de automóviles que se extendió varias cuadras a la redonda.

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