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La novela Brama del mexicano David Miklos conduce del erotismo al horror

Agencia Reforma

Ciudad de México

Dos hermanos, András, el dominado, eyaculador precoz, un saco de traumas sexuales, y Béla, el dominante, una bestia en la cama, violento y rapaz, sostienen una relación incestuosa no consumada a través de las mujeres. Entre ellos están Milena y Marina, incluso Moira, la madre muerta.
Se trata de Brama, de David Miklos, novela que se lanza bajo el sello erótico de La Sonrisa Vertical, de Tusquets.
Pero más que erotismo, la historia pareciera desprender horror. “Allí donde hay transgresión hay horror. Allí donde hay espacio y cabida para lo grotesco, hay horror”, advierte en entrevista el autor.
Miklos, el tercer mexicano que de forma individual llega al catálogo de La Sonrisa Vertical –antes lo hicieron Andrés de Luna y Gilberto Guerrero–, buscó narrar en Brama una relación destructiva entre hermanos donde los factores son el odio y el sexo.
“Quería mostrar la relación conflictiva de un hijo devorador, Béla, y una madre devorada, pero sobre todo el conflicto entre dos hermanos que usan el sexo como vehículo de intercambio a través de las mujeres, presentándose entre ellos una relación incestuosa no consumada de manera evidente pero sí de manera muy metafórica. El sexo, finalmente, amoralmente hablando, sin carga moral, es un agente de creación, pero también un elemento de destrucción… Es el fuego llevado a las últimas consecuencias”.
Brama se desarrolla en una casa, la depositaria de la destrucción.
“En esos interiores, András y Béla se convierten en una representación de cámara de un holocausto”, señala Miklos.
El autor celebra estar incluido en el catálogo de La Sonrisa Vertical. “Me parece una colección rebelde dentro de una editorial rebelde”.
El sello ha publicado desde autores de carrera media hasta clásicos como Georges Bataille y El Marqués de Sade.

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