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Festeja el público el concierto de la OFA y la Sinfónica Infantil de México

 Xavier Rosado * En un concierto que desbordó el teatro Juan Ruiz de Alarcón, la Orquesta Filarmónica de Acapulco (OFA), fue anfitriona de la Orquesta Sinfónica Infantil de México en su sexto concierto de temporada otoño-invierno 2003.

Por primera vez en Acapulco se integró una orquesta profesional con una infantil, un programa en el que se combinaron tanto obras clásicas de autores como Rimsky-Korsakov con autores latinos como Moncayo y Márquez.

El teatro estuvo lleno con mil 200 butacas ocupadas, gente sentada en las escalinatas y de pie en los pasillos. Se reservó un área especial para los visitantes de la ciudad de México, que venían acompañando a los integrantes de la sinfónica infantil.

El concierto abrió como es costumbre en los espectáculos de temporada de la OFA, con la participación de los 76 integrantes de la orquesta local, con una magistral ejecución de obras clásicas como Russlan y Luvdmilla del compositor ruso Mijail Ivanovich Glinka (1804-1857).

Después de un intenso aplauso, en el que el público expresó su reconocimiento a la orquesta, la OFA, bajo la dirección de Eduardo Alvarez, continuó con la obra maestra de otro inspirado soviético, Nicolai Andreievich Rimsky-Korsakov; Capricho español, una vivaz composición que recuerda los parajes campiranos en España.

Al término de dicha presentación, se tomó un breve receso para que la sinfónica infantil ocupara sus lugares; dicho cambio se hizo gracias a las adaptaciones previas al escenario para dar cabida a los 136 niños y adolescentes que integran el grupo.

Interpretaron dos danzas del ballet Estancia compuesto por el compositor argentino Alberto Ginastera (1916-1983) y siguiendo la interpretación de obras de compositores latinos, el Danzón número 2 de Carlos Chávez (1899-1978), bajo la dirección del maestro Sergio Ramírez Cárdenas.

Uno de los mejores momentos del concierto resultó el encuentro musical de ambas orquestas, con 211 elementos en el escenario del Juan Ruiz de Alarcón, con la interpretación de Chacona de Chávez, la Suite de carmen de Georges Bizet (1832-1875) y el Huapango de José Pablo Moncayo.

Cabe mencionar, que para la interpretación de esta obra, se utilizan los violines rasgueados y no frotados con el arco.

Al finalizar la presentación, el público le regaló a los intérpretes de ambas orquestas una ovación de pie que se prolongó por espacio de 2 minutos.

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