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Héctor Manuel Popoca Boone

Concurrencia y participación

Discutiendo sobre qué es lo más importante en el desarrollo rural de los pueblos, diversos profesionistas, de varias instituciones gubernamentales, esgrimieron los siguientes argumentos para señalar, lo que a su particular juicio es lo prioritario en materia del progreso comunitario.

Un profesor, perteneciente a la Secretaría de Educación, dijo que lo fundamental es la educación del pueblo, puesto que sin una preparación y capacitación adecuada de los integrantes de una comunidad, jamás podría ésta salir del atraso y superar el rezago.

El doctor, perteneciente a la Secretaría de la Salud, difirió del primero y argumentó que lo principal es que el pueblo tenga salud y esté bien nutrido. De nada vale que cuente con muchas escuelas y profesores si es una comunidad enferma y por tanto con índices de mortalidad altos.

Un ingeniero civil, perteneciente a la Secretaría de Comunicaciones, salió al quite esgrimiendo que lo más importante para un pueblo es estar bien comunicado, con caminos o carreteras en buenas condiciones, para que el aislamiento y la marginación no sean los factores que impidan salir de la pobreza.

El ingeniero agrónomo, perteneciente a la Secretaría de Agricultura, opinó que mientras los pueblos rurales no produjeran los suficientes alimentos para su sostenimiento y además tuvieran excedentes para venderlos en el mercado, no tendrían mayor perspectiva de salir adelante, por lo que elevar la producción y la productividad de las siembras tornábase lo relevante a atender.

Un economista de la Secretaría de Planeación intervino para decir que nada de lo dicho anteriormente era trascendental sin inversión productiva, generación de empleos permanentes y una mejor participación e integración en los mercados; es decir, primero que nada, era necesario buscar la sustentación económica de los pueblos.

El licenciado en derecho, laborante en la Procuraduría de Justicia, contra argumentó, señalando que mientras los pueblos no tuvieran un buen sistema de seguridad pública y de procuración de justicia eficiente, oportuna y accesible vivirían en la zozobra y en la incertidumbre paralizante de toda actividad fecunda y creativa.

Un sociólogo, adscrito a la Secretaría de la Juventud, dijo que lo más importante para la superación de las comunidades rurales consistía en que los jóvenes se convirtieran en los principales protagonistas del devenir de ellas, puesto que en el relevo generacional radicaba la oportunidad de dotar de oxígeno fresco y renovada energía a la fuerza social productiva establecida. Algo similar en torno a su sexo enarboló la compañera que representaba a la Secretaría de la Mujer.

El antropólogo social, de la Secretaria de Desarrollo Social, terció diciendo que nada de lo anterior se podría lograr si antes no se fomentaba la participación conciente, activa y organizada de la comunidad.

El ecologista, de la Secretaría del Medio Ambiente, dijo que la sustentabilidad de todas las acciones mencionadas debería de ser lo más significativo a tomarse en cuenta, de lo contrario, a mediano plazo, se cancelaría la viabilidad de existencia de los pueblos al haber depredado los recursos naturales circundantes.

El politólogo, que participaba por parte de la Secretaría de Gobernación, aportó la consideración de que mientras los pueblos no tuvieran gobernantes o autoridades probas, eficientes, democráticas y con sensibilidad social, difícilmente saldrían avante.

Y así siguieron los demás profesionistas que faltaban de tomar la palabra; señalando que la actividad en que trabajaban y estaban especializados era la más importante. ¿Quién tenía la razón? Todos y ninguno, porque parte de verdad les asistía a cada uno de ellos. En otras palabras, el desarrollo rural o comunitario es multifactorial y por lo tanto requiere la concurrencia y participación de diversas instancias y actores: públicos, sociales y privados, que actúen en forma sistemática, sincrónica y coordinadamente; posibilitando así, la sinergia de todos.

PD1. Consigna productiva rural: Es siempre mejor afanarse por hacerse de una gallina ponedora, en vez de conseguir un huevo. Por más que lo primero nos cueste un ídem.

PD2. En la elección de los consejeros del IFE, tanto el PRI como el PAN antepusieron sus intereses particulares a los de la nación. Lástima.

PD3. Donde hay voluntad, hay también manera de lograr. Donde no la hay, ni yendo a bailar a Chalma.

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