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Ofrenda clandestina a dos guerrilleros muertos en El Guanábano, Atoyac

Francisco Magaña, corresponsal, Atoyac * En la celebración del Día de los Muertos recuerdan a los guerrilleros caídos en combate, que están sepultados en esta ciudad.

Por separado, este 2 de noviembre, fueron recordados tres guerrilleros fallecidos en combate.

En el panteón Libertad de la ciudad se halla la tumba donde están sepultados los dos guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) muertos en un enfrentamiento con efectivos del Ejército el 27 de mayo de 1997, en la comunidad de El Guanábano, en la parte media de la sierra de Atoyac, después de que el padre Máximo Gómez Muñoz de la iglesia de Dios Único, reclamó sus cuerpos para darles cristiana sepultura.

Los dos guerrilleros fueron recordados de manera modesta y anónima, siendo esta la segunda ocasión que se les llevan flores en esta fecha.

En la tumba de los dos guerrilleros se depositó de manera oculta un ramo de flores de cempasúchil; se presume que fueron depositadas el domingo por la tarde o en la noche.

La sepultura se halla limpia, en comparación con la que está a sus lados, que están llenas de maleza, y se dejó una planta con flores naturales que creció junto al lugar.

Alrededor de la tumba se descubren huellas de diversas botas y cenizas de cigarro que se pierde por el camino que va a dar a la parte trasera del panteón.

Asimismo el sepulcro del guerrillero Isidro Molina Sánchez, también del EPR, muerto en un combate con policías motorizados el 10 de noviembre 1998 en San Juan de las Flores, fue visitado por sus familiares, quienes dejaron coronas y flores de cempasúchil.

Las flores de la ofrenda a Molina Sánchez, contrastan con las de los dos guerrilleros que se observan más frescas, lo cual indica que no fueron puestas el mismo día.

Por otra parte los restos mortales del dirigente del Partido de los Pobres, Lucio Cabañas Barrientos, no fueron visitados por familiares ni activistas de organizaciones sociales.

La fecha de Día de los Muertos pasó inadvertida aun cuando el guerrillero se halla sepultado en el Zócalo de la ciudad, en un obelisco a medio terminar. En el lugar se sólo se observa material de construcción y escombros.

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