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A un año de la muerte de Lourdes Andrade, se presentan las conclusiones

* En el medio de la cultura se destacó en diversas publicaciones la pérdida de la más importante investigadora del arte surrealista en México * “Fue arrojada de nuestro mundo por una circunstancia por demás absurda e indigna”, “arrollada por un junior de la política local de Chilpancingo”, publicó el Cenidiap * El MP pide ocho años de cárcel para Juventino Rodríguez Martínez, que en estado de ebriedad la atropelló el 24 de octubre 

Teresa de la Cruz, corresponsal, Chilpancingo * A un año de que falleció la investigadora de arte y estudiosa del surrealismo en México, María de Lourdes Andrade Vilchis, y a punto de cerrarse el caso, ningún familiar ni organización cultural se ha presentando a “exigir justicia” o para ver cómo va el caso, informó el agente titular del Ministerio Público adscrito al Juzgado Segundo Penal, Tirsio Antonio Rivera Martínez.

Los días siguientes a su muerte, y en este año con motivo del aniversario, sus compañeros hablaron de su vida y pidieron en diversos medios de comunicación que su muerte no quede impune.

El 24 de octubre de 2002, en esta ciudad, María de Lourdes Andrade Vilchis, estudiosa de la obra de la artista plática Leonora Carington, fue atropellada por Juventino Rodríguez Martínez, que iba en estado de ebriedad, y es hermano del magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Vicente Rodríguez Martínez.

Lourdes Andrade Vilchis, de 50 años de edad, llegó a Chilpancingo la mañana del jueves 23 de octubre invitada por el Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC) para presentar al día siguiente, dentro del 153 aniversario de la erección del estado de Guerrero, en la Feria del Libro, su más reciente obra titulada La Novia del Viento. Leonora Carrington. Escritora.

Pero esa misma noche aproximadamente a las 8:40, la también autora de Cronología Mínima del Surrealismo en México así como Tres Mujeres del Surrealismo, fue atropellada al igual que Guillermina Alarcón Guevara y María Guadalupe Leyva Alarcón, por Juventino Rodríguez Martínez, quien en estado de ebriedad manejaba su camioneta Chevrolet Silverado por la avenida Juan N. Álvarez y se subió a la banqueta.

Andrade Vilchis falleció en el acto, no así las otras dos personas quienes resultaron lesionadas.

En una nota publicada en El Sur el 28 de octubre de 2002, se informa que el homicida Juventino Rodríguez Martínez, hermano del magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, Vicente Rodríguez Martínez, obtuvo su libertad alrededor de las 3 de la mañana del mismo 24 de octubre, pagando una fianza de 600 mil pesos.

Entrevistado en su oficina ubicada a un costado del reclusorio de esta capital, el agente del MP adscrito al Juzgado Segundo Penal, Tirsio Antonio Rivera Martínez, quien lleva el caso de la escritora egresada de la licenciatura en Historia por la Universidad Iberoamericana y maestra en Historia del Arte por la Universidad de Kent, Reino Unido, señaló que luego del accidente se siguió el proceso en contra de Juventino Rodríguez por el delito de homicidio, por ataques a las vías de tránsito de vehículos en agravio de la sociedad, y por lesiones.

Sobre la acusación por lesiones cometidas en contra de Guillermina Alarcón Guevara y María Guadalupe Leyva Alarcón, quines son madre e hija, se resolvió dijo el agente del MP, luego de que “llegaron a un arreglo y las afectadas le otorgaron el perdón”.

Informó Rivera Martínez que luego de seguirle un proceso penal ordinario a Juventino Rodríguez en el que se desahogaron las pruebas, este martes 4 de noviembre se llevará a cabo la audiencia de vista, en la que se presentarán las conclusiones de ambas partes, y la petición de cada parte para la sentencia al homicida, que puede tardar 15 días.

El agente ministerial, como representante legal de la escritora, exigió la aplicación de la pena máxima, la cual de acuerdo al artículo 60 del Código Penal del Estado de Guerrero asciende a ocho años, la inhabilitación para conducir así como el pago por reparación del daño, “aunque no haya quien reclame”.

Dijo que las conclusiones se van a exhibir este martes 4, ante la juez del segunda penal, Rosalinda Saénz, y será ella quien dicte la sentencia en 10 días hábiles. Para ello, el homicida no podría pisar la cárcel si la juez le otorga algunos beneficios o le fija una multa.

Informó que el responsable del homicidio “está confeso, debido a que él acepta que la atropelló, pero justifica que fue así para evitar un accidente con otros vehículos por lo que al esquivarlos se subió a la banqueta en donde atropelló a la escritora”.

Además asegura Rivera Martínez que el homicida argumenta que en ese momento “sólo había injerido tres cervezas, sin embargo al momento de hacer la inspección ocular los agentes del Ministerio Público encuentran una hielera con 15 envases de cervezas vacíos y el agua de hielo aún permanecía helada”.

Declara también que conducía su camioneta “a 40 kilómetros por hora pero no puede ser cierto ya que por la forma en que atropelló a la investigadora no pudo haber manejado esa velocidad”, dice.

Rivera Martínez insistió en que desde la muerte de la autora de Ritos privados, mitos públicos, y Aire mexicano. Leonora Carrington, Remedios Varo, Alice Rahón, “no ha hecho nadie alguna acción de protesta”, y comentó: “Pensé que por la cuestión del aniversario (el 24 de octubre) iban a venir o iba a haber algo, pero no; tampoco he recibido oficios ni quejas de ninguna grupo cultural, ni de autoridades de Conaculta ni del IGC y menos de familiares que exijan el pago de indemnización”.

Recordó que al siguiente día del accidente se presentaron ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común a reclamara el cuerpo dos personas pero ninguna refiere en su declaración ser familiar de la escritora “nada más reclamaron el cuerpo para llevárselo”.

Rivera Martínez atribuye el aparecte desinterés en este caso a que la escritora, quien vivía en la colonia Roma en el Distrito Federal, “era huérfana de padre y madre, además era hija única y por eso no hay nadie que exija justicia ni reclame la indemnización que asciende a cerca de 114 mil pesos”.

Condolencias y un homenaje por organismos culturales en el 2002

Luego de la noticia del accidente del 24 de octubre del 2002, en el que perdió la vida la investigadora María de Lourdes Andrade Vilchis, las dependencias como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) así como del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), sólo emitieron un comunicado de prensa en su página de Internet en la que lamentan el deceso de la escritora.

En la prensa nacional se dio a conocer la muerte de Andrade Vilchis en La Jornada el 25 de octubre de 2002, en su sección cultural. Ahí el reportero Arturo García Hernández destacó que Octavio Paz aseguró que Andrade Vilchis “conocía mejor que nadie el surrealismo en México”.

En una entrevista que el reportero hizo a Andrade Vilchis en 1996 le dijo: “Soy hija única, mi madre murió cuando yo era pequeña. Fui un niña muy aislada y le dedicaba mucho tiempo a ese mundo onírico y de la fantasía. Soñaba que me convertía en sirena, que nadaba, me metía al mar y luego emergía y me salían de nuevo las piernas”.

El 27 de noviembre de 2002 hubo un reconocimiento póstumo a la trayectoria de la escritora, según la Revista Digital del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, la jefa de la División de Estudios Profesionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Silvia Guadalupe Cabrera Nieto –quien es su prima– recordó momentos de su infancia.

Precisó que “Lourdes se encargó de difundir olores y sabores de una realidad en la que ella fue especialista. Aspiró a traspasar las barreras del tiempo y del espacio; a lograr un espacio en la tradición, para luego ser superada; siempre en la esfera de la estética: una de sus pasiones. El arte en el que se sumerge tenía, como todo fenómeno humano, un objetivo: dar cuenta de una época; su conceptualización y concepción”.

Una de sus alumnas, Beatriz Argelia González, dijo en una carta a La Jornada, el 2 de diciembre, que “para quienes fuimos alumnos de Lourdes su ausencia resulta muy dolorosa porque, además de ser una brillante especialista en arte, fue una mujer llena de vida, de sueños, de alegría”.

Destacó: “Investigadores, creadores y académicos han demandado se haga justicia. Han exigido que de acuerdo con la legislación vigente, el asesino sea juzgado por homicidio imprudencial, para evitar que (en México triunfe el influyentismo y la impunidad)”.

A más de un año de su muerte, surgieron algunos reclamos sobre todo por quien durante aquel mes de octubre se encargaba de organizar los actos en el IGC, Araceli Acuña Mastache, quien pasó junto a la escritora las últimas horas de su vida en esta capital.

La Revista Digital del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas de octubre en su editorial apunta que “Lourdes Andrade Vilchis fue arrojada de nuestro mundo por una circunstancia por demás absurda e indigna, que cualquiera puede colgarle los motes surrealistas que desee: arrollada por un junior de la política local de Chilpancingo, Guerrero, nuestra compañera y amiga, una intelectual con gran aliento creativo, se encontraba en uno de los mejores momentos productivos y propositivos de su vida”.

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