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CARTAS (Responde Xavier Carreto al síndico Marcial Rodríguez)

Señor director:

Ruego dar un espacio en El Sur a las siguientes líneas como respuesta a la opinión que sobre mi artículo No más culto a la personalidad, expresó el síndico Marcial Rodríguez, la cual se publico en este periódico el pasado miércoles 29 de octubre.

Como es del conocimiento de la sociedad acapulqueña, al inicio de la actual administración municipal el síndico Marcial Rodríguez Saldaña colocó a su hermano José Carmen Rodríguez Saldaña en el cargo de director de Recursos Materiales, puesto en el que se realizan las adquisiciones para el ayuntamiento. Gracias a la denuncia del regidor Guido Rentería, el alcalde dio marcha atrás en el nombramiento. La Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Guerrero prohíbe expresamente a los integrantes del Cabildo que se contrate a familiares hasta el cuarto grado de parentesco. Qué bueno que Marcial sea doctor en derecho y sea respetuoso de las leyes y de hacer respetar las mismas como juró hacerlo al protestar el cargo que ostenta.

Por cierto, el citado hermano de Marcial colabora en la primera sindicatura, y aunque no se encuentra en la nómina, probablemente esté recibiendo un sueldo con los recursos de los que disponen los síndicos y regidores para pagar a sus auxiliares.

No es, por supuesto, la primera vez que Marcial actúa de esta manera. Cuando se desempeño como rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), nombró en el cargo de jefa del Departamento de Adquisiciones a su madre de crianza, la señora Julia Narváez, quien laboró como secretaria en la Unidad Académica de la Preparatoria número 2 de la UAG, al tiempo que también era alumna de la misma escuela. La señora Narváez salió de esta institución apenada porque el director Jorge Peñaflor descubrió que se había elaborado su propio certificado de estudios sin haber concluido con éstos.

Es preciso señalar, por otra parte, que Marcial Rodríguez Saldaña llegó al cargo de la primera sindicatura atropellando la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero, la cual establece en su artículo 98, que para ser presidente municipal, síndico o regidor de un ayuntamiento se requiere ser originario del municipio que lo elija o con residencia efectiva no menor de cinco años inmediatamente anteriores al día de la elección. Marcial no cumplió con ninguno de los dos requisitos, pues nació en Santa Bárbara, municipio de Chilpancingo y en los comicios del 3 de octubre de 1999, participó como candidato a diputado local por el Primer Distrito, postulado por el PRD, el cual tiene sede en la capital de nuestro estado, por lo que tampoco cumple con el requisito de la residencia efectiva de cinco años.

Me parece que estos hechos pintan muy bien a Marcial Rodríguez Saldaña, como una persona que no tiene respeto por las leyes, aunque sea doctor en derecho. Y por eso no merece estar ocupando un cargo en el que se requiere un respeto escrupuloso a la legalidad.

Este gobierno municipal ha sido señalado por diversos sectores de la sociedad, entre otros por empresarios, ambientalistas, ciudadanos en general de estar inmerso en la corrupción que los acapulqueños creíamos que estaba en vías de extinción. El síndico no es ajeno a estas prácticas, se sabe, por ejemplo, que el ayuntamiento realiza compras con precios inflados como es el caso de la adquisición de los postes de luz usados en la electrificación que la administración precedente compraba directamente en la localidad de Pueblo Madero (El Playón), y que ahora se adquieren a través de un tercero.

Se siguen pidiendo los famosos diezmos en el Ayuntamiento por la compra de bienes o servicios como el caso de la compra de combustible que le reditúa al subsecretario de Administración 50 mil pesos mensuales.

En el formato para el registro de proyectos en el Presupuesto de Egresos del ejercicio fiscal 2003 del Ayuntamiento, la primera sindicatura solicitó recursos por 480 mil pesos para la remodelación de su oficina; 239 mil para mobiliario; 143 mil para equipo de cómputo; 250 mil para un auto compacto; 625 mil para un programa de combate a la corrupción; 950 mil para intercambiar experiencias entre Cabildos, en el país; un millón 650 mil para intercambiar experiencias con Cabildos en el extranjero; 5 millones 400 mil para servicios notariales; 392 mil para mesas de trabajo con regidores del estado; 690 mil para reuniones con síndicos; 600 mil para el rescate de obras de arte; un millón 650 mil para la atención a visitantes distinguidos; dos millones para mejorar los servicios de la comunidad; 200 mil para reuniones con procuradores; 2 millones de pesos para infraestructura académica de la UAG; 900 mil para eventos académicos con la UAG y con otras escuelas públicas; 2 millones 700 mil para diversas asesorías. Desconozco si el Proyecto de Presupuesto le fue autorizado al síndico Rodríguez, pero esto refleja muy bien cuáles son sus intenciones con los recursos del erario con los cuales niega hacer negocios en su responsabilidad pública. Valdría la pena, por cierto, que el síndico Marcial Rodríguez nos explicara a qué horas trabaja, ya que la mayor parte de su tiempo acompaña al alcalde en eventos públicos y privados, conforme lo informan los medios de comunicación y se ve en las gacetillas que aparecen todos los días en prensa escrita y televisión, que fue por cierto el tema del artículo en cuestión. Pido asimismo que el síndico explique los frecuentes viajes que realiza por el territorio nacional con cualquier pretexto.

Existen más hechos que deben llenar de pena al síndico, los cuales no hemos podido documentar, pero que sucedieron, como el haber chocado un vehículo propiedad del Ayuntamiento, en completo estado de ebriedad en la carretera Escénica; el negocio con la remodelación de su oficina; las irregularidades en su paso por la Rectoría de la UAG.

El comportamiento del síndico Rodríguez Saldaña afecta la imagen del Partido de la Revolución Democrática que lo postuló. Si la ciudadanía guerrerense se encuentra harta de las corruptelas de los gobiernos priístas, entonces la dirigencia perredista debería ser más cuidadosa en la selección de sus candidatos, pues los ciudadanos rechazan estas actitudes y no es justo que por comportamientos negativos como el de Marcial Rodríguez se vea afectado el esfuerzo de un partido que ofrece la honestidad como un valor por alcanzar.

Le agradezco, señor director, su apertura para que los ciudadanos guerrerenses conozcan los reprobables desempeños de sus autoridades. Asimismo, aprovecho para reiterarle mi reconocimiento a quienes, como usted, hacen posible el mejor periódico al que tienen acceso los ciudadanos que vivimos en esta entidad.

 

Atentamente

C. Xavier Carreto A.

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