Netzahualcóyotl Bustamante Santín

Federalismo fiscal 

El martes 28 de octubre, se firmó la convocatoria para la realización de la Convención Nacional Hacendaria (CNH) que arrancará el 5 de febrero de 2004 y que hacia el 31 de julio del mismo año, tendrá su declaración final.

El Nuevo Federalismo Democrático surgió como propuesta gubernamental desde el arranque del presente sexenio y como la bandera discursiva de reconocimiento de facultades y potestades de las partes integrantes de la federación.

La CNH es una de las empresas más ambiciosas que se ha propuesto acometer la Conferencia Nacional de Gobernadores y la tríada de agrupaciones que integran los 2 mil 437 municipios del país. Esperemos que no claudique en el intento.

La convocatoria en sí misma ofrece varias lecturas: replantear el pacto federal mexicano en materia fiscal no es un asunto baladí. Se trata de redefinir y redistribuir las facultades tributarias de las entidades federativas y de encontrar un marco jurídico congruente que permita a las mismas tener una mayor participación respecto al monto de la recaudación federal participable a los estados.

En principio, la Ley de Coordinación Fiscal (LCF) promulgada en 1982 tendrá que ser revisada. Aquí se establecen una serie de fórmulas econométricas para indicar la distribución correspondiente a las entidades y municipios de los recursos que la federación percibe. Este listado de fórmulas empero, es menos confuso que la metodología y la numeralia empleadas por la Secretaría de Desarrollo Social para el análisis de índices de pobreza en el país y que especialistas varios han cuestionado reiteradamente.

Pobreza es justamente la variable de estudio en el ámbito económico de entidades como Guerrero en el marco de las discusiones de la CNH.

Para René Juárez la pobreza parece no ser un problema, sino por el contrario, una ventaja.

Es la suriana entidad que gobierna, la sexta ubicada entre las 31 que mayores recursos recibe vía Ramo 33 denominado Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios.

Resulta más redituable continuar con la política renejuarista de mantener pobres porque ello implica más subsidio federal. Si seguimos en la pobreza el recurso del Ramo 33 va a continuar fluyendo. Sigamos pobres se traduce la consigna oficial.

“Estamos pobres” es la queja más socorrida por el gobernador a la hora de negociar la entrega de más recursos para Guerrero. Esa es su bandera, su discurso. Guerrero irá a la CNH seguramente con el mismo lamento. Le sirve al gobierno en turno. No busca inversiones, sentados llegan las dádivas.

Redistribuir recursos debe ser un elemento cuidadosamente estudiado. El manejo discrecional e irregular que hoy se hace de ellos es parte de los bien logrados ejemplos de la desconfianza entre autoridades para darles mayores facultades a los gobernadores en materia fiscal.

Será imperativo contar con órganos de fiscalización serios, responsables y eficientes; asumir y compartir responsabilidades en lo referente a los recursos públicos en los tres espacios de gobierno –federal, estatal y municipal– y orientar razonable e incondicionalmente su entrega a los municipios en tanto estructura de gobierno más cercana al ciudadano.

¿ Cómo evitar actos de corrupción entre las múltiples autoridades que tienen responsabilidad en el manejo de recursos?, deviene la encomienda más relevante.

Por lo pronto, hoy en Guerrero somos testigos de una obcecada política que igualmente se practica en el resto del país: la especulación, el chantaje y el condicionamiento de parte del gobierno estatal hacia los municipios en lo correspondiente a la entrega de sus recursos.

René Juárez lo sabe y lo tiene claro: es una más, de las formas de no perder el poder.