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Juan Angulo Osorio

   QUINTO MUNDO

  La maniobra en el Congreso

La decisión de que el secretario de Educación no compareciera en el Congreso local se tomó en el poder Ejecutivo, no en el Legislativo.

Así es la política en Guerrero, y de nuevo la mayoría de la fracción parlamentaria del PRD cumplió el papel que se le asignó en la estrategia definida en Casa Guerrero.

Literalmente al cuarto para las 12 del lunes 27, los integrantes de las comisiones unidas de Educación, Gobierno, Presupuesto y Cuenta Pública y de Vigilancia y Evaluación de la Auditoría General del Estado fueron citados por el presidente de la primera, Félix Bautista, de Convergencia, a una reunión que no estaba programada. Para entonces ya había periodistas que sabían que Pano no comparecería el martes 28 para explicar los alcances del plan de austeridad de la SEG. La maniobra comenzó el viernes 24 por la noche, cuando el muy educado secretario de Educación fingió haber sido agredido por alumnos y egresados de normales tras una ríspida reunión en la que estuvo asimismo el senador y aspirante del PRI a candidato a gobernador, Héctor Astudillo Flores.

Así se creó el escenario para decir que no había condiciones para la comparecencia, más cuando se sabía que los maestros disidentes habían anunciado su presencia en el Congreso a la hora en que Pano compareciera ante los diputados.

En la reunión de las Comisiones Unidas el primero en decir con todas las letras de qué se trataba fue el diputado del PRS Heriberto Noriega Cantú. Luego de las intervenciones de la perredista Gloria Sierra y de la priísta Alicia Zamora –la primera señalando que no veía interés del secretario Pano por aclarar realmente la situación y la segunda pidiendo solamente que se ponderara si había o no condiciones para la comparecencia– Noriega Cantú fue al grano: “Hay un riesgo real para el día de mañana. Lo más sensato y conveniente es posponer la comparecencia” e hizo un llamado-chantaje para que “todos asumamos nuestra responsabilidad”.

Por su parte, el panista Max Tejeda dijo que le preocupaba la “nota periodística que pueda afectar al turismo”.

La diputada perredista Adela Román parecía que quería llevar la discusión por otro rumbo, en favor de la comparecencia, pero coincidía sin embargo en lo principal: señalar a los maestros de la CETEG y a los normalistas como violentos. He aquí el argumento de la todavía coordinadora de la bancada perredista: “Si posponemos la comparecencia pudiéramos ser víctimas de agresiones”. Los inconformes con el plan de austeridad “pueden regresar con más violencia y agresividad” y abrió la puerta al voto mayoritario de los diputados del PRD cuando dijo que estaría a favor de la suspensión de la comparecencia “solamente que hubiera argumentos válidos”.

Siguió el panista David Tapia, siempre con una posición más equilibrada. “Todo es un reflejo de lo que está pasando en el sector educativo”, dijo, y abogó por que se lleve a cabo la comparecencia de Pano “en condiciones de seguridad”.

Más burdo que Noriega Cantú, el priísta Cuauhtémoc Salgado Romero, que tuvo a su cargo una institución educativa –fue director del Conalep en Guerrero– no se anduvo por las ramas. Alumno del mismo Emilio Chuayffet que fue el artífice de la partidización del IFE, Salgado Romero dijo que los maestros y normalistas que no son del PRI son “gentes muy agresivas” y que en la protesta participaban “grupos ajenos al magisterio”.

En tanto, Félix Bautista aseguró que como presidente de la Comisión de Educación le interesaba que se resolvieran los problemas, pero en la misma línea de Noriega Cantú advirtió: “Asumamos la responsabilidad todos de lo que pudiera suceder”.

En tanto, el secretario de esta comisión, el perredista Orlando Romero Vélez, quien a la postre no firmó la propuesta de punto de acuerdo para suspender la comparecencia dijo que las autoridades educativas habían “despertado al tigre” y que el PRD “no tiene la culpa de la inconformidad y de la protesta generalizda” contrta el plan de austeridad de la SEG.

Al final se llevó la propuesta a la Comisión Permanente, con la firma de las perredistas Adela Román y Gloria Sierra quien después comentó a un reportero: “Ni modo manito, nos chantajearon con que nosotros seríamos los responsables de la violencia”.

En uno de sus considerandos, el punto de acuerdo menciona entre las causas de la “suspensión temporal” de la comparencia de Pano “los acontecimientos suscitados el miércoles 15 de octubre donde un grupo de diputados de esta Legislatura fueron con violencia física y verbal, retenidos y hostigados y los de la noche del viernes 24 de octubre cuando el secretario de Educación Guerrero y sus colaboradores fueron agredidos por un grupo de pseudo normalistas y maestros”.

De modo que sí. Esa noche se montó un escenario de supuesta agresión para justificar una decisión que ya se había tomado. No se trataba, por cierto, de romper cualquier diálogo con los agresivos, tirahuevos y radicales de la CETEG –con quienes los funcionarios de la SEG se reunieron civilizadamente la noche de este viernes 31, exactamente una semana después de la “agresión” a Pano. Pero la discusión con la CETEG puede quedarse en los terrenos economicistas, laborales, donde se negocia además en un lenguaje que pocos entienden.

Por eso se trataba, sí de desmovilizar a la base magisterial y normalista, pero asimismo de sacar al Congreso local del asunto y, con ello, de impedir una discusión más amplia sobre la situación que priva en la dependencia que maneja más recursos económicos y que es bastión no para sacar al estado del atraso, que es su misión constitucional, sino para mantener al PRI en el poder.

A propósito, sería bueno acudir a un desplegado del Frente de Egresados Normalistas publicado aquí el mismo martes 28. Allí, las y los jóvenes dicen:

“Los egresados de la generación 1999-2003 hacemos un llamado al gobierno del estado para que cumpla con los compromisos pactados con las normales.

Al Congreso local para que exija y apruebe un punto de acuerdo que garantice el otorgamiento de plazas docentes y así abatir el rezago educativo.

¿Por qué tantos programas educativos (73), con tan pocos resultados?

No hay suficientes maestros, hay demasiados aviadores.

A la sociedad le preguntamos:

¿Por qué hay 30 normales privadas si hay suficientes maestros?

¿Ya no hay analfabetos en Guerrero?

¿Todos podemos pagar una educación básica privatizada como es el proyecto del gobierno?

¿La austeridad es para el salario de los funcionarios?”.

Ese es el sentir de quienes fueron llamados por el Congreso “pseudo normalistas” y por diputados “agresivos” y “violentos”.

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