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Federico Vite

Un tal Brunetti

Donna Leon es una escritora de novelas policiacas. Es famosa por haber creado al comisario Guido Brunetti, un policía veneciano que protagoniza toda la obra de esta autora, interesada en dotar de referencias cultas un género literario caracterizado por tipos duros, poco relacionados con la fineza de una exposición pictórica o la elegante charla de una especialista en la literatura de Dickens.
Desde principios de la década de los 90 del siglo pasado, Leon creó a Brunetti; le dio vida para que transitara por el lado siniestro de Venecia. Ese hombre sólo conoce el reposo en su casa. Su esposa Paola es una condesa de las familias más antiguas de Venecia que enseña literatura inglesa en la universidad y, a pesar de su pasado familiar, tiene un pensamiento de izquierda radicalizado. Fue testigo de los acontecimientos sociales de 1968 en Europa. El calor doméstico de la familia Brunetti contrasta con la corrupción y la crueldad de Italia.
Su segundo libro,?Muerte en un país extraño (Seix barral, 2003, originalmente publicada en inglés en 1993) narra el asesinato de un militar estadunidense. Brunetti padece, a lo largo de 25 capítulos en 256 páginas, la corrupción y las relaciones laborales entre el ejército italiano, grupos bélicos estadunidenses y la mafia, todos interesados en complejos industriales-militares y, sobre todo, en el manejo de de-sechos tóxicos. ¿Por qué cito el segundo de libro de esta mujer? Sinceramente porque el primero Muerte en la Fenice me pareció bastante predecible e incluso ñoño, pero el personaje que ahí habitaba (Brunetti) me pareció bien logrado, poderoso, memorable. Esa tesis se confirma con la novela que hoy comento.
Destaco la magia que hay en el rastreo de las pistas, en cómo funciona el cerebro de un detective sensible, en cómo Brunetti hace girar las tuercas de la novela. Y lo hace sin prisa, con el tempo suficiente para que el lector entre de lleno a los juegos de una novela que cumple con todas las expectativas del género. Lógica, intuición y suerte. Aparte de eso, la magia de Brunetti es la sensibilidad, el plus del detective.
El contrapeso de la historia principal son las estancias familiares.?Descubrimos al Brunetti padre, esposo y confidente, el lector, escucha profesional de los problemas que padece su familia. A este hombre le preocupa el futuro de sus semejantes.
A pesar de que Leon vive en Italia, es en ese país donde aún no traducen sus novelas. ¿Por qué? La respuesta, por extraña que parezca, desnuda el terror de quien comparte la casa con el malo del cuento. “Allí soy invisible, no me conocen, no me paran por la calle. Quiero vivir así, sin tener que andar explicando todo cuanto hago, por qué escojo tal tema o por qué necesito seguir hablando de Venecia. Publicar en italiano sería un suicidio, le tengo miedo a la mafia”.
La tesis del temor a la mafia es la que más se reproduce en los suplementos culturales de los periódicos italianos. Pero conocen la obra de Leon, la reseñan e incluso la critican por la fastuosa escenografía de varias de sus novelas en las que las bellas artes también cobran importancia. Para bien o para mal, ella escogió hablar de Venecia, pero no mostrar su obra en Venecia es una paradoja definitivamente respetable.
Esta escritora, antes de radicar en Venecia, dio un gran rol por el mundo. Estudió en Perugia y Siena. Trabajó como guía de turistas en Roma, como redactora de textos publicitarios en Londres y como profesora en escuelas de Europa y en Asia (Irán, China y Arabia Saudita). En 1992 publicó Muerte en La Fenice (Premio Suntory a la mejor novela de intriga) primer caso del comisario Brunetti. La segunda, como les decía, es Muerte en un país extraño (1993), Vestido para la muerte (1994), Muerte y Juicio (1995), Nobleza obliga (1998), El peor remedio (1999), Malas artes (2002) y 15 títulos más.
Leon se da a la tarea, desde 1992, de hacer un libro al año. Una empresa titánica, plausible. Aparte de las novelas, Brunetti protagoniza una serie de televisión producida por Alemania en 2000; el último capítulo se presentó el año pasado.

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