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El alcalde habla de política económica; los jóvenes le preguntan por empleo

* Conferencia de López Rosas en Ciencias Sociales 

Aurelio Peláez * Ni el presidente municipal Alberto López Rosas presentó una conferencia magistral que se acercara al tema La consolidación de la democracia en Acapulco, ni a los universitarios pareció interesarles este proceso. En el auditorio de la Facultad Superior de Ciencias Sociales de la UAG, el alcalde habló de revertir la política económica que permitió el deterioro de vida de la población en las últimas décadas, y los jóvenes de pedir oportunidad de empleos. El edil fue uno de los invitados a la serie de conferencias por el 23 aniversario de la fundación de esta escuela.

La democracia, que quizá se pudo entender como la explicación del porqué en Acapulco los electores han votado en las dos últimas elecciones por tener alcaldes del PRD, no fue el tema del debate. López Rosas aludió a las crisis económicas que se han presentado en el país, “recurrentemente” desde 1976, y que han deteriorado las condiciones de vida de la población. Crisis acontecidas en gobiernos priístas, se pudo decir, pero todo quedó en crisis.

El ex diputado federal por el PRD, quien en 1994 anuncia su rompimiento con los gobiernos priístas, aunque su paso por la burocracia fue la de director de Gobernación y secretario de Gobierno en Acapulco con René Juárez como alcalde, narró a los jóvenes las sucesivas crisis económicas que ha padecido el país; la devaluación del peso en 1976; la provocada por la expropiación de la banca, en 1982; la sucedida por la congelación de salarios y liberación de precios, en 1989, y el “error de diciembre” en 1994 que provocó “la pérdida del ahorro de los mexicanos”.

“Ustedes son las víctimas de políticas económica erráticas que se aplicaron durante los últimos 28 años. Hoy tenemos que reorientar el rumbo: no podemos vivir en la marginación”, e invitó a los jóvenes a participar en revertir esa política de deterioro, participar en política y promover mayores oportunidades a la juventud.

En el auditorio, el centenar de asistentes no atinaba a realizar alguna pregunta, terminada la brevísima conferencia de López Rosas. En el presídium estaban el director de la escuela, Nazarín Vargas Armenta; el coordinador de asesores del alcalde, Ramiro Solorio Almazán; y el director de la Juventud municipal, Juan Carlos Hernández, así como el profesor Alejandro Díaz Garay, quien fungía como moderador. Este último, urgía al auditorio a hacer preguntas. Nadie levantaba la mano. Otro conferencista hubiera sido y ahí habría terminado todo. Por fin, una, dos manos levantadas.

Un joven discapacitado le comentó que el día anterior tenía audiencia con él y que se la habían cancelado porque ese día el alcalde se reunió –con otros ediles perredistas– con el gobernador René Juárez Cisneros en Chilpancingo. Le entregó un proyecto de atención a personas “con capacidades diferentes” y le dijo, “quién mejor que alguien que sufre una discapacidad” para atender los problemas de este sector poblacional.

Otra joven le pidió más justicia en el programa AMA –la tarjeta alimentaria para personas de la tercera edad– y otro más le pidió respaldo para los estudiantes que viven lejos de los centros educativos, a lo que el alcalde respondió que esto no era facultad del ayuntamiento, pues los apoyos como becas sólo los podía otorgar a alumnos de primaria, y explicó que el municipio carece de recursos para becar a universitarios.

Más preguntas sobre el tema del empleo, a lo que López Rosas antepuso la instalación en el municipio de tres nuevas empresas, Coppel, Electra y próximamente Carrefur, que dijo, crean más oportunidades de trabajo a la juventud, y explicó cómo se sorprendió en días recientes al inaugurar una tienda de Comex, y que los nuevos empleados sean jóvenes.

–¿Pero y la calidad del empleo. Cómo tener empleos dignos y bien renumerados. Cómo evitar que las empresas paguen salarios raquíticos? –preguntó un joven.

López Rosas contestó que “la calidad del empleo no depende del presidente municipal… depende de la capacidad del joven… si un joven está a disgusto con su salario y renuncia, pero si es capaz, la empresa seguramente va a buscar retenerlo…”

–¡Hasta cree ¡ –le contestaron varias voces y sonrisas desde el auditorio. El alcalde quiso corregir y aceptó que “eso no sucede, porque hay una sobreoferta de la mano de obra”.

Hubo también peticiones personales de trabajo: “Espero que se me dé la oportunidad de trabajar en el DIF”, pidió una señora, estudiante de derecho.

–¡Se vale soñar¡ –se oyó otra voz.

En el auditorio, estudiantes de Derecho fueron los principales protagonistas de las preguntas en torno al tema del empleo. Se preguntó incluso cuál era la labor que hacía la Secretaría de la Juventud para generar oportunidades de ocupación a los jóvenes, y se les contestó que elaborara una tarjeta de descuento, la Red Joven, de descuentos en centros culturales, libros y útiles escolares, y que se trabajaba en programas contra la drogadicción. Nada de empleo.

El caso La Parota

Sandra Suástegui, una estudiante de Derecho, le pidió al alcalde más apoyo al sector campesino, y le pidió que se manifestara contra el proyecto de la presa de La Parota, y señaló que “es una burla que se utilice el hambre del pueblo para que unos cuantos se enriquezcan”, y citó que las indemnizaciones ofrecidas por la CFE a los ejidatarios que resulten afectados por la presa son irrisorias.

Le pidió a López Rosas “una postura más enérgica” en contra del proyecto de la CFE, y pidió a los universitarios asistentes realizar foros y grupos de enlace con los campesinos para oponerse al proyecto.

Antes, el estudiante de Derecho Carlos Matadama, quien había puesto en duda la calidad del trabajo ofrecida por las empresas ponderadas por López Rosas, defendió el proyecto de La Parota como una fuente de oportunidad de empleos par a los jóvenes.

El presidente municipal señaló que en cuanto a La Parota “debemos evitar que se politice y lo veamos en su justa dimensión; hay que abrir el diálogo y las ofertas para que se consiga una indemnización justa a los afectados.

López Rosas dijo que un desarrollo fundado en la injusticia es engañoso, aunque citó que “no podemos decirle no a todo. Acapulco necesita inversión y ningún empresario va a invertir en donde pretende la CFE. En esos pueblos olvidados por años no va a invertir ninguna empresa particular, sólo la CFE”.

Ante el emplazamiento a rechazar el proyecto, dijo que no podría tomar partido por los grupos y afirmó que en torno a La Parota hay dos grupos, uno a favor y otro en contra del proyecto, y afirmó que su labor es “ser un punto de equilibrio, buscar solución mediante el diálogo”.

Los asistentes preguntaron también sobre temas de seguridad pública (“los policletos son innecesarios”, dijo una joven); la contaminación de la bahía (“la bahía es confiable, no hay altos niveles de contaminación, sólo sospechas”, dijo el alcalde”), y hasta críticas de porque se privilegia más la inversión en la zona turística, a lo que el alcalde respondió con que Carrefur y Electra no están en la Costera.

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