Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Con La Parota no pasarán 40 años como con La Venta para terminar de indemnizar: CFE

* De no ser aceptado en Guerrero la paraestatal considera llevarse el proyecto a Oaxaca, Nayarit o Sinaloa, informa el coordinador de Proyectos Hidroeléctricos, Humberto Marengo * Aun sin los estudios de factibilidad, ya se promueve su inclusión en el Presupuesto de Egresos de la Federación que aprobará en diciembre la Cámara de Diputados, revela 

Segunda y última parte * Además de proponer un referéndum para saber si existe aceptación o no al proyecto de La Parota, el coordinador de Proyectos Hidroeléctricos del país de la CFE, Humberto Marengo Mogollón plantea la creación de “una especie de ombudsman de desarrollo social, o de derechos humanos”, que revise y dé seguimiento al proceso de afectación de comunidades, hasta la indemnización total.

Se trata, dice el funcionario de la paraestatal, de que el proceso de indemnización concluya, que sea “muy transparente, muy claro”. Ofrece que “no se repetirá” lo ocurrido con la construcción de la presa de La Venta de la que, admite, después de 40 años de su construcción, no se ha pagado al total de los afectados.

De las indemnizaciones de La Venta “el noventa y tantos por ciento está entre negociado o pagado”, dice Marengo Mogollón, quien en descargo de la CFE lo atribuye a que “la gente” a la que la paraestatal le pagaba “desaparecía con el dinero y los afectados no lo recibían”.

A insistencia de El Sur, responde que con La Venta “tal vez hubo unos pequeños baches en el proceso, pero de ninguna manera estamos pensando que van a presentarse en el caso de La Parota”.

En la visita que Marengo y un grupo de funcionarios de la CFE hicieron el miércoles a la Redacción de este diario, indicó que la paraestatal busca que La Parota tenga la aceptación “de todos, de la sociedad fundamentalmente”.

De lo contrario, informó, se llevarían el proyecto a Oaxaca, Nayarit o Sinaloa. O se podría sustituir haciendo ampliaciones de proyectos como el de la hidroeléctrica de Zimapán, u otros, pues existe “una cartera de más de 500 proyectos identificados”.

Sin embargo, la CFE insistirá en que sea en Guerrero, pues incluso, aún cuando todavía no se tienen los estudios de factibilidad, Marengo reveló que “en este momento estamos consiguiendo que nos puedan aprobar el proyecto para licitarlo el próximo año”.

Esto implica que ya se promueve su inclusión en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año, que será aprobado en diciembre de este año por la Cámara de Diputados “con la expectativa de que probablemente en enero, febrero, estemos consiguiendo la aceptación para que el proyecto se haga”, reveló.

El Sur: Un proyecto con estas características y con las condiciones sociales, económicas y políticas de Guerrero requiere un tratamiento muy particular. Ha habido antecedentes de gente que ha sido afectada por otros proyectos de la CFE. ¿En esta ocasión la CFE  tuvo la sensibilidad de analizar lo que había ocurrido antes y lo que podía ocurrir ante posibles resistencias a este proyecto?

Humberto Marengo: Sí, por su puesto. Evidentemente estamos hablando del proyecto de La Venta…

El Sur:  Bueno, por ejemplo. Ahí está también Petacalco, que también está todavía como muy vivo.

Marengo: Sí, aunque es un proyecto en su concepción un poco diferente, porque es una termoeléctrica, porque tiene otras características que las hidroeléctricas. Pero por ejemplo el antecedente particular de La Venta es un proyecto que se construyó hace poco más de 40 años y en ese entonces la normatividad, los aspectos legales, eran un tanto cuanto diferentes. No hablo nada más de la institución, sino de todo el gobierno federal. En un momento dado las afectaciones se pagaban probablemente a los presidentes ejidales, no se hacían con los consensos que ahora se tienen que seguir, y en muchas ocasiones en varios de los estados la gente desaparecía con el dinero y los afectados no lo recibían. En el caso de La Venta ahorita estamos en un proceso en el que el noventa y tantos por ciento está entre negociado o pagado lo que la CFE debíamos. Estamos reconociendo que tal vez hubo unos pequeños baches en el proceso, pero de ninguna manera estamos pensando que van a presentarse en el caso de La Parota. Para este proyecto estamos incorporando a las universidades. En un momento dado estaríamos pensando en un ombudsman de desarrollo social, de derechos humanos, capaz de revisar que el proceso suceda, que se concluya.

El Sur: Si porque imagínese usted, con ese ejemplo, si después de más de 40 años no termina el de La Venta, Petacalco, El Caracol.

Marengo: No se han resuelto del todo pero sí estaríamos pensando en que en el caso de La Parota ya tenemos la experiencia muy reciente de El Cajón (Nayarit), donde tuvimos en el principio, en el camino al acceso, algunos problemas en las negociaciones; se resolvieron perfectamente, estamos en un proceso en el que continuamente estamos en contacto con el gobierno de ese estado, con las autoridades municipales, hacemos el seguimiento de los proyectos productivos, se está haciendo todo el seguimiento. Creemos que podemos hacer un proceso muy transparente, muy claro, aquí en Guerrero, con la aceptación de todos, de la sociedad fundamentalmente.

El Sur:  Para la presión social que pueda haber, para la gente que se opone, para el tema que está en los medios, tres o cuatro meses que se proponen para terminar los estudios pudiera ser mucho tiempo para seguir negociando con los que se oponen. Si la CFE pudiera hacer un examen de conciencia para ver qué falló, dónde estaría el error.

Marengo: Nosotros desde el punto de vista normativo seguimos los cauces. En un momento dado le pedimos a la Semarnat el permiso para hacer el estudio de la Manifestación de Impacto Ambiental, y nos lo otorgaron. Entramos a hacer los estudios y contratamos a la UNAM para ello. Me llamó la atención de que apenas en una nota periodística el delegado de la Semarnat en Guerrero decía que no existen autorizaciones. Por supuesto, y tenemos los oficios en los que nos permiten hacer el estudio de la Manifestación de Impacto Ambiental. Posteriormente tuvimos acercamiento con la gente de Cacahuatepec, el 29 de junio se hizo una asamblea en la que nos permitieron entrar a hacer los estudios, tenemos el documento del permiso para entrar. Es más, obtuvimos con las autoridades agrarias el permiso para pagar las afectaciones por esos estudios. Probablemente haya hecho falta un poco más de diálogo, de comunicarlo un poco más a las personas, pero de ninguna manera pensamos que hubo un craso error de la CFE. Estos proyectos son muy grandes, que implican grandes inversiones, grandes intereses, que de alguna manera siempre van a provocar que se presenten este tipo de discusiones, pero los procesos los seguimos al pie de la letra.

El Sur: Usted dice que han tenido el apoyo del gobierno del estado, pero por lo menos en público el gobernador no ha sido promotor muy claro del proyecto. ¿Cómo ha visto usted la posición del gobierno del estado y de los gobiernos municipales?

Marengo: La percepción que nosotros tenemos es que el proyecto puede resultar de un gran interés para el gobierno del estado y para los señores presidentes municipales. Una inversión de más de 900 millones de dólares, de la que prácticamente el 30 o 40 por ciento se queda en el ámbito del estado siempre será interesante, porque va a permitir un desarrollo de las empresas constructoras, de los trabajadores y estudiantes guerrerenses, siempre va a detonar un crecimiento. Evidentemente el señor gobernador y los señores presidentes municipales tienen que cuidar los intereses de la gente, eso lo entendemos perfectamente y somos los primeros en tratar de informarles que no vamos a pasar nunca sobre esos derechos. El señor gobernador ha sido muy reiterativo en decir que si la gente no quiere el proyecto, no se hace, pero veamos y juzguemos en que realmente exista un consenso. Eso es lo que estamos buscando.

El Sur: Digamos que más que lo técnico ahí hay más razones políticas.

Marengo: Yo creo que serían razones totales. Es un proyecto de propósitos múltiples que cumple varias premisas de desarrollo, de detonante, de aspectos técnicos evidentemente, y de aspectos económicos. Interesa a muchos hacerlo, interesa a algunos no hacerlo, evidentemente, pero sí existen razones políticas, razones sociales, razones económicas, claro que existen, y ojalá pudiéramos llegar al consenso de poderlo detonar y de poderlo echar hacia delante.

El Sur: ¿Y qué va a pasar si terminan sus plazos y todavía no tienen un consenso?

Marengo:  Eso sí que sería grave para nosotros. Para hacer un proyecto de esta naturaleza, y prácticamente todos, tenemos que someterlo a la aprobación de la Unidad de Inversión de la Secretaría de Hacienda. Cuando nosotros damos los elementos económicos y financieros de los beneficios de este tipo de proyectos y Hacienda se convence, pasa a la Cámara de Diputados, y la Cámara fija en el Programa de Egresos de la Federación (PEF). Este nos permite a nosotros detonar el inicio de los estudios o el término de ellos, la licitación y el inicio de construcción del proyecto. Si los tiempos pasan y no podemos empezar los proyectos, definitivamente el PEF tiene un límite, es perentorio, y si la Cámara dice que como este proyecto no se hace hay que buscar otra fuente de generación, busquemos otro proyecto o busquemos otra alternativa. Y en ese momento, nosotros como institución tenemos que ofrecer al sistema eléctrico nacional otras opción.

El Sur: ¿Que sería cuál? ¿Se ha considerado?

Marengo: Sí, bueno, evidentemente. Si en un momento dado el proyecto no se hiciera en Guerrero, buscaremos. Hay alternativas en el estado de Oaxaca, en Nayarit, en Sinaloa, en algún momento dado ampliaciones que tenemos alrededor de proyectos como Zimapán, en México. Si tendríamos que buscar otra alternativa, que ya tenemos evidentemente. Nosotros tenemos una cartera de más de 500 proyectos identificados. De estos aproximadamente 60 están en nivel de estudio de prefactibilidad, y aproximadamente entre 20 y 30 ya los tenemos como posibles proyectos, como el caso de El Cajón. Nosotros en este momento estamos consiguiendo que nos puedan aprobar el proyecto para licitarlo el próximo año.

El Sur: ¿Es decir que entraría para el presupuesto que se va a discutir a finales de este año?

Marengo: Sí, entraría para licitarlo en el 2004. El programa que nosotros tenemos es licitar entre abril, mayo, del próximo año, y diciembre, para entonces tener ya un licitante ganador y empezar los trabajos de construcción en el 2005 para terminar en el 2010.

El Sur: ¿Significa que ustedes deberían tener la viabilidad técnica, ambiental y social del proyecto para poder meterlo en diciembre a la aprobación del Presupuesto?

Marengo: Sí, de hecho nosotros podemos solicitar que se apruebe en el Presupuesto con la expectativa de que probablemente en enero, febrero, estemos consiguiendo la aceptación para que el proyecto se haga.

El Sur: ¿Es decir, estamos hablando de que sí se va a proponer para que se incluya en el Presupuesto 2004?

Marengo: Quisiéramos terminar lo más posible de aquí a diciembre para insistir en esa propuesta. Sí quisiéramos que nos permitieran terminar los estudios de factibilidad. Esa es un poco nuestra prisa para que esto pudiera destrabarse en este periodo.

Hebert Hernández, subgerente de Anteproyectos (encargado de estudiar las zonas con potencial hidroeléctrico en el país): Yo quisiera agregar que en el caso del estado de Chihuahua hay un sitio que hemos identificado también como muy atractivo para desarrollar un proyecto hidroeléctrico, y ahí la gente lo está pidiendo. Ha mandado escritos a la CFE solicitando que se haga el proyecto hidroeléctrico. ¿Por qué no interesa allá? Bueno, porque la cantidad de agua del río Papagayo es mayor que la de este río en Chihuahua, el Papigochi. Entonces es un proyecto más atractivo en términos de generación eléctrica el proyecto de La Parota que el de Chihuahua.

El Sur:  Ante una presa de esa magnitud que la CFE pretende construir en La Parota, tan cerca de una ciudad tan grande como Acapulco, surgen preguntas de que si en algún momento dado, con el paso de un fenómeno natural, la presa se pueda afectar y qué va a pasar con tanta agua, qué puede implicar.

Marengo: No, pero eso está mal. Vamos a suponer el hipotético caso de que viene el diluvio universal, que viene el fin del mundo y se rompe la presa: el agua se vacía hacia la llanura de Tres Palos, nunca a Acapulco. Acapulco es una bahía y está rodeada de montañas, el río Papagayo escurre a un lado. ¿Pero presas a un lado de ciudades? Pues ahí está la presa Madín, en Naucalpan; la de Malpaso, que está en la planicie tabasqueña, tiene 15 mil millones de metros cúbicos de capacidad, y La Parota va a tener 6 mil 700 millones.

El Sur: ¿Y de que se dice que la presa le va a quitar agua a Acapulco?

Marengo: Cuando nosotros hacemos las hidroeléctricas no consumimos agua. Hacemos la presa, el nivel del agua se levanta y eso se llama energía potencial, la metemos en unas tuberías y mueven una turbina. La energía potencial del agua se convierte en energía mecánica, en energía eléctrica, pero no consumimos agua. Un metro cúbico por segundo que entra en la toma es el que sale. Nosotros no consumimos agua. Ahorita que no existe La Parota, el río Papagayo, cuando La Venta abre sus compuertas y saca arena se tapa y Acapulco se queda sin agua. En el momento en que nosotros hacemos La Parota toda la arena se detiene en la presa, toda completamente, el agua sale limpia, y garantizamos al 100 por ciento el abasto de agua a la ciudad de Acapulco y a toda su zona hotelera. Al 100 por ciento, más toda la generación de energía que necesita Acapulco.

El Sur: ¿Durante cuanto tiempo?

Marengo: Estamos estimando que por lo menos son 50 años, pero tenemos presas con más de 100 años de operación. (De la Redacción).

468 ad