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Pide el PRD se aclare el asesinato de uno de sus dirigentes en Cacahuatepec

 Aurelio Peláez * El comité municipal del PRD demandó el esclarecimiento de la muerte del dirigente perredista en el poblado de Progreso, de la comunidad de Cacahuatepec, Teodoro Alvarado Bello, de cuyo crimen acusan a los priístas del lugar.

En conferencia de prensa, estuvieron la presidenta del PRD en el municipio, Beatriz González Hurtado; el secretario de Formación política, Joel Mendoza Maciel; el de Prensa, Raymundo Reyes Abarca, y el de Asuntos municipales, Delfino Hernández Alvarado, además del delegado de El Progreso, Ubel Hernández López.

En la conferencia, se contó que el pasado 8 de octubre fue asesinado Alvarado Bello, en un tramo de terracería que lo conducía a su parcela, a donde había ido a recoger una penca de plátanos, según había contado a su familia.

El perredista fue victimado con tiros de escopeta, y por información que se tiene, cerca del lugar se encontraban reunidos ese día algunos priístas, quienes en otras ocasiones habían manifestado su deseo de asesinar a Teodoro Alvarado.

Antes, a Teodoro Alvarado le habían llegado una serie de “mensajes” de lo que se proponían hacer los priístas, pues le habían matado dos caballos y le robaron un burro. “Creemos que su muerte se debe a la actividad política que realizaba”, contó Joel Mendoza Maciel, quien informó que Teodoro Alvarado había participado en la actividad política en la zona rural de Acapulco desde antes de la fundación del PRD –en 1989– como simpatizante del Partido Mexicano Socialista.

Afirmó que por gestiones de Teodoro Alvarado se habían construido en el poblado de El Progreso, colindante con el municipio de San Marcos, una clínica de salud, instalado el alumbrado público, y construido una escuela primaria y las oficinas de la delegación municipal.

El conflicto más reciente fue que el PRD había ganado la elección de delegado municipal, lo que había molestado a los priístas. También, militantes del PRI pretendieron apoderarse de un equipo de alumbrado solicitado para ese poblado, y llevárselo a una comunidad de San Marcos, aunque luego de que intervino el ayuntamiento, el material fue devuelto.

Por ello, Joel Mendoza Maciel consideró que el asesinato fue por motivos políticos, dado que el dirigente perredista no tenía conflictos personales, y además, no tomaba bebidas alcohólicas, siendo una persona respetada en el pueblo.

El dirigente del PRD pidió a las autoridades judiciales investigar entre los priístas de la comunidad la responsabilidad del homicidio y castigar a los culpables, destacando que algunos de ellos eran considerados como sospechosos del crimen.

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