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Asisten unas mil 200 personas al cuarto concierto de temporada de la OFA

Xavier Rosado * La Orquesta Filarmónica de Acapulco presentó el viernes su cuarto concierto de temporada con un programa en el que se incluyeron obras del inglés Edward William Elgar, de los alemanes Max Bruch y Johann Friedrich Fasch y del francés Maurice Ravel.

Con la puntualidad como parte de la educación cultural que imparte el director de la OFA, Eduardo Alvarez, el concierto comenzó apenas pasadas las 21 horas en un teatro hasta unos 10 minutos después de comenzado el concierto terminó de llenarse.

Este fue el cuarto concierto de la temporada Otoño-Invierno de la Orquesta Filarmónica de Acapulco en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del centro de convenciones.

El programa comenzó con la obertura Cockaigne de Elgar, uno de los conciertos más vivaces y coloridos de este compositor inglés del siglo 20, en el que tuvieron un papel protagonista los violines, las violas y los chelos.

Después de un aplauso que hizo sentir de lleno la fuerza de las mil 200 personas presentes, siguió la magnífica interpretación del concierto para viola y clarinete de Max Bruch con la actuación especial como solistas de la búlgara Marinela Guerguieva y Ana Lilia Rodríguez, egresada de la escuela de música de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ambas intérpretes son integrantes de la orquesta y lograron una pulcra actuación en sus respectivos solos.

Como segunda parte del concierto, después de un preciso intermedio de 10 minutos, según lo marcó el director de la filarmónica, comenzó la interpretación de la Obertura en sol menor para tres oboes y fagote de Johann Friedrich Fasch, con la ya usual y molesta interrupción de aquellos rezagados que regresan a destiempo a sus butacas.

También se escucharon los gritos de los infantes así como los celulares que siguen sonando, aún con el evidente agravio tanto para los asistentes como para los músicos.

La obra de Fasch, uno de los principales compositores de la corte de Federico primero y de su hijo, Federico segundo, reyes de Prusia y Sajonia en el siglo 18, fue interpretada magistralmente con la participación del cuarteto de maderas integrado por Leonel Ramírez, Jo Anna, S. Tensa y Jerónimo Mendoza de la sección de oboes y de Artem Federov de la sección de fagotes.

Esta compleja pieza, compuesta por siete movimientos encierra el espíritu romántico de la época y una evolución de sentimientos de que van del allegro al molto vivace, con un avasallador final en el que todos los músico interpretan un coordinado unísono, haciendo referencia a la unidad del reino prusiano que se pretendió implantar en la mencionada dinastía.

Para el cierre del concierto, la Filarmónica de Acapulco, interpretó para su público la jubilosa obra Rapsodia española del compositor galo Maurice Ravel.

En este número se incorporan sonidos que hacen referencia a la fiesta brava, así como los bailes gitanos y flamencos.

El concierto concluyó a las 22:32 horas, después de que la audiencia aplaudió de pie la actuación de la orquesta.

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