Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

 Con Terminator todos pierden

La elección del Arnold Schwarzenegger como gobernador de California, tras haber triunfado el SI por la destitución del demócrata, Gray Davis, y la derrota del candidato latino, el actual vicegobernador Cruz Bustamante, se puede traducir en que todos pierden.

Pierden los demócratas, en un round preelectoral de la decisiva batalla presidencial del 2004, donde el señor Bush no tiene asegurada su reelección por la continuación de la guerra en Irak, que ya huele a un nuevo Vietnam, pero pierden en su principal bastión, donde aún tienen control sobre las dos Cámaras de la legislatura californiana. Pierden los millones de migrantes mexicanos –entre los cuales hay miles de guerrerenses– ya que Terminator, pese a ser de origen austriaco y también ser migrante, ubicó como uno de sus ejes de campaña su filo racista y antimexicano.

Pierde la democracia, ya que ahora con una buen capital en dólares y haciendo todo un show de mercadotecnia, es posible que personas ignorantes e ineptas asuman la conducción del estado más rico de la Unión Americana, que por sí solo representa la quinta economía mundial y representa dos veces el PIB de México. Para colmo de males, perdieron los dos equipos de beisbol de la bahía de San Francisco, los Gigantes y los Atléticos de Oakland, que cayeron en los juegos decisivos de las grandes ligas cuya final se realizará en dos semanas, y sólo esperamos que los Cachorros de Chicago, por fin funcionen bien con Sammy Sosa a la ofensiva, y nos den alguna sorpresa para volver a estar optimistas.

Por invitación de nuestros compañeros de California, estuve ese martes fatídico para nuestra comunidad en el área de la bahía de San Francisco, y en la capital Sacramento, recorriendo los centros de votación, que ahí se ubican en escuelas, iglesias y centros comunitarios y hasta salas de velación, y pude observar cómo votó nuestra gente de manera masiva y entusiasta, aunque un 30 por ciento lo hizo por Terminator. Al final de la jornada, ya que empezaron a fluir los primeros resultados, nos fuimos a cenar con Miguel Araujo, michoacano, director del Centro Azteca de San Bruno, pegado al aeropuerto de San Francisco, y una mesera de Jalisco, Paty Villegas, al vernos tristes y apesadumbrados, con una gran sonrisa nos dijo: “No se ha perdido el mundo”.

El miércoles pasado envié desde Sacramento un artículo a El Sur que no se publicó porque se perdió en el ciberespacio, o tal vez por censura del Termigobernador, en cuyo último párrafo escribí: “El pasado 21 de septiembre, el gobernador de Oaxaca –José Murat– estuvo presente en Los Ángeles a fin de despedir a la marcha de los migrantes que partió ese día de varias ciudades de la Unión Americana y que culminó en Washington DC y en Nueva Cork el pasado 4 de octubre. La activa oficina de prensa del gobernador oaxaqueño publicó una foto y un texto con el título de Murat en California. Y me surgió una pregunta: ¿Cuándo veremos un desplegado, así sea de mentiritas, que diga Rene Juárez en California?, en vez de andar placeando a los Héctores, senadores faltistas. Digo tan solo es una pregunta. La misma la hago para Martín Mora y para todos los precandidatos perredistas a la gubernatura de Guerrero”, finalizaba mi largo párrafo.

El primer round entre Terminator y la comunidad mexicana que vive en California, será su anuncio de que vetará  la Ley SB-60 ya aprobada por la Legislatura local y promulgada por Gray Davis días antes de ser derrotado, a fin de que se otorguen licencias de conducir a los indocumentados sin que presenten papeles migratorios, lo cual beneficia a más de 2 millones de nuestros paisanos. “En este país, tener un auto y una licencia de manejo no es un lujo, sino una necesidad básica y representa un documento de identificación oficial para la vida diaria de la gente”, me comentaba José Castro, activista comunitario de la ciudad de San José, ubicada en el Valle del Silicón. De tal modo, que aún tendremos tela de donde cortar.

  Miscelánea 

Al regresar, leí un mensaje en mi correo electrónico de una acuciosa lectora y ex asesora, quien me señalaba que en su edición de El Sur de fecha jueves 9 de octubre, había un nuevo gazapo periodístico de Arturo Martínez Nateras, quien señalaba que “en octubre de l997, diputados federales, por iniciativa y conducto de María de la Luz Nuñez presentaron un punto de acuerdo… De allí surgió el fideicomiso Acapulco…”. Me fui a revisar el diario de los debates de esos días aciagos, cuando el ciclón Paulina azotó con toda su fuerza a nuestro querido Acapulco, y pude comprobar que efectivamente, se presentó ese punto de acuerdo, pero quien lo expuso en tribuna fue Pablo Sandoval Ramírez, y después lo apoyaron tanto nuestros diputados federales como los de otros partidos. No le estoy restando ningún mérito a la intervención en ese debate de Maria de la Luz, simplemente estoy diciendo, honor a quien honor merece.

Y el viernes 10 de octubre, me levanté con la grata noticia que era la nota principal de nuestro periódico: “Cuatro partidos, por la reforma política. Tendrían la mayoría en el Congreso local”, e inmediatamente me pregunté: ¿por qué no aprovechamos esta mayoría opositora y de una vez por todas, nombramos un presidente del Congreso local que no sea priísta y así le amarramos las manos a René Juárez para que no financie a sus candidatos en la próxima elección estatal? Digo, también es una pregunta.

Estaré en el desayuno que organiza el grupo ACA, atendiendo su amable invitación el próximo miércoles 15 de octubre en el hotel Condesa del Mar, donde tengo interés en exponer algunos puntos de vista de cara a la coyuntura electoral y otros temas relacionados con nuestra propuesta programática para el primer gobierno perredista de Guerrero.

Por último, y en respuesta a la solidaridad que nuestros compañeros y amigos nos han expresado con motivo del tercer aniversario de la repentina desaparición física de nuestro hermano Pablo Sandoval Ramírez, estaremos en los actos que se han organizado el martes 21 de octubre en Iguala, el miércoles 22 en Acapulco y el viernes 24 en Petatlán. A todos, nuestros agradecimientos anticipados.