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Sus alumnos tixtlecos continuarán el mural inacabado de Jaime Gómez del Payán

* El promotor César Aurelio Serena Morales continuará buscando el apoyo económico para concluir la obra del pintor desplegada en el ayuntamiento de Tixtla

Xavier Rosado (Segunda y última parte) * Uno de los principales patrimonios culturales del poblado de Tixtla de Guerrero es sin duda el mural Tixtla y los próceres guerrerenses, elaborado por el pintor Jaime Gómez del Payán, fallecido el domingo 28 de septiembre.

El autor dejó inconclusas partes fundamentales de esta obra debido a que no encontró apoyo en las instituciones públicas o privadas para terminarlo, a pesar de que vivió los últimos 18 años de su vida en Tixtla.

Un proyecto de rescate

Del amor que Gómez del Payán le tenía a la tierra guerrerense, consoñidó una obra en la que plasma sus costumbres, tradiciones, mitos y leyendas y ante la necesidad que sentía de preservar la historia del estado y sus personajes, emprendió en 1984, la labor de pintar uno de los murales más ambiciosos de la entidad.

A 19 años de distancia, sin que se le haya dado el mantenimiento adecuado, ante las inclemencias del tiempo y la intemperie y el olvido de las autoridades, estos murales sufrieron un lento proceso de deterioro.

Por ejemplo Las puertas de la cultura como las denominó su autor y que dan a uno de los recintos interiores del ayuntamiento de Tixtla, quedaron solamente a nivel de boceto y faltó colorizarlas.

En otras partes, la inconciencia ciudadana se hizo presente con rayones de plumón en las paredes; por otra parte la humedad ha desprendido parte de la obra.

La pared derecha de la bóveda principal fue mancillada durante una toma del ayuntamiento, en la que arrojaron huevos y líquidos a la pared, que conserva aún las señales de ese deterioro.

Asimismo la antigua teja que sirve de techo a los pasillos, deja filtrar la humedad destruyendo poco a poco la lámina de asbesto en la que se pintaron los murales.

Asimismo la vegetación del patio interior, que ha crecido indiscriminadamente, bloquea la visibilidad para apreciar el mural desde el jardín.

El proyecto para la restauración y conclusión de los murales, surgió el 4 de agosto de este año, dando seguimiento al siempre presente interés del autor de preservar su obra, con el apoyo del promotor César Aurelio Serena Morales.

En una carta, fechada ese mismo día, donde le asigna al promotor las facultades para desarrollar el proyecto, Gómez del Payán escribió: “Para mí es una gran ilusión concluir esta magna obra que ya es patrimonio cultural de todos los tixtlecos y por consiguiente de los mexicanos, ya que en ello se representa la historia, tradiciones, leyendas, danzas y costumbres de esta histórica ciudad. Por lo anterior me complace profundamente reactivar mi obra pictórica”.

En ese mismo documento, el muralista se compromete a no recibir ningún pago por su labor artística, aunque sí solicita a Serena Morales que se hagan las gestiones correspondientes para conseguir los recursos para los materiales, personal y proyectos correspondientes, ante las autoridades estatales, municipales o instituciones privadas, que asciende a un millón 650 mil pesos.

Por su parte, Serena Morales, tras la muerte del artista ha decidido continuar con esta labor, que de conseguirse los recursos, será concluida por sus alumnos.

Serena Morales comentó que ante la negativa de las autoridades, solicitará los recursos a diversas empresas privadas nacionales, con el fin de que, ya como un homenaje al maestro, queden concluidos finalmente sus trabajos.

Una enseñanza invaluable

Afortunadamente el autor, como parte del espíritu generoso y desinteresado con que le recuerdan todos sus amigos y familiares cercanos, dejó parte de sus conocimientos de la técnica y la apreciación plástica a dos jóvenes tixtlecos, quienes desde niños, estuvieron cerca del maestro, impresionados por su versatilidad y manejo de la técnica.

Javier Lara Díaz y Julián Angel Rodríguez conocieron a Gómez del Payán a sus 10 años de edad, hoy, cumplidos los 28, son graduados en artes plásticas de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura de Bellas Artes, La Esmeralda, igual que su maestro.

Ellos son el ejemplo vivo de la inspiración que una vocación artística puede dar a los demás: entregados al arte, a su difusión y sobre todo, a la conclusión del sueño de Gómez del Payán: terminar su obra.

Javier Lara Díaz, entrevistado en el estudio del pintor, en Tixtla, comentó: “El maestro nos transmitió la pasión que tenía por México y sus lugares, por la naturaleza, el paisaje, la gente, era una persona muy sensible y sobre todo, con una gran sabiduría”.

Mencionó que el legado más grande que les dejó fue la técnica depurada con la que trabajaba, el manejo adecuado de los colores, la limpieza en el trazo, la elección y utilización correcta de los pinceles y sus secretos de composición, volumen y profundidad.

“Sabemos que tenemos un compromiso muy grande, el de continuar su obra y acabarla y es lo que vamos a hacer porque es el legado que él quiso dejar para Tixtla y nosotros, de todos modos le íbamos a ayudar estando en vida, con más razón ahora que se fue”, expresó Julián.

Javier Lara Díaz, el segundo alumno recordó: “Nosotros dos, así como muchas otras personas del pueblo, estamos retratados en el mural, porque el maestro quiso que al pintar las costumbres, fiestas y danzas de Tixtla, fuera la misma gente tixtleca que quedara ahí retratada. Hace ya casi 20 años, cuando llegamos al ayuntamiento y vimos el trabajo increíble que estaba comenzando el maestro, nos entusiasmamos mucho, fue como un mensaje, un llamado a una vocación y desde entonces, no nos alejamos de él”.

Narró que la forma de trabajar de su tutor, que hacía ver la pintura muy fácil, de avanzar rápidamente y de dar vida a los lienzos y paredes, los inspiró al grado de emprender la carrera de las artes.

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