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“Eres un tabaco humeante”, le dijo Tin Tán al bautizar para siempre a Tabaquito

 Xavier Rosado (Segunda y última parte) * El debut de Tabaquito en el cine nacional fue en 1944 al lado de la guapa y popular María Antonieta Pons, en la película Misterios del hampa; más adelante haría también La reina del mambo.

Después de participar en estos filmes, Tabaquito adquirió mayor popularidad en el ámbito artístico del país, lo que le sirvió para que la famosa intérprete de Agustín Lara, Toña La Negra lo llamara para hacer una gira por todo el país y por centro y sudamérica, como percusionista.

El secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de la Música del Estado de Guerrero, Alfredo Díaz Solano detalló que el grupo estuvo integrado por el pianista Juan Bruno Terrazas, el trompetista El chino Ibarra y en las maracas Serafín Peregrina.

Juntos viajaron en 1946 a Los Angeles, California, pasando por diferentes localidades, entre ellas Tijuana, donde Tabaquito volvió a encontrarse con la que después sería su esposa, la bailarina exótica, Yolanda Montes Tongolele en el club Tropic.

“Antes de ese capítulo ya se habían conocido aquí en una presentación en la plaza de toros que estaba por el rumbo de Dominguillo”, dijo Díaz Soalno.

Su mejor época como

músico y bailarín

Un año más tarde, Tabaquito se integró al grupo musical de esta famosa vedette y bailarina, haciendo su debut en el centro nocturno Los Eloines, cerca del convento de Las Vizcaínas, en la ciudad de México.

También continuó su trabajo en el cine, como parte del elenco fijo del comediante Germán Valdés Tin Tán, apareciendo en películas como la ya mencionada Simbad El mareado y También de dolor se canta estelarizada por el ídolo mexicano Pedro Infante; El revoltoso, El ceniciento, Las locuras de Tin Tán y otras más que sumaron en total 20 películas.

Mencionó que ese comediante le tenía gran afecto a Tabaquito, quien lo contagiaba con su buen humor y con quien siempre se la pasaba bromeando y riendo a carcajadas.

Añadió que fue el mismo Tin Tán el que lo bautizó con el apodo de Tabaquito, porque en la época fumaba mucho y como se la pasaba echando humo, le dijo Germán: “eres un tabaco ambulante” y así le dijeron durante algún tiempo Tabaco pero como era bajo de estatura, se le quedó el apodo de Tabaquito.

“Continuaron sus actuaciones en el cabaret Macao y de ahí pasaron al teatro Tívoli. En ese teatro fue cuando realmente comenzó la carrera ascendente y la popularidad, tanto para Tongolele como para Tabaquito ya que un prestigiado empresario, el señor Vallejo, los contrató para actuar en el teatro Follies, en 1948”.

Ahí alternaron con los mejores artistas de la época, entre ellos, Germán Valdés Tin Tán, el cómico Palillo, Toña La Negra, los Tex Mex y la orquesta del maestro Chucho Rodríguez.

Dijo que en 1951, viajó a la ciudad de Nueva York acompañado de la escultural María Antonieta Pons para actuar en el club nocturno Latin Quarter, al mismo tiempo que el legendario percusionista Tito Puente, debutaba en el Palladium de esa ciudad.

“Una noche en la que María Antonieta y Tabaquito se presentaban en un teatro latino en Broadway, se presentó el mismo Tito Puente y al verlos actuar con tanto ritmo y talento, subió al escenario y se aventó un palomazo con ellos”.

Su llegada y establecimiento

en Acapulco

Díaz Solano contó también que en pleno apogeo y en la cumbre de la fama, sucedió que tuvo que separarse de Tongolele para formar pareja artística con Silvestre Méndez, y fue entonces cuando los llamó el empresario acapulqueño, Beto Barney para que vinieran a inaugurar y trabajar en uno de los centros más famosos del puerto el Bum Bum, donde actuaba la orquesta de Nacho Nogueda.

Ahí decidió seguir trabajando, combinando sus presentaciones en el Tívoli de la ciudad de México, hasta que decidió permanecer en el puerto.

Alfredo Díaz comentó que para Tabaquito, el acontecimiento más importante de su vida fue sin duda haber conocido en Acapulco a quien fuera el amor de su vida, Rosalba Vázquez Calderón, con quien contrajo nupcias.

“Tabaquito decía que Rosalba era ‘un regalo de Dios’, una hermosa y buena mujer que supo alentarlo, compartiendo con él los buenos y malos tiempos, formando una bella familia con cuatro hijos, dos hijos y dos hijas”.

Mencionó que el más joven, Jesús Vicente, heredó de su padre un gran talento y sentimiento para tocar los tambores y se encuentra en Los Angeles alternando con los músicos más sobresalientes de salsa y jazz latino.

Díaz Solano anunció que el hijo de Tabaquito, está haciendo pruebas para formar parte del elenco de la banda que acompaña al cantante Luis Miguel.

En 1961, conoció y entró a trabajar con el magnífico pianista Luis Lozano y con Manuel Ríos Solomillo en el bajo entre otros, también tocó con el grupo del prestigiado pianista Macario Luviano, en el bar Playa Suave y continuó su carrera de trabajo y éxitos en el Ninas, luego pasó a Las Brisas, el hotel Hyatt Regency, en 1979.

Luego formó un grupo para tocar en el hotel Continental y en el Paraíso Radisson con el maestro Pepe Salinas.

El secretario del SUTMEG, mencionó que Tabaquito fue un hombre que tuvo el mejor sentido del humor del mundo, siempre irradió una alegría natural y traía una sonrisa a flor de boca, “con el cuento, chiste o anécdota a la mano para cualquier ocasión.

“Simplemente no podía uno estar triste al lado de este personaje, quien además fue un excelente padre de familia, un amigo sincero y un excelente músico y bailarín”.

Díaz Solano, quien actualmente toca con su grupo tropical en el club de playa del Fairmont Acapulco Princess, recordó que el 23 de febrero, se le hizo un homenaje a Enrique Tappan del Rey, Tabaquito en el Zócalo del puerto, organizado por el SUTMEG, con la actuación de diversos grupos musicales de la localidad que le reconocieron su labor de toda la vida.

En los últimos meses de vida, Tabaquito tocaba por el simple placer de hacerlo en la pozolería La Hacienda de los Cuates y en el restaurante Villa Rossaura.

 

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