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Anuncia la Arquidiócesis la apertura de un centro de atención a víctimas de la violencia

Mariana Labastida

Integrantes de Cáritas Colombia capacitan a sacerdotes y laicos de la Arquidiócesis de Acapulco para comenzar un proyecto piloto basado en la experiencia del país latinoamericano, para la atención a víctimas de violencia.
El coordinador de la Pastoral Social de la diócesis de Acapulco, Jesús Mendoza Zaragoza, explicó que parte del proyecto es la creación de un Centro de Atención a Victimas, así como también la interacción con los victimarios.
En el taller, que comenzó el martes y concluye el sábado, participan 14 integrantes de la Comisión de Justicia, Paz y Reconciliación  de la Pastoral Social de Acapulco, además de Tecpan, así como de otros países como Honduras y El Salvador donde se pretende aplicar el proyecto posteriormente.
La aplicación del proyecto en Acapulco se dio a iniciativa de la organización Caritas Colombia con apoyo financiero de Caritas Estados Unidos, los cuales darán seguimiento al esquema que se aplique a la realidad del municipio y poder así compartirlo con otros estados.
Una de las expositoras de Colombia precisó que el proyecto trata de plantear lo dicho por los obispos en la exhortación pastoral, “se trabaja en focalizar el universo de victimas para darle una atención directa y así crear un fortalecimiento de capacidades para tener una plataforma con la cual tener incidencia en otros”, mismo que concluirá en la definición del Centro de Atención de Victimas, que sería el tercero de los tres puntos del proyecto.
Resaltó la importancia de delimitar “lo que se puede ofrecer como iglesia para trabajar a partir de ahí y no querer abarcar más. Por el momento se debe ir mejorando la teoría que se tiene de la experiencia colombiana con la práctica en Acapulco, con ello atender a las víctimas y evitar violencia futura”.
El padre Jesús Mendoza explicó que el proyecto es a largo plazo, en el cual se espera atender desde el punto de vista humanitario a las víctimas de la violencia no sólo con el acompañamiento espiritual que se ha trabajado, sino también psicosocial, para crear un modelo de transformación social.
“Ante la situación de emergencia se busca trabajar en perspectiva de largo plazo porque las causas de la violencia son crónicas”, expuso el sacerdote y agregó que en seis meses, según el monitoreo del proyecto, se podría aplicar también en la región de la Costa Grande.
En el esquema faltaría el apoyo jurídico, consideró Mendoza Zaragoza, el cual no está incluido porque “se cree que no hay condiciones para garantizar a las víctimas que puedan denunciar, no hay respaldo por parte de las instituciones en ese punto”.

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