Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Pueblos de Ajuchitlán, en Tierra Caliente, incomunicados por la lluvia

 Gregorio Urieta, corresponsal, Villa Nicolás Bravo * Una vez más la fuerte precipitación pluvial causó severas afectaciones a esta comunidad, la que junto con todas aquellas que se comunican por la misma carretera con Altamirano –el más importante centro comercial de Tierra Caliente– durante varias horas quedaron incomunicadas vía terrestre con aquella localidad, debido a que los arroyos de San Lorenzo y el Amuco, hasta las 11 de la mañana llenaron sus cauces con fuertes corrientes impidiendo el paso de vehículos particulares y de transporte público.

En el caso de Villa Nicolás se presentaron inundaciones en varias casas-habitación que se encuentran al borde la carretera, en donde se concentraron grandes cantidades de agua pluvial. A la entrada a la población, los terrenos de cultivo quedaron completamente anegados, pues se formaron enormes lagunas que alcanzaron la orilla de la carretera y de allí el agua pasó a las casas que se encuentran al borde de la vía de comunicación, inundándolas. Todavía a las 8 de la mañana se podían observar varias decenas de reses que se concentraban a la entrada a los terrenos, desesperadas, queriendo salir de la laguna que las había atrapado. A un lado, un sembradío de maíz de unas cuatro hectáreas, estaba convertido en un verdadero lago.

Y es que la lluvia comenzó a las 2 de la mañana a azotar los pueblos de Tierra Caliente. Una precipitación pluvial que todavía se hacía sentir a las 7 de la mañana. A esa hora, los estudiantes que acuden de Changata y San Lorenzo a la escuela secundaria de Amuco de la Reforma, todavía pudieron pasar, pues aún no llegaba el agua de lo alto de la sierra.

A partir de las 8 de la mañana los arroyos de San Lorenzo y Amuco, eran verdaderos ríos con corrientes torrenciales que impidieron el paso de vehículos particulares y de servicio público en los vados de esos arroyos.

Se podían observar en ambos lados de los arroyos, largas filas de automóviles que en el caso de Amuco llegaron a sumar más de cien en total, los que desde las 8 de la mañana estuvieron esperando a que bajara el caudal de los arroyos para poder pasar.

A punto de la tragedia en Amuco

A las o11 de la mañana, la desesperación comenzó a hacer presa de los choferes de Combis de ruta. El arroyo había bajado su caudal y al observar que camiones de redilas podían pasar, un chofer de Combi decidió intentar pasar. Llevaba tres pasajeros. A medio arroyo, una ola golpeó fuertemente el frente de la Combi, lo que lo obligó a detenerse. Al hacerlo, el agua entró por atrás, apagando el motor. De inmediato, un tractorista se metió al arroyo para remolcar el vehículo que amenazaba con voltearse ante la fuerza de la corriente.

Media hora después comenzaron a salir los estudiantes de la secundaria de Amuco. Llegaron y luego de un rato comenzaron a bnuscar en qué pasar. Un chofer les dijo que se subieran a su Combi. Subieron unos ocho alumnos, con los que el chofer se aventuró a pasar. A medio arroyo, el agua ocasionó que el vehículo se apagara, provocando el temor en los alumnos. El chofer les ordenó que se pasaran del lado en donde golpeaba el agua. Al hacerlo, la Combi se movío peligrosamente ocasionando gritos de terror de los alumnos. La intervención del tractorista pudo sacar al vehículo de ese lugar, en donde estuvo a punto de repetirse la tragedia del 21 de septiembre del año pasado, cuando en el arroyo del Azúchil, en esta misma carretera de este mismo municipio, una Combi fue arrastrada con unos 15 pasajeros de los cuales dos resultaron ahogados y los otros con lesiones leves.

468 ad