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No basta conocer los derechos; se requiere saber cómo defenderlos

 Aurelio Peláez * Para la coordinadora de la cátedra en Derechos Humanos de la UNESCO, Gloria Ramírez, la formación de una cultura ciudadana, los derechos humanos y la educación para la democracia, han estado ausentes del sistema educativo, por lo que es necesario renovar el concepto de enseñanza de estos valores a partir de la formación de los docentes, y decir a los ciudadanos que no basta conocer su derechos, sino cómo defenderlos.

Gloria Ramírez participó ayer en el II Encuentro Latinoamericano de investigadores sobre experiencias innovadoras en formación de maestros en Educación para la democracia, en una de cuyas sesiones presentó su libro La educación ciudadana ante los retos de la democracia.

En entrevista con El Sur, la investigadora resume la importancia de capacitar a maestros en la formación de la educación para la democracia y derechos humanos.

En el encuentro de este viernes, organizado por la Codehum y la UNESCO, Gloria Ramírez habló de los intercambios de experiencias obtenidos en el mismo: “Los sistemas educativos han dado prioridad a la parte cognoscitiva, a la parte informativa en el caso de México, y no a la parte de formación de una cultura ciudadana. Vemos que (la parte de la formación ciudadana) sí ha estado ausente en sentido estricto, porque hay ciertos espacios que van y vienen y que son tomados en un segundo nivel, como por ejemplo la enseñaza del Civismo. Nosotros consideramos que si bien la enseñanza tiene más importancia como una sola materia, no es suficiente para permear una cultura ciudadana. De tal manera que educar para la ciudadanía es decirle al maestro ‘no basta esas formas en como tradicionalmente se ha enseñado la educación, sino que hay que integrar ese saber, esa información ciudadana de una manera explícita, clara’. Por ejemplo si yo digo, ‘que quiten la materia de Civismo’ como en México se quitó durante 30 años y nadie dijo nada, la quitan, la regresan. Pero si yo dijera que quiten Matemáticas habría una revolución. Esto es la constatación de que la formación renovada ha sido marginada, y de que es necesaria una renovación, pero desde un enfoque integral ligado a un enfoque fundamental que es la consolidación democrática.

Glora Ramírez explicó que lo que se vio en el encuentro latinoamericano de investigadores, es la preocupación de docentes e investigadores por trabajar en la formación de ciudadanos en el concepto de democracia y derechos humanos, sobre todo en caso de países de incipiente democracia. Se le preguntó:

-¿Qué importancia tiene tener ciudadanos críticos y capacitar ciudadanos en la cultura democrática, hay el riesgo de que se dé un retroceso por no tenerlos?

-Yo creo que la democracia no consiste sólo en educar para la democracia. Son muchos factores, pero sin una educación de un carácter crítico participativo, entonces no se pueden consolidar esos procesos. Aprender a participar democráticamente es una enseñanza. Se forma a la gente para aprender a participar, se necesita formar una conciencia ciudadana y eso requiere de muchos elementos. Porque una cosa es decir y hacerlo en el papel y otra cosa es hacerlo en la realidad. De tal manera que sí es muy importante que se forme esta cultura democrática y las experiencia de los países latinoamericanos, justamente porque vivieron transiciones muy fuertes, muy intensas, para nosotros son modelos paradigmáticos interesantes. Como dijera precisamente uno de los ponentes, la maestra Rosa Klainer, el sentido de esta necesidad, de este elemento para fortalecer el proceso que no fue gratuito.

En Guerrero, programa incompleto

-En Guerrero, donde hemos tenido casos de guerrilla, represión y desaparecidos se implantó un curso de derechos humanos en las primarias y se criticaba (en el encuentro) que no había docentes capacitados para impulsarlo.

-Ese es el gran problema, porque te dan materiales pero no se forman a los docentes. Entonces nosotros partimos del elemento fundamental: hay que formar a los profesores para impactar en estos elementos. Yo creo que todo espacio es válido. Si se integra un curso me parece bien, pero lo que no pensamos es que con eso se justifique que ya se forma para la democracia. Incluso tampoco con formación de docentes de un curso. Se trata de una política integral que tiene que ver conformación de docentes, materiales, contenidos, impactos. Cómo impactar en esa realidad, son muchos elementos. Yo pienso que todo lo que se haga es bueno pero que muchas cosas atomizadas o poco de vez en cuando, no llega a muchos resultados. Entonces hay que ver en Guerrero, hay que hacer un análisis, una evaluación. Si en Guerrero ya se abrió un espacio hay que ocuparlo. Se abrió un espacio para formar a la ciudadanía en la democracia, hay que ocuparlo desde una perspectiva integral. No sirva simplemente para decir que en Guerrero ya se hacen las cosas y ya se está formando, porque falta todavía formar a sus maestros, porque falta un proceso integral. Creo que en Guerrero hay algo muy importante, hay que potencializar y retomar esos pequeños espacios que se están abriendo y potenciar una iniciativa mucho más global.

-¿O sería como esa idea de que durante 20 años nos manejaron que estábamos en un sistema democrático?

-Yo creo que tenemos que fortalecer nuestros retos democráticos y la formación de los maestros como una especie elemental de la formación ciudadana. No basta decirle al ciudadano que tiene derechos y que participe sino hay que decirle cómo, y el cómo pasa por la educación.

-¿Que habría que recomendar, hay disposición del gobierno?

-Pues mire, hay disposición. Hay disposiciones normativas, se habla hasta de proyectos y programas. Lo que necesitamos es que la ciudadanía y los maestros se formen y que se establezcan compromisos mucho más medibles. Que diga cuándo, cómo, quién va a medirlo, cómo se va a reconocer a los maestros ¿Va a cargarse a los que ya tienen? Entonces se trata de que este programa sea en serio, y que sí haya mediciones y sí haya evaluaciones. Y no solo la autocomplacencia es decir ya tenemos una materia, ya tenemos un programa un evento sino que hay que hacer programas a largo plazo.

-¿Qué importancia tendría un programa de derechos humanos en un estado pobre como Guerrero, población indígena marginada, con represión y una historia de guerrillas?

-Para mí es fundamental, es darles a la ciudadanía la posibilidad de participar con elementos y con una estrategia pacífica, pero no quiere decir eso sumisa. Es darle los elementos de tener una interlocución de respeto pero de exigencia a las obligaciones del estado.

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