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Xavier Carreto A.

Hechos imperdonables en la SEG

 Los ciudadanos guerrerenses debemos sentirnos avergonzados por la quiebra financiera ocurrida en la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), ya que esto expresa el gran descuido que hemos tenido para estar al pendiente de los recursos públicos destinados a la educación de nuestros hijos. Y con ello estamos demostrando muy poco interés por el futuro de nuestra sociedad.

De este déficit se podría asegurar que es la crónica de una quiebra financiera anunciada. Muchos fuimos testigos de cómo se dilapidaban los recursos para la educación de nuestros niños y jóvenes en aspiraciones, precampañas y campañas políticas emprendidas por los amigos del gobernador René Juárez, quien no podrá aducir que no sabía nada, pues estaba al tanto de lo que sucedía con el dinero de la SEG. 

El gasto educativo está considerado como una inversión orientada a la formación de nuestro capital humano. Es un recurso, como se sabe, de gran utilidad para empezar a superar muchos de los rezagos que padecemos. Más apenados debemos sentirnos, porque la mayoría de los integrantes de la sociedad civil organizada: colegios de profesionistas, cámaras empresariales, sindicatos, universitarios, medios de comunicación, entre otros, parecen poco interesados en este trascendental asunto para la vida de nuestro estado.

Si aspiramos algún día a salir de la pobreza, en la cual viven la mayoría de nuestros paisanos, deberemos tener, en lo sucesivo, el mayor cuidado para que el ejercicio de este dinero público sea aplicado con eficiencia y honestidad. Todo esto concluye en tener una sociedad mejor educada. Tener ciudadanos más capaces, comprometidos a realizar las tareas que nos demanda la vida cotidiana, pues debemos tener presente que el progreso se mide por la calidad de la educación a la cual tenga acceso la mayoría de la población.

El Banco Mundial, en su reciente informe sobre el Desarrollo Mundial dado a conocer esta semana en Washington, advierte que es imposible que la humanidad mejore su bienestar si los pobres no cuentan con acceso a servicios más económicos y de mejor calidad en salud, educación, agua, saneamiento y electricidad. Hacer que los servicios funcionen para los pobres es un reto que debe atenderse todos los días. “Los servicios funcionan –dice James D. Wolfensohn, presidente del Banco Mundial– cuando incluyen a todas las personas, cuando las muchachas se sienten motivadas para ir a la escuela, cuando los alumnos y los padres participan en el proceso escolar, cuando las comunidades se hacen cargo de su propia higiene ambiental”.

¿Cuándo lograremos en Guerrero que la gente participe? Parece que nunca mientras las escuelas en las zonas rurales marginadas permanezcan cerradas por la falta de maestros y la cobertura de los servicios médicos siga siendo insuficiente y de mala calidad.

Sin estas mejoras, la vida libre de enfermedades y la superación del analfabetismo, dos de las vías más importantes para alejarse de la pobreza seguirán vedadas para muchos habitantes del estado, y sólo basta con observar nuestro entorno. En esta entidad los servicios de salud son deficientes, toda vez que los hospitales regionales dependientes de la Secretaria de Salud no cuentan con lo esencial para atender a quienes acuden a ellos: no hay medicamentos, materiales de curación, suficiente personal médico y de enfermería calificados; así como las insuficiencias que se aprecian en la infraestructura y en el equipo médico. Y, por otra parte, los recursos públicos para educación son desviados a propósitos distintos a este fin.

En resumen, tratándose de la prestación de los servicios básicos elementales como la educación y la salud, el gobierno del estado resulta reprobado, por todo lo que sabemos de la corrupción y la ineficiencia que impera en las secretarías de Educación y Salud.

Ante esta situación, resulta importante que esta vez los diputados locales se hallan opuesto a la estrategia del gobierno estatal de solicitar a la federación mayores recursos para atender el déficit en la SEG; así también de que sólo fuera la Auditoría General del Estado la que esclareciera las causas que han llevado a esta quiebra financiera.

No obstante este avance en las decisiones del Poder Legislativo local, todavía resulta insuficiente la postura de nuestros legisladores, al sólo llamar a comparecer al secretario Daniel Pano Cruz y no a su jefe el gobernador Juárez Cisneros, quien es el principal responsable, pues de acuerdo con la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero es el Ejecutivo el que nombra a los miembros de su gabinete. Y en la quiebra anunciada por Pano, éste no es el único responsable, también han ocupado la titularidad de la SEG, Miguel Mayrén, Marcelino Miranda y Humberto Salgado Gómez, en este mismo gobierno. Por esta razón, quien también debe comparecer ante el Pleno del Congreso local es quien los nombró para ocupar el cargo de titulares de la Secretaría de Educación Guerrero.

Con la reserva de conocer los resultados de la auditoría que determine las causas que motivaron la quiebra financiera de la SEG, el Ejecutivo estatal ha demostrado su irresponsabilidad para gobernar nuestro estado, al no ser cuidadoso con el ejercicio del gasto en los dos rubros principales del presupuesto como educación y salud. Estos son hechos imperdonables por los cuales el gobernador René Juárez debe de responder a los guerrerenses.

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